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Una curiosa forma de protesta en Turquía: la oposición desafió al gobierno de Recep Erdogan con un exitoso «día sin compras»

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El día de «cero compras» convocado este miércoles por la oposición en Turquía como forma de protesta contra el Gobierno de Recep Tayyip Erdogan -tras el arresto del alcalde socialdemócrata de Estambul, Ekrem Imamoglu- tuvo un gran impacto, según relataron a EFE varios empresarios.

«El boicot parece tener bastante éxito, o esa es la impresión que recibimos de nuestras filiales. Quien viene a comprar hoy, en general solo compra artículos de primera necesidad, como pan», dijo a EFE el dueño de una cadena local de supermercados, que pidió el anonimato.

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El gerente de otra cadena de supermercados, presente sobre todo en Ankara, estimó que hacia el mediodía, la afluencia de clientes era una cuarta parte de lo habitual.

«Solo compran pan y cosas básicas. Por lo que vemos en nuestras tiendas, el boicot tiene mucho éxito», dijo este empresario, que tampoco quiso ver publicado su nombre.

También el director de una cadena de gasolineras, que asimismo pidió anonimato, estimaba el volumen de clientes en la cuarta parte de lo habitual.

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El boicot ha causado gran polarización en el discurso público, ya que para los movimientos de protesta, encabezados por el partido de Imamoglu, el socialdemócrata CHP, es una especie de pulso para mostrar su fuerza, mientras que desde el Gobierno se ha calificado de «sabotaje» a la economía y se ha tildado incluso de ilegal.

«Llamar al boicot de nuestros comerciantes, de nuestros productos locales y nacionales, es una traición al país y la nación», escribió en la red X el ministro del Interior, Ali Yerlikaya, junto a una foto que lo muestra haciendo la compra en un supermercado.

También el ministro del Comercio, Ömer Bolat, difundió una imagen suya haciendo la compra.

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Durante las masivas protestas de marzo, el CHP, el mayor partido de la oposición, había pedido boicotear varias populares marcas propiedad de grandes conglomerados empresariales bien conectados con el Gobierno y a menudo dueños de prensa y cadenas de televisión que difunden únicamente el discurso oficial.

Pero en añadidura, los movimientos opositores compuestos en gran parte por estudiantes y jóvenes habían difundido en redes el 2 de abril como fecha de «cero compras» para mostrar el poder de la ciudadanía y como protesta por la carestía de vida general.

El diario opositor BirGün recuerda que el propio Erdogan había invitado aún en diciembre pasado a la ciudadanía a boicotear «productos y servicios de precios inflados» para así frenar la inflación, actualmente en un 39 % interanual.

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Sin embargo, la Fiscalía de Estambul ha iniciado una investigación sobre llamamientos a sumarse al boicot al considerarlas delitos de odio y discriminación e incitación a la hostilidad.

La polémica entre defensores y detractores del boicot ha incendiado las redes y el director de la cadena pública TRT ha anunciado que expulsará de la popular telenovela Teskilat a la actriz Aybüke Pusat, por haber difundido en su red social el llamamiento al boicot.

El hastag #AybükePusat, usado por ambos bandos, se convirtió en tendencia, con más de 60.000 mensajes en la red X, y numerosas actrices turcas respaldaron a su colega frente al despido.

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Michael Ignatieff, historiador y ex político canadiense: “El genocidio comenzó como un concepto legal y ahora es simplemente un instrumento para deslegitimar»

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El año pasado, cuando le otorgaron el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, el jurado fundamentó su decisión en que “la aportación de este autor constituye una referencia imprescindible para orientarnos en un presente tan cargado de conflictos bélicos, polarización política y amenazas a la libertad”.

Así se refería el jurado a Michael Ignatieff, el historiador, filósofo y ex político canadiense que, entre 2009 y 2011, lideró la oposición al gobierno del Partido Conservador de su país como presidente del Partido Liberal canadiense.

