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SOCIEDAD

Adolescencia: ¿hasta qué edad se puede revisar el celular a los hijos?

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“Lo siento, hijo. Debería haber hecho más”, lamenta Eddie entre las cuatro paredes de la habitación donde su hijo de 13 años se encerraba para navegar en comunidades virtuales en las que buscaba contención a sus vacíos existenciales. La escena de “Adolescencia”, la serie británica que es furor en Netflix, alerta sobre la influencia del entorno digital, la soledad en la que los jóvenes navegan por internet y el rol que tienen que tener los padres frente a esto. Y dispara muchas preguntas. ¿Está bien darle un celular a un menor de edad? ¿Hasta qué edad se lo puede controlar? ¿Cuál es el límite entre el cuidado y la intimidad?

Seamos claros: el uso de smartphones habilita el ingreso a aplicaciones que, sin la moderación adecuada para cada edad, pueden exponer al usuario a la visualización de contenidos inapropiados. Incluso, reproducen contenidos en forma automática y recolectan datos de los chicos.

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Los especialistas consultados por Clarín coinciden: los adultos le damos mucha importancia a sobreprotegerlos a los niños y adolescentes en el entorno físico y muy poca a los ecosistemas virtuales porque pensamos que saben más que nosotros. Error: los padres no deben delegar las funciones de cuidado.

Es que, sin dudas, el acceso a móviles en la infancia debe ser abordado con criterio científico. Recientemente, la Asociación Española de Pediatría prolongó a los 6 años la edad en la que se recomienda no tener contacto con pantallas. Pero más allá de los años, la clave de la cuestión reside en para qué y en qué contexto los chicos entran en contacto con el teléfono.

Lucía Fainboim es licenciada en Ciencias de la Comunicación y especialista en ciudadanía y crianza digital, y acaba de publicar el libro «Cuidar las infancias en la era digital». Plantea que cada vez hay mayor consenso en que los chicos no deberían tener el primer celular antes de la finalización del nivel primario. “Igualmente, la decisión depende de cada familia. Pero tendría que respetar dos lógicas: pensar si hay una necesidad real y si el chico/a está preparado/a para tenerlo”, señala.

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“Las pantallas pueden interferir en los vínculos, desplazar tiempo de juego de calidad y tercerizar el cuidado. Si les brindamos un dispositivo, su uso debe ser supervisado, la comunicación tiene que ser constante y nuestra disponibilidad cercana. Las reglas deben ser claras, los límites también. Estamos viendo niños/as que no pasan páginas de un libro porque intentan desplazarlas con el dedo. Aún desconocemos muchas de las consecuencias del mundo digital”, advierte la pediatra Carla Orsini, miembro de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y madre de seis hijos que tiene una comunidad de más de 450.000 en su cuenta de Instagram @dra.carlaorsinipediatra.

En este contexto, Silvina Pedrouzo, presidente de la Subcomisión de Tecnologías de la Información de la SAP, cuenta que en sus consultas observa a diario niños menores de 5 años que usan celulares en forma habitual y generalmente en soledad. “Ser pediatra en la era digital es difícil. En las consultas siempre les pregunto a los chicos qué sucede en internet y cuántas horas lo usan. Y suelen responder que hubieran preferido tener acceso a las redes un poco más grandes porque no pueden lidiar con los problemas que tienen en el entorno virtual”, ilustra Pedrouzo.

Para los adolescentes, el celular es una extensión de su mundo social.

¿A qué responde el deseo de tener un celular a corta edad? “Influyen la presión social (el móvil es una herramienta fundamental para la sociabilización) y la exposición desde la infancia a los estímulos que generan las aplicaciones de entretenimiento constante (como recurso para calmar berrinches). Los niños observan que los dispositivos son parte esencial en la vida de su figura de apego. Para los adolescentes representa la extensión de su mundo social”, describe Angela Nakab, pediatra del Hospital de Niños Pedro Elizalde.

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Controles parentales: ¿sí o no?

A medida que crecen, los chicos/as necesitan más autonomía y privacidad. “Son los adultos quienes deben garantizarles seguridad en el ámbito digital. Así, el control parental se fundamenta en resguardarlos de potenciales peligros como los challenges, el grooming y el cyberbullying”, indica Nakab que también es secretaria de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la SAP.

Hay mecanismos de control parental que pueden activarse en distintos tipos de dispositivos tech: software espías que monitorean sitios visitados, localizan dispositivos en un mapa y restringen acceso a ciertos contenidos y aplicaciones respetuosas que permiten filtrar contenido, limitar el tiempo de uso, proteger datos personales y evitar que se comparta información en línea. Por ejemplo, la nueva política de Instagram llamada experiencia protegida.

