La memoria está considerada como una función del cerebro que permite: codificar, almacenar y recuperar. Estas tres funciones, al unirse y formar un equipo, hacen que el ser humano tenga las herramientas necesarias para captar imágenes, videos o momentos y así guardarlos en su mente.

Existen diferentes alimentos y hábitos que fortalecen la memoria y provocan que este mecanismo no se desgaste con el correr del tiempo. Uno de los condimentos milenarios que más recomiendan los especialistas es la cúrcuma, en especial, la curcumina, su compuesto bioactivo que tiene las proteínas y minerales.

Expertos en neurociencia coinciden que la cúrcuma es ideal para fortalecer los circuitos cognitivos de las personas y, de esta forma, lograr que estos no envejezcan. En profundidad, los factores metabólicos de este condimento provocan que los órganos estén activos y que no se inflamen.

Según un informe pormenorizado del área de salud de la Universidad de Harvard, la cúrcuma tiene la “capacidad de atravesar la barrera hematoencefálica” y de esta forma “generar nuevas células cerebrales”.

“La cúrcuma está asociada con propiedades antiinflamatorias, anticancerígenas, antidiabéticas, antidiarreicas, antimicrobianas, antivirales y antioxidantes”, profundizó el estudio de Harvard acerca de los grandes beneficios de esta planta herbácea que empezó a ganar una fuerte notoriedad en las dietas alimenticias otorgadas por nutricionistas o profesionales de la salud.

Cómo introducir la cúrcuma en la alimentación

Sus numerosas ventajas seducen al consumidor. La cúrcuma, ante todo lo expuesto, es ideal para lubricar nuestra memoria y que esta, con el paso inexorable del tiempo, no se atrofie. Ahora bien, ¿cómo incorporar este condimento a la dieta?

Uno de los métodos infalibles para consumirla es mediante las infusiones. Es por eso que muchas personas acuden a los tés saborizados, donde incluyen la cúrcuma y la miel, como dos aliados para fortalecer el sistema inmunológico. Lo único que se deberá tener en cuenta es que este alimento tiene un sabor fuerte y habrá que suministrar las dosis para no arruinar la preparación.

Una de las preparaciones que más se popularizó en el último tiempo es la leche dorada -o golden milk, en inglés-, la cual se prepara a base de cúrcuma que le da un color inconfundible al líquido.

Según especialistas, esta mezcla tiene poderes “antiinflamatorios y antioxidantes” que le dan a nuestro organismo una capa protectora ante posibles enfermedades. Con muchísimas ventajas que conquistan al consumidor, las personas se animan a adentrarse a un mundo que parecía desconocido, pero que, poco a poco, empieza a ganar un terreno considerable al mejorar la salud.

Para la preparación de la leche dorada se deberán tener en cuenta tres pasos fundamentales que nos hará conseguir un líquido nutritivo, de sabor agradable y con múltiples beneficios.

1. La preparación de esta deliciosa bebida es simple y concisa. Solamente alcanza con unir ciertos ingredientes, que puede variar según gustos, como la canela, jengibre y opcionalmente unas gotas de esencia de vainilla.
2. Una vez que los ingredientes están añadidos a la leche, la misma se calienta a punto tal que quede todo disuelto en el líquido. Con el objetivo de que tome temperatura, la mezcla va a fuego medio durante 5 minutos y se sirve tibia.
3. La mayoría de los estudios de diferentes universidades recomiendan tomar entre 500 y 2000 mg de leche dorada al día para sacarle el mayor rédito posible.