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Entre los principales temas de reflexión de este intelectual de 78 años se destaca su preocupación por los derechos humanos, la superación de las diferencias étnicas y religiosas y el rescate de los valores comunes en un mundo globalizado.

Ignatieff regresó este año a España para participar en el Festival de las ideas. En Madrid, conversó con Clarín sobre genocidio y antisemitismo, dos “tragedias” que permean la mirada acerca del conflicto en Oriente Medio. Se mostró, sin embargo, optimista sobre los pequeños pactos cotidianos que hacen posible la convivencia social.

-En estos días, el conflicto entre Israel y Palestina ya no está en la tapa de los diarios pero sigue sin resolverse y el debate sobre si el Estado hebreo comete o no un genocidio en Gaza parece haber quedado anestesiado. ¿Cuál es su opinión?

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-Enseño derechos humanos, y he escrito sobre la creación del Convenio sobre el Genocidio en 1948. Desde un punto de vista legal, el Convenio sobre el Genocidio señala que depende de la intención. Se tiene que probar la intención de exterminar en su totalidad o en parte a un grupo humano. Por lo tanto, hay un problema legal desde el principio. ¿Cómo se determina la intención del gobierno israelí en relación a esto? Es un problema.

Destrucción en la Franja de Gaza, tras más de dos años de guerra. Foto: REUTERS

-Creo que el genocidio comenzó como un concepto legal con un significado claro, y ahora es simplemente un instrumento para deslegitimar a cualquier Estado al que acuses de genocidio. Y la acusación contra Israel es particularmente letal porque es un Estado creado por personas que indudablemente sufrieron un genocidio. Entonces mi opinión es que el genocidio no es un término legal; es un término político cuyo propósito es pronunciar anatema sobre un Estado democrático. Y creo, por lo tanto, que el genocidio es inutilizable legalmente y moralmente. El debate sobre el genocidio no es un debate sobre lo que está sucediendo. Es un debate sobre si debemos condenar a Israel o no. Y no me uniré a ese debate.

-Pero desde el punto de vista de los derechos humanos, ha habido crímenes contra la humanidad en Gaza

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-Seguro que sí. ¿Se han violado las leyes de la guerra? Seguro que sí. ¿Ha habido asesinatos ilegales e injustificados? Sin duda. Desde un punto de vista legal, no es complicado. Israel ha violado constantemente las leyes de la guerra. Y el asesinato casual de personas que vienen a buscar ayuda alimentaria es una vergüenza. Así que no quiero minimizar ninguno de los horrores. Se están cometiendo crímenes de guerra, al igual que Hamás ha cometido constantemente crímenes de guerra como organización terrorista. Y la responsabilidad penal del régimen de Netanyahu durante diez años al permitir que los qataríes financiaran la construcción de los túneles. La irresponsabilidad penal de Israel en relación con Gaza es simplemente inaceptable.

-Entonces, ¿cómo define lo que está sucediendo?

-Lo que está sucediendo es una catástrofe para los derechos humanos. Es una catástrofe para los palestinos. Y como alguien que ha apoyado al Estado de Israel toda su vida, es una catástrofe para Israel. Creo que el Estado de Israel acaba de crear otra generación de personas que preferirían morir a someterse a Israel. Y eso significa que esta campaña militar ha creado otras dos, tres generaciones de odio y resistencia hacia el Estado de Israel. Y como alguien que ha enseñado en Israel, vivido en Israel, y tiene muchas amistades profundas y cercanas en Israel, creo que esto es una catástrofe. Debemos recordar que hay muchos ciudadanos israelíes que se han manifestado en contra de la guerra y que son conscientes de que lo que Israel está haciendo, en nombre de la autodefensa, es convertir a Israel en un lugar menos seguro en el futuro.

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«Lo que está sucediendo es una catástrofe para los derechos humanos. Es una catástrofe para los palestinos. Y como alguien que ha apoyado al Estado de Israel toda su vida, es una catástrofe para Israel».

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-¿Qué queda del rol de las instituciones internacionales?