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¿Cómo se activan? Cada dispositivo y plataforma tiene configuraciones específicas. En Google Play se usa Google Family Link para supervisar aplicaciones y tiempo de pantalla. En PlayStation y Nintendo, se configuran a través de aplicaciones o menús de administración familiar. En YouTube, se puede crear un perfil para menores con contenido filtrado, como en YouTube Kids.

Pedrouzo sugiere explicarles a los chicos por qué se instalan estos controles, enfatizando el cuidado y no la desconfianza. Asimismo, acompañarlos a configurar el perfil como menores en cada aplicación para que puedan navegar en forma más segura.

¿Son efectivos? Los controles parentales son útiles, especialmente para infantes, pero su efectividad disminuye con los adolescentes, quienes pueden encontrar estrategias para evadir las restricciones o falsear las edades para entrar en plataformas de adultos. “Si solo nos enfocamos en vigilar y/o prohibir, probablemente se desencadenen acciones de rebeldía y la apertura de cuentas secretas como estrategias para quedar fuera del radar de los padres”, marca Pedrouzo.

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Marcela Czarny, fundadora y directora de Chicos.net, subraya que «siempre se debe focalizar en que aprendan a discernir entre los contenidos que son adecuados para ellos y los que no: que puedan elegir cerrar una pantalla o advertir a un adulto cuando aparece un contenido no buscado o no apto para su edad».

Si bien todas las aplicaciones están cambiando sus políticas de seguridad (por ejemplo, Tik Tok activó el modo reposo de contenidos durante la noche), no resulta suficiente. Por eso, las expertas insisten en que la comunicación, la educación sobre los riesgos de internet y la búsqueda de consensos que involucren a toda la familia son pilares para complementar estas herramientas. Y son claves para que puedan lograr la autonomía progresiva que los lleve a hacer un uso saludable, crítico y responsable de las tecnologías.

El límite entre intimidad y cuidado

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“Revisar el teléfono es un acto de intromisión y de vulneración del derecho a la intimidad. Durante la adolescencia, puede impactar en el vínculo parental. En todo caso, hay que inducir a que compartan la información de lo que hacen con los dispositivos. Para desarrollar su autonomía debemos cultivar la confianza. Incluso, se pueden realizar contratos familiares para definir por consenso un código de conducta”, conversa Czarny con Clarín.

Entonces, ¿hasta qué edad se le puede revisar (pedir que te muestre) el celular a un hijo? En una entrevista reciente con Clarín, Alejandro Schujman, psicólogo especialista en adolescencias, señaló que hasta los 14 años.

«Tenemos que animarnos a abrirles la puerta del cuarto, a sentarnos al lado y a pedirles que nos muestren el teléfono, por lo menos hasta los 14 años. Ya sabemos que ellos van a ir dos o tres apps delante nuestro y que se nos van a escapar siempre. Pero tienen que saber que estamos ahí, atentos, que nos interesa saber qué hacen. Hay que lograr un lazo de confianza, porque si queremos jugar a los detectives, decodificar sus códigos, los perdemos. Y se pierden ellos. Tampoco tenemos que irnos para el otro lado e intentar ser amigos. Eso es patético, cringe, como le dicen ahora», dijo.

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Ante la misma pregunta, Pedrouzo contestó a Clarín que se debe tener en cuenta la edad mínima permitida para el uso de redes sociales la cual –si bien puede variar de acuerdo a la plataforma– ronda entre los 13 y 14 años (en varios países se está evaluando elevarla a 16). “Dar un celular equivale a brindar acceso a las redes y esto depende de la responsabilidad y madurez de cada niño”, reseña.

Es que no hay una ley explícita que lo prohíba; pero la jurisprudencia considera deberes de cuidado y protección de acceso para garantizar su bienestar y seguridad; especialmente si hay sospechas fundadas de peligro, pero no determina una edad en particular. Sin embargo, esta facultad está limitada por el respeto a la privacidad del menor y la proporcionalidad del contenido.

Por su parte, Fainboim marca que en la adolescencia la privacidad cobra un valor importante que se debe respetar. “Es indispensable que cualquier regla sobre supervisión sea hablada, anticipada y explicada. Es importante que los chicos sepan que respetamos su privacidad y que, en todo caso, la estrategia de control parental es para protegerlos. Sin diálogo, es muy difícil cuidar”, sostiene.

