Este sábado murió, a los 71 años, siendo un magnate, uno de los empresarios más ricos de España y su grupo empresario, del rubro de la moda, uno de los más grandes de Europa: eso dicen las crónicas del infortunio de Isak Andic, fundador de la reconocida marca de moda Mango, que sufrió un accidente durante una excursión. Pero antes de llegar a la cúspide, Andic se dedicó a la importación de indumentaria. Así, con cuatro blusas traídas de su Estambul natal, levantó un imperio de 4.700 millones de dólares en Cataluña y en el resto del mundo.
Detallista, intuitivo, tenaz, creativo y exigente, así lo lloran este sábado los allegados, aunque Andic vestía a muchos más corazones de los que lo conocían. Mango, la marca que forjó Andic, creció a la par de otra marca española más conocida por los argentinos, Zara, de Amancio Ortega. A ambos los unía sus orígenes sin dobles apellidos o de alta alcurnia ni tampoco la pomposidad de los apellidos franceses de la alta costura: ellos vinieron desde abajo, y las prendas que sus marcas aún venden son para todas y todos.
Ortega era hasta este sábado su rival: lideraba la lista de grandes fortunas de España, que lo tenía a Andic en el quinto puesto. Pero el mandamás de Grupo Inditex era también objeto de admiración para el empresario que murió este sábado.
Andic nació en Estambul, Turquía, en 1953, aunque cuando él tenía 14 años, su familia se estableció en Barcelona, en el otro extremo del Mar Mediterráneo. Cinco años más tarde, el joven comenzó a labrarse un nombre en el comercio textil. Fue con cuatro blusas que había importado desde su tierra natal y que vendió a una tienda catalana. Luego llegaron blusas y camisas traídas desde otras latitudes, como la India. El pequeño éxito que se fue granjeando por esos tiempos le permitió comprarse un auto para poder llevar los productos que vendía a más puntos de Cataluña y de España.
No tardó mucho, a los 20 años que cumplió en 1973, para abrir un local propio de ropa multimarca, llamado Isak, que comenzó a importar desde otros lugares de Europa. Claro, la moda iba cambiando y lograban abrirse paso en el ambiente las mentes más criteriosas y con un sentido aguzado de qué es lo que se vendría, temporada a temporada, como «lo nuevo». También le resultó claro a Isak Andic que las telas de Oriente y de Oriente Medio eran codiciadas, pero también otras prendas con un talante mucho más occidental. Hora de cranear ideas.
De la conveniencia de vender prendas de varias marcas pasó a convencerse de que mejor sería mandar a producir prendas con sello propio que vendería en su local. Y así lo hizo: además de blusas con buenos diseños o buena tela, o ambos, también salieron de los talleres a los que pedía confeccionar las prendas, pantalones tejanos, como se decía en España por esos años, o jeans, como se le decía de este lado del Atlántico.
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Posfranquismo, precios bajos y celebrities: la mirada comercial para construir un gigante textil
En 1984, con toda la pericia acumulada el rubro del comercio textil, renombró su marca como Mango (ya que probó la fruta en Filipinas y quedó encantado con ella) e invitó al negocio al empresario Enric Casi, que le señaló un porvenir en ciernes. Le aconsejó que la empresa debía seguir, como único concepto, marca y cadena de distribución de prendas de todo tipo. El primer local que llevó el nombre de Mango fue en Barcelona, en el Paseo de Gracia, y sólo una década después ya había 100 locales.
Supo leer la actualidad cultural y política de España, que salía de la dictadura tras la muerte de Francisco Franco en 1975. Eran años de destape y osadía estética. «Vio que necesitábamos color, estilo», afirmó el director de ventas mundiales de Mango, César de Vicente, en una entrevista con AFP.
También supo incorporar no sólo nuevas tendencias sino a todo un género: hasta el 2008, Mango era exclusivamente femenino. Ese año nació la colección masculina de Mango, que años más tarde se renombraría Mango Man.
Una de las últimas tiendas que abrió fue en Nueva York, en el número 711 de la Quinta Avenida, el sueño de Isak Andic: 2.000 metros cuadrados y varios pisos. La revista Forbes lo colocó como la quinta persona más acaudalada de España y la más rica de Cataluña, su patria de adopción: 4.500 millones de euros de patrimonio (unos 4.720 millones de dólares).
Su empresa, Mango, está presente en 115 países con 2.800 locales y más de 15 mil empleados. Es también una marca reconocida. Ayuda la asociación con superestrellas, como la modela Kate Moss, la actriz Penélope Cruz o los futbolistas Zinedine Zidane y Antoine Griezmann. También colabora el perfil de precios bajos y la velocidad para adoptar tendencias, que convierten a sus tiendas en una de las preferidas de los turistas. España es la plaza más rentable, pero una parte del corazón aún seguía en Estambul, la ciudad con más cantidad de locales de la empresa.