-La guerra ha sido una catástrofe para las organizaciones internacionales, para los derechos humanos. Las organizaciones humanitarias han sido rechazadas, ha habido una hambruna organizada, que es un crimen de guerra. La ONU es inútil. La organización de la ONU que alimentaba y administraba Gaza durante 80 años ha sido prohibida, desmantelada. El mundo multilateral internacional que dábamos por sentado incluso hace 10 años está en ruinas. Y la otra cosa que estamos viendo es una administración estadounidense, que solía reprimir a Israel, y ahora simplemente le está dando carta blanca, por razones políticas domésticas. Hace que Estados Unidos sea cómplice de crímenes de guerra, de crímenes de lesa humanidad.

-En su libro Las virtudes cotidianas (de 2018) usted rescata cualidades como la confianza o el perdón en los gestos diarios que garantizan la convivencia en sociedad. Hoy, con los derechos humanos en jaque, ¿es posible ser optimistas sobre la eficacia de esas virtudes?

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-Soy más optimista sobre las virtudes cotidianas que sobre las estructuras universalistas de los derechos humanos. Porque las estructuras universalistas dependen de las instituciones, y las instituciones están siendo desmanteladas, abandonadas. Son ruinas. Las visitaremos como visitamos monumentos romanos o templos griegos. Soy pesimista con respecto a las grandes abstracciones. Soy menos pesimista con respecto a las virtudes personales. Por ejemplo, soy menos pesimista con respecto a lo que sucede cuando una persona blanca y una persona negra se encuentran que lo que habría sido hace 60 años. Ahora estamos avanzando milímetro a milímetro hacia un mundo en el que la raza no importa tanto. Donde, como dijo Martin Luther King, juzgamos a las personas por su carácter, no por el color de su piel. Esa sería la mayor victoria moral en la historia de la raza humana, si pudiéramos llegar a ella.

Un campo para desplazados palestinos en la Ciudad de Gaza. Foto: AP Un campo para desplazados palestinos en la Ciudad de Gaza. Foto: AP

-Usted señala que hoy en día la raza no es un problema. Pero ¿qué ocurre con el antisemitismo?

-Por supuesto que existe. Vivo y trabajo en Viena. A cien metros de mi casa hay unas pequeñas placas de bronce en el suelo que me dicen que una familia judía que vivía allí mismo, en ese edificio, fue deportada en 1942, mientras los vecinos miraban sin hacer nada. Hoy, el antisemitismo se utiliza como arma en la batalla política. Pasé 15 años de mi vida en Harvard como estudiante de posgrado y luego como profesor. Es el lugar menos antisemita en el que he estado. Es inconcebible que se le pueda amenazar con la retirada de la financiación federal por fomentar el antisemitismo. Se trata de un arma: ha habido manifestaciones en apoyo a los palestinos que resultan muy incómodas para los ciudadanos judíos de Estados Unidos que están en Harvard. Las universidades no tienen por qué ser lugares agradables, felices y acogedores. Se supone que son lugares donde se cuestionan tus opiniones. Y la idea de que Harvard es un lugar inseguro para los judíos es simplemente ridícula. Hace que la vida sea más peligrosa para los judíos, si se convierte el antisemitismo en un grito de guerra.

-Volviendo al conflicto Israel-Palestina, ¿la teoría de los dos Estados es ficción?

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-Estamos más alejados de eso que nunca. He creído toda mi vida en dos Estados para dos pueblos. No creo que haya otra solución. Israel ha estado dividido en dos durante 80 años en torno a esto. Y uno de los desarrollos políticos más deprimentes de mi vida ha sido el lento colapso de la viabilidad de una solución de dos Estados. El día en que nací, en 1947, mi padre, un joven diplomático canadiense, estaba sentado en el Comité de Palestina de las Naciones Unidas en Nueva York, debatiendo el plan de partición para dividir la tierra en dos. Si el plan de partición hubiera sido aceptado en 1947, no estaríamos teniendo esta conversación.