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Supervisar no es invadir la privacidad: es acompañar la construcción de hábitos digitales saludables para que aprendan a autolimitarse.

Pero… ¿qué se puede hacer cuando la comunicación está resquebrajada? Para las fuentes, es conveniente recurrir a profesionales que orienten hacia una reconstrucción familiar. En esta dirección, deslizan que ante cambios de comportamiento o de humor también se concurra a un experto en salud mental para que acompañe al niño y a su entorno.

El celular no es una babysitter electrónica. Nuestro desafío es enseñarles a usarlo de manera inteligente y segura. Para ello, en una familia deben primar cuatro parámetros: que circule amor, que se contenga el dolor, que se permita pensar y que se respete el disenso”, conceptualiza Nakab.

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El secreto redunda en encontrar un equilibrio entre estar y soltar.

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Fue a la costanera de Rosario con su novia y los asaltaron: a él lo empujaron al vacío y murió

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Lucas Martín Cicarelli, un joven de 30 años que comía galletitas con un jugo junto a su novia en la costanera central de Rosario, murió en la madrugada de este domingo tras ser atacado por dos delincuentes armados que lo tiraron por la barranca, ubicada a la altura de Dorrego y el río. Por el homicidio hay dos sospechosos detenidos y a disposición de la fiscal Agustina Eiris del Ministerio Público de la Acusación.

Cicarelli era mozo del club Alemán, practicaba parkour, tenía seis hermanos y tres hijos, de 5, 8 y 12 años, según relataron sus familiares. Después de trabajar fue con su novia –que a su vez era compañera de empleo– a tomar “un jugo de frutas y a comer pepas, sus galletitas preferidas”, de acuerdo a declaraciones que brindó Valther, padre del joven, en Canal 3.

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Por los datos publicados por el Ministerio Público de la Acusación, la pareja se puso cerca del río, entre la baranda de seguridad y la barranca, cuando dos delincuentes los atacaron. Uno de los ladrones sacó un revólver y sustrajo la mochila y el celular de la joven de 18 años, quien se echó a correr mientras Lucas se trenzaba en lucha con el otro delincuente, que lo terminó arrojando al vacío.

Los detenidos por el homicidio de Lucas Cicarelli en Rosario

Agentes de la brigada motorizada detuvieron a Andrés Rodrigo F. (38) a 100 metros del lugar del homicidio con los elementos de la chica. Rápidamente, fue trasladado a la comisaría 2ª. En tanto, su cómplice, Pedro I. (33), cayó este lunes al mediodía en la zona de Avellaneda y Cisnero, en el distrito oeste de Rosario, en un operativo que llevó a cabo la División de Homicidios de la Policía de Investigaciones.

“Lucas se abalanzó sobre uno para que su novia pudiera correr y pedir ayuda. Y me lo tiraron por el barranco”, declaró Zulma, madre de la víctima, que pidió colaboración para juntar fondos para poder velarlo. “No lo pudee abrazar y necesito eso, darle el último adiós”, concluyó.

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Uno de los hermanos agregó: “Lo tiró por un barranco por un celular, lo que podrían tener en la cartera o en la mochila. Imaginate la basura que tenés que ser para cagarte en la vida de otra persona. Lo tiraron por dos mangos que los podrían haber hecho trabajando”.

La audiencia imputativa se realizará en los próximos días en el Centro de Justicia Penal, con fecha y horario a confirmar.

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Ya han llegado a España los Huevos Kinder Sorpresa Maxi de Pokémon – Nintenderos

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¿Estás buscando nuevos productos de Pokémon? Pues aquí te traemos un anuncio oficial que te encantará, sobre todo si eres fan de los huevos Kinder.

En concreto, se trata de una nuieva colección que ha llegado a España recientemente tras debutar en otros países como Italia, donde los recibieron por Pascua. Ahora tiendas como Carrefour España han confirmado su llegada a nuestro país como Huevos Kinder Maxi, que tienen un tamaño mayor de lo normal.

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Dentro de cada huevo viene un soporte sobre el que se coloca al Pokémon junto a un disco de plástico y un Pokémon de cartón para derribarlo con este disco. Estas son las opciones:

  • Snorlax y Victreebel de cartón.
  • Pikachu y Meowth de cartón.
  • Jigglypuff y Weezing de cartón.