Andic era, desde hace unos años, presidente no ejecutivo de la empresa que fundó, que a lo largo de los años regentó no sólo con Casi, sino también con su hermano Nahman, y posteriormente con sus hijos Jonathan, Judith y Sarah.
Fue Jonathan (41) quien este sábado paseaba con su padre por las cuevas de Salnitre, en Montserrat, casi 50 kilómetros al norte de Barcelona. En determinado momento, mientras iba unos pasos por delante de Isak, Jonathan sintió el ruido propio de un desprendimiento de piedras y arenas. Giro y se encontró con la tragedia: el ruido era el de su papá, que resbaló y cayó al vacío por 150 metros.
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Isak llegó con 14 años a Cataluña, con ganas de comerse el mundo, y este sábado, a los 71 años, murió como el más rico de la comunidad catalana.
Además, recibió elogios de políticos, como el mensaje de adiós que le dedicó este sábado el presidente Pedro Sánchez, y hasta premios como el Reino de España a la Trayectoria Empresarial, entregado por el rey Felipe VI.
«Este reconocimiento no es para Isak —mencionó el propio Andic al ser condecorado —, es para Mango. Porque Mango es mucho más que una persona, ya que tiene un poco del esfuerzo y trabajo de cada una de todas las personas que han trabajado y trabajan en el proyecto. Esta es la clave de nuestro éxito».
Pero hoy Mango y la moda española, y europea, lloran a Isak Andic.
Isak Andic, fundador de la reconocida marca de ropa Mango y uno de los empresarios más ricos de España, murió este sábado a los 71 años en un trágico accidente de montaña. Resbaló mientras hacía una excursión y cayó al vacío.
El trágico episodio ocurrió cuando Andic estaba con su familia en las cuevas de Salnitre, la principal atracción turística del macizo de Montserrat próximo a la localidad de Collbató, unos 45 kilómetros al norte de Barcelona.
Según informó el medio La Vanguardia, el empresario estaba con Jonathan, el mayor de sus hijos, cuando resbaló en uno de los senderos y cayó desde unos 150 metros de altura. Alertados por su hijo, personal de seguridad se acercó rápidamente a la zona.
Según explicó Jonathan (41) a las autoridades, él y su padre estaban paseando y él caminaba más adelantado. En un momento, según su relato, escuchó el ruido de desprendimiento de piedras y arena y al girar vio cómo su padre caía al vacío, sin capacidad de frenarse o agarrarse de algo que detuviera la caída.
Unidades de montaña junto a equipos aéreos se sumaron al operativo y pudieron rescatar el cuerpo sin vida del empresario a las 15.30 (hora española). Fue trasladado al Instituto de Medicina Legal y Forense de Cataluña, donde se le iba a practicar la autopsia.
Andic, presidente no ejecutivo de Mango y propietario de la compañía de moda, era el hombre más rico de Cataluña y una de las principales fortunas de España. Su patrimonio estimado se sitúa en los 4.500 millones de euros y aumentó el último año en 1.800 millones de euros.
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«Isak ha sido un ejemplo para todos nosotros. Ha dedicado su vida al proyecto de Mango, dejando una huella imborrable gracias a su visión estratégica, su liderazgo inspirador y su compromiso inquebrantable con unos valores que son los que él mismo ha impregnado a nuestra compañía», manifestó la firma textil en un comunicado.
«Su partida deja un vacío enorme pero todos nosotros somos, de algún modo, su legado y el testimonio de sus logros. Nos corresponde, y este es el mejor homenaje que podemos hacer a Isak y que vamos a cumplir, velar para que Mango siga siendo el proyecto que Isak ambicionaba y del que se sentiría orgulloso», agregó.
De vendedor de blusas a magnate de la moda
Isak Andic nació en 1953 en Estambul, pero a la edad de 14 años dejó su ciudad natal junto al resto de su familia para instalarse en Barcelona, de la que terminaría convirtiéndose uno de sus hijos adoptivos más exitosos.
Poco después de establecerse en la ciudad catalana, en 1972 puso la primera piedra para la construcción de su imperio: vendió a una tienda local sus primeras cuatro blusas, traídas de Estambul.
A partir de ahí, comenzó a vender cada vez más y se compró un auto, con el que empezó a llegar a otros puntos de España, y comenzó a importar prendas de otros puntos de Europa. Así, llegó a la apertura de su primera tienda en Barcelona, bajo el nombre «Isak», embrión de lo que a partir de 1984 sería Mango.