-Es decir que su padre no estuvo presente en su nacimiento…

-Estaba en Nueva York y yo estaba en Toronto. Estaba sentado en el comité cuando recibió el mensaje de que tenía un hijo. Corrió por el pasillo y un rabino lo detuvo para preguntarle qué estaba pasando en el comité. El le dijo que no podía parar, que acaba de tener un hijo. Entonces el rabino sacó sus ropas religiosas y le dio una bendición a mi padre. No soy judío pero la primera bendición que recibí fue de un rabino.

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China launches largest military drills off Taiwan in 8 months with live-fire exercises caught on camera

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NEWYou can now listen to Fox News articles!

China fired rockets into waters near Taiwan during large-scale live-fire drills Tuesday, staging its biggest military encirclement of the island in eight months while warning «separatist» forces and outside powers.

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A video released by the People’s Liberation Army (PLA) Eastern Theater Command showed forces firing rockets into waters north of Taiwan and bomber aircraft taking off at night as part of the encirclement.

The footage was released on the second day of the large-scale exercise «Justice Mission 2025.»

China launched the exercise Monday, surrounding Taiwan with warships, aircraft and live-fire drills as tensions rose following a record U.S. arms sale to Taipei.

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CHINA SHARPENS CONFRONTATION WITH JAPAN FOLLOWING REPORTED RADAR RUN-IN

China launched rockets near Taiwan during massive live-fire drills, surrounding the island with warships, aircraft and military pressure as tensions rise. (PLA Eastern Theater Command via Reuters)

«Justice Mission 2025» includes coordinated deployments of ground forces, naval vessels, fighter jets, drones and artillery across seven maritime zones encircling Taiwan.

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Tuesday’s drills included long-range live-fire exercises in waters north of Taiwan, PLA Eastern Theater Command spokesperson Li Xi said, according to state-run Xinhua News. Li said the drills achieved their intended results.

Other drills included assaults on maritime targets and anti-air and anti-submarine operations. Destroyers, frigates, fighter jets and bombers also carried out simulated strikes on maritime targets.

TAIWAN UNVEILS $40B DEFENSE SPENDING PLAN TO COUNTER CHINA MILITARY THREAT OVER NEXT DECADE

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China fires rockets near Taiwan

China launched rockets near Taiwan during massive live-fire drills, surrounding the island with warships, aircraft and military pressure as tensions rise. (PLA Eastern Theater Command via Reuters)

Rockets fired by Chinese forces landed inside Taiwan’s 24-nautical-mile line, Taiwan’s Defense Ministry said.

Taiwanese leader William Lai Ching-te said Tuesday that Beijing «has continued to escalate military tension in the region, which is not the behavior of a responsible world power,» according to Focus Taiwan. He added that «Taiwan will not provoke a confrontation, nor seek conflict with China.»

Taiwan’s Defense Ministry said on X that 130 PLA aircraft, 14 naval vessels and eight official ships were operating around the island as of 6 a.m. local time.

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«Ninety of the 130 sorties crossed the median line and entered Taiwan’s northern, central, southwestern and eastern air defense identification zone,» the statement said. «We monitored the situation and responded.»

CHINA LAUNCHES THIRD AIRCRAFT CARRIER AS XI PUSHES MILITARY MODERNIZATION AGAINST US INFLUENCE

China fires rockets near Taiwan

China launched rockets near Taiwan during massive live-fire drills, surrounding the island with warships, aircraft and military pressure as tensions rise. (PLA Eastern Theater Command via Reuters)

The PLA said on X that a Chinese military drone captured aerial footage of Taipei 101, which Taiwan’s Defense Ministry described as a typical example of psychological warfare. «So close, so beautiful, go to Taipei at any time,» the PLA said in the post.

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President Donald Trump said Monday that Chinese President Xi Jinping did not inform him of the drills, adding that the exercises did not concern him.

As the drills unfolded, Taiwan’s Defense Ministry said Chinese military aircraft and naval vessels were operating near the island, with some engaging in close stand-offs near Taiwan’s contiguous zone, about 24 nautical miles from shore.