Podéis verlos abajo:

@lacollezionedidav Buona Pasqua a tutti ❤ Andiamoci a vedere tutte le sorprese 2025 della collab kinder e the pokemon company ❤ #nerd #nerds #geek #geeks #pokemon #figure #anime #collection #collections #pasqua ♬ Pokémon Theme (Season Theme) – Pokémon

¿Qué os ha parecido? No dudéis en compartir vuestra opinión en los comentarios. También puedes consultar en la web los mejores juegos de Pokémon de la historia.

Vía.



Huevos Kinder,Pokémon

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Cómo vivir una vida larga y sana siendo introvertido

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NUEVA YORK.— Tomando en cuenta todo lo que se ha investigado sobre la socialización y la longevidad, es comprensible que algunos introvertidos se sientan preocupados.

Las personas que mantienen relaciones sólidas suelen vivir más tiempo, y los llamados “superancianos” —adultos mayores que tienen la capacidad de memoria de alguien 20 años más joven— tienden a ser especialmente sociables. Por otro lado, la soledad crónica aumenta el riesgo de deterioro cognitivo e incluso de muerte prematura.

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Pero los expertos aseguran que no se necesita socializar tanto como uno podría pensar para obtener esos beneficios de longevidad. No se trata tanto de la cantidad de conexiones que tengas, sino de lo que esas conexiones hacen por ti.

Nuestras relaciones contribuyen a la salud y la longevidad de maneras fundamentales: proporcionan apoyo emocional, estimulación cognitiva, atención en tiempos de crisis y motivación para tener hábitos más saludables. Si tus relaciones actuales marcan esas cuatro casillas, probablemente estás en buena forma. Pero si te faltan una o dos, podría ser hora de reevaluar tu red social.

1. Apoyo emocional

El apoyo emocional suele venir de unos pocos amigos íntimos o familiares. Deberías sentirte a gusto confiando en estas personas y hablando de cuestiones o dilemas importantes con ellas.

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Cuando la gente se siente sola, a menudo lo que le falta es este apoyo emocional, explicó Ashwin Kotwal, profesor asociado de medicina especializado en geriatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de California en San Francisco. Y ese sentimiento puede ser perjudicial para la salud.

Los expertos creen que una de las principales razones por las que la soledad es perjudicial es porque es inherentemente una experiencia estresante. El estrés provoca inflamación, y si alguien se siente solo durante largos periodos de tiempo, puede provocar inflamación crónica. A largo plazo, eso aumenta el riesgo de cardiopatías, cáncer, demencia y otras enfermedades.

2. Apoyo logístico

Las mismas personas que te ofrecen apoyo emocional pueden ser también quienes te hagan la vida más fácil, llevándote al aeropuerto o dejándote una comida cuando estés enfermo. Esa red se vuelve aún más importante cuando surgen problemas mayores, como la pérdida de un empleo o un diagnóstico grave de salud.

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Según Julianne Holt-Lunstad, profesora de psicología y neurociencia de la Universidad Brigham Young, entre cuatro y seis relaciones cercanas es un buen número al que aspirar. De ese modo, no dependerás demasiado de una sola persona.

3. Hábitos saludables

Nuestras relaciones también pueden motivarnos a cuidar mejor nuestra salud física. Las investigaciones demuestran que las personas con redes sociales de apoyo tienen más probabilidades de hacer ejercicio y seguir una dieta más sana, así como de acudir a citas médicas y tomar sus medicamentos.

Para algunas personas, el cónyuge o los hijos mayores pueden desempeñar este papel motivador; otras pueden tener un grupo con el que salen a caminar que los mantenga comprometidos.

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El impulso para ser más sano también puede venir de dentro, dijo Kotwal: “demuestras el valor de esas relaciones cuidándote”.

4. Estimulación mental

Los beneficios mencionados anteriormente suelen depender de los amigos y la familia. Pero cuando se trata de estimulación mental, los expertos recomiendan mirar fuera de casa o de los círculos más cercanos. Esto se debe en parte a que las conversaciones con desconocidos o conocidos no cercanos pueden exigirte más desde un punto de vista cognitivo, ya que debes ser más preciso con el lenguaje que cuando hablas con alguien que te conoce bien.

Las conversaciones que tienes en el supermercado o durante el trayecto en metro proporcionan este tipo de estimulación y son beneficiosas para la salud.

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Por supuesto, la experiencia subjetiva de la vida social de una persona es importante. Si alguien no se siente solo, incluso aunque lo esté, no tendrá una respuesta al estrés tan perjudicial, dijo Kotwal.

Pero no uses esto como justificación para quedarte en casa.

En lugar de eso, aconsejó Holt-Lunstad, “enfócate en socializar en el contexto en el que te sientas cómodo, en lugar de no socializar en absoluto”.

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