BIPARTISAN HOUSE CHINA PANEL SLAMS BEIJING’S TAIWAN DRILLS AS ‘DELIBERATE ESCALATION’

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A procession of Taiwanese armed military vehicles patrols outside the Songshan Airport in the capital city following China's announcement of the military exercise Joint Sword-2024B that encircles Taiwan on October 14, 2024 in Taipei, Taiwan.

Military exercises mobilize the Chinese PLA Navy, Army, Air Force and the Chinese Coast Guards, which are deemed as a punishment to Taiwan’s call for independence. (Daniel Ceng/Anadolu via Getty Images)

«Conducting live-fire exercises around the Taiwan Strait would not only constitute military pressure on us, but could also pose broader risks to the international community and neighboring countries,» said Hsieh Jih-sheng, Taiwan’s deputy chief of the general staff for intelligence.

Taiwan placed its military on high alert and said it was prepared to conduct rapid-response exercises if the drills escalated. The ministry released video highlighting its own capabilities, including U.S.-made HIMARS systems, while the coast guard deployed large patrol ships to monitor Chinese vessels near its waters.

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China claims Taiwan as its territory and has not ruled out using force to bring the island under its control. Taiwan rejects that claim, maintaining that only its people can decide the island’s future.

Fox News Digital’s Morgan Phillips and Reuters contributed to this report.

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Tensión en Yemen: la fractura entre Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos redefine el equilibrio de poder en el Golfo de Adén

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El bombardeo de Arabia Saudita en Mukalla intensifica el conflicto en Yemen y agrava la crisis de seguridad en el Golfo Pérsico. Reuters

El conflicto en Yemen experimentó una nueva escalada cuando Arabia Saudita bombardeó este martes la ciudad portuaria de Mukalla. El objetivo de este ataque, según fuentes regionales, fue una remesa de armas enviada desde Emiratos Árabes Unidos (EAU) destinada a las fuerzas separatistas del Consejo de Transición del Sur (STC). Mukalla, situada en una ruta comercial internacional clave, se convierte así en un punto central cuyo control puede tener consecuencias para la seguridad en el Golfo Pérsico.

La reacción de los EAU no se hizo esperar, y tras el bombardeo, anunciaron la retirada de sus fuerzas del territorio yemení. Esta decisión, aunque significativa desde el punto de vista simbólico y político, no implica necesariamente un cese del respaldo militar y financiero que los EAU proporcionan al STC, que sigue siendo su principal aliado en el sur del país.

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El ataque saudí a Mukalla marca un momento de tensión inédita entre dos actores que hasta hace poco tiempo actuaban coordinados en Yemen como parte de una coalición contra los rebeldes hutíes. Este incidente, además de poner de manifiesto la competencia creciente entre Riad y Abu Dabi por la influencia en Yemen, introduce un factor de inestabilidad en una guerra que ya ha desplomado la economía y exacerbado la crisis humanitaria.

La intervención saudí no solo responde a la preocupación de que el envío de armas fortalezca aún más a los separatistas sureños, sino que también representa una advertencia directa a Emiratos Árabes Unidos sobre los límites de su apoyo al STC. Arabia Saudita ha manifestado que cualquier amenaza a su seguridad nacional constituye una línea roja y que está dispuesta a tomar todas las medidas necesarias para neutralizar riesgos percibidos en su frontera sur.

La retirada emiratí, aunque presentada como un movimiento estratégico, no altera de fondo la relación de apoyo con el STC. Las autoridades emiratíes han sostenido que la integridad territorial y el destino político de Yemen deben ser decididos por los propios yemeníes, lo que reitera su disposición a respaldar a las fuerzas separatistas, mientras que, a nivel diplomático, mantienen un discurso de autodeterminación y no injerencia directa.

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La gente sostiene una pancarta
La gente sostiene una pancarta con imágenes del presidente de los Emiratos Árabes Unidos, el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahyan, y el príncipe heredero y primer ministro Mohammed bin Salman de Arabia Saudita durante una manifestación organizada por el principal grupo separatista de Yemen, el Consejo de Transición del Sur (STC), en Adén, Yemen, el 21 de diciembre de 2025. REUTERS/Fawaz Salman

El Consejo de Transición del Sur (STC), respaldado por Emiratos Árabes Unidos, ha protagonizado un avance decisivo en el sur de Yemen durante las últimas semanas. Esta organización, que agrupa a movimientos separatistas con el objetivo de restaurar la independencia del antiguo Sur de Yemen, consolidó su control sobre extensos territorios, incluyendo provincias de gran importancia estratégica y económica.

Las fuerzas del STC se apoderaron de la mayor parte de las provincias de Hadramout y Mahra. En Hadramout, el grupo tomó el control de instalaciones clave como PetroMasila, la mayor compañía petrolera del país, después de enfrentamientos breves con fuerzas gubernamentales y sus aliados tribales. Esta ofensiva se produjo en un contexto en el que la Alianza Tribal de Hadramout, apoyada por Arabia Saudita, había ocupado temporalmente las instalaciones petroleras para presionar por una mayor participación en los ingresos del crudo y mejoras en los servicios públicos locales.

La rápida expansión del STC incluyó también la toma de la provincia de Mahra, en la frontera con Omán, y el control de un paso fronterizo estratégico entre ambos países. En la ciudad de Adén, el grupo separatista, con apoyo emiratí, ocupó el palacio presidencial, sede del Consejo de Liderazgo Presidencial, órgano de gobierno reconocido internacionalmente.

Las fuerzas de seguridad leales
Las fuerzas de seguridad leales al separatista Consejo de Transición del Sur portan armas en la parte trasera de vehículos durante su despliegue en la ciudad portuaria de Adén, en el sur de Yemen. REUTERS/Fawaz Salman

El avance del STC no solo modificó el equilibrio de poder en el sur de Yemen, sino que también desafió la alianza anti-hutí, exacerbando las tensiones con el gobierno yemení y sus aliados tribales. El control de puertos, zonas petroleras y pasos fronterizos proporciona al STC influencia política y capacidad de negociación en eventuales conversaciones para definir el futuro del país.

La consolidación territorial del STC fue facilitada por la retirada de tropas saudíes de bases en Adén, enmarcada en una política de “reubicación estratégica” impulsada por Riad. Como respuesta, Arabia Saudita realizó bombardeos en Hadramout, interpretados por analistas como una advertencia al STC para frenar su expansión y abandonar las provincias recientemente ocupadas.

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Este avance ha fortalecido la posición del STC de cara a futuras negociaciones, ya que el control efectivo de la mayor parte del sur de Yemen y de sus recursos energéticos les otorga poder de veto y capacidad para exigir autonomía o la restauración de un Estado independiente en el sur.

La ofensiva saudí marca una
La ofensiva saudí marca una ruptura en la coalición anti-hutí, alimentando la competencia geopolítica entre Riad y Abu Dabi en Yemen. Reuters

El conflicto que asola Yemen tiene sus raíces en una crisis que se remonta a 2014, cuando el movimiento hutí, alineado con Irán, avanzó desde su bastión en Saada, en el norte del país, y tomó la capital, Saná. Este acontecimiento forzó al gobierno reconocido internacionalmente a exiliarse, marcando el inicio de una etapa de enfrentamientos armados a gran escala. La entrada de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en 2015, al frente de una coalición, buscó restaurar al gobierno derrocado y frenar el avance hutí, intensificando la dimensión regional del conflicto.

La guerra civil yemení se ha caracterizado por una compleja red de lealtades y rivalidades sectarias, así como por la intervención de actores regionales con intereses contrapuestos. Los hutíes consolidaron su dominio sobre las zonas más pobladas, incluida la capital, mientras que el sur del país quedó bajo la autoridad de una coalición de fuerzas leales al gobierno, respaldadas por Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos. Esta división territorial agravó la fragmentación política y social del país.

El surgimiento del Consejo de Transición del Sur (STC) en 2017 añadió un nuevo actor al tablero. Este grupo, fundado como paraguas de organizaciones separatistas con aspiraciones de restaurar la antigua República Democrática Popular de Yemen (existente entre 1967 y 1990), recibió apoyo militar y financiero crucial de Emiratos Árabes Unidos. El STC se consolidó como la fuerza dominante en el sur, acumulando influencia y recursos, y reclamando el derecho de autodeterminación para la región.

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El Consejo de Transición del
El Consejo de Transición del Sur, apoyado por los EAU, consolida su control sobre provincias estratégicas y recursos petroleros en el sur de Yemen. Reuters

Durante los últimos años, el conflicto derivó en una situación de estancamiento. Un acuerdo informal entre los hutíes y Arabia Saudita en 2022 redujo la intensidad de los enfrentamientos directos y las campañas aéreas, aunque la crisis humanitaria y el colapso económico persistieron. La relativa calma existente hasta hace pocas semanas se ha visto interrumpida por la ofensiva del STC y la reacción saudí, reavivando la violencia y evidenciando la fragilidad de cualquier equilibrio logrado.

El desarrollo de la guerra civil en Yemen ha tenido consecuencias devastadoras para la población. El prolongado enfrentamiento ha generado una de las peores crisis humanitarias del mundo, con millones de personas desplazadas, escasez de alimentos y servicios básicos, y una economía colapsada por años de conflicto, bloqueo y destrucción de infraestructuras.

Una vista de dron muestra
Una vista de dron muestra a personas asistiendo a una manifestación organizada por el principal grupo separatista de Yemen, el Consejo de Transición del Sur (STC), en Adén, Yemen, el 21 de diciembre de 2025. REUTERS/Fawaz Salman

La escalada entre Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos en Yemen repercute más allá de las fronteras del país, afectando el delicado equilibrio geopolítico en el Golfo y el mar Rojo. El enfrentamiento abierto entre ambos actores siembra incertidumbre sobre la estabilidad de la región y podría desencadenar una reconfiguración de alianzas y estrategias en otros frentes.

Uno de los principales riesgos es la posibilidad de que la fractura entre Riad y Abu Dabi derive en una guerra civil dentro del propio sur de Yemen, donde facciones rivales podrían disputar el control de territorios y recursos. Además, la falta de consenso sobre el futuro político de Yemen impide avanzar hacia una solución negociada que ponga fin a la guerra civil. El apoyo continuo de los EAU al STC y la negativa saudí a aceptar la independencia del sur auguran un periodo de inestabilidad prolongada.

El conflicto también puede extenderse a otros escenarios donde ambos países tienen intereses contrapuestos, como Sudán y el Cuerno de África. La rivalidad y la competencia por el control de rutas marítimas y accesos comerciales estratégicos podrían intensificarse, generando tensiones adicionales en áreas ya marcadas por la volatilidad.

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Para los hutíes, el distanciamiento entre Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos representa una oportunidad. La división entre sus principales adversarios les permite consolidar posiciones y reducir la presión militar sobre sus territorios, en un momento en el que el conflicto parecía encaminado a una relativa contención. Observadores internacionales apuntan a que los hutíes podrían aprovechar la fragmentación de la coalición anti-hutí para reforzar su control en el norte y aumentar su influencia en el panorama político nacional.

A nivel diplomático, la reacción de las potencias occidentales ha sido contenida. Aunque existe un respaldo tácito a la integridad territorial de Yemen y a la continuidad de un Estado unitario, los gobiernos occidentales han evitado pronunciamientos directos contra Emiratos Árabes Unidos y han apostado por respuestas prudentes. Esto podría dificultar la formación de consensos internacionales en torno a cualquier salida negociada o intervención de mediación.

La situación en Yemen, lejos de avanzar hacia una resolución, se adentra en una fase de incertidumbre, con múltiples actores locales y regionales persiguiendo objetivos divergentes. La competencia entre Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos, la consolidación del STC en el sur y la persistencia de los hutíes en el norte configuran un escenario donde el futuro del país depende de la evolución de las rivalidades regionales y la capacidad de las partes para negociar acuerdos viables.

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