POLITICA
El Gobierno da por caído el DNU y analiza sacar nuevos decretos y mini proyectos
“Los vamos a volver locos”. El día después al rechazo del Senado al mega DNU de Javier Milei mostró al Gobierno ya ocupado en el “plan B” que prepara para cuando se concrete la caída definitiva del decreto en Diputados. Es que más allá de que la estrategia será empantanar la hoja de ruta de los sectores de la oposición que impulsan su derogación, en la Casa Rosada dan por hecho que “más temprano que tarde” será anulado.
En una estrategia que contempla el señalamiento a la oposición que, entienden, constituye “la casta que se resiste”, en el Ejecutivo trazan los pasos a seguir. “El DNU se va a terminar cayendo porque los que no quieren perder privilegios se van a juntar en Diputados. Y lógicamente estamos trabajando en lo que vamos a hacer cuando eso pase”, confió un alto funcionario a Clarín.
¿En qué consiste el plan? Mientras negocia la ley bases bis con gobernadores y legisladores de la oposición, en el marco de la convocatoria al “Pacto de Mayo” que hizo Milei, en el Gobierno ya empezaron a evaluar qué partes del mega DNU pueden ser extraídas para confeccionar nuevos decretos y cuáles irán al Congreso reconvertidas en forma de proyecto de ley (el capítulo laboral seguiría este camino) o mini leyes «fitito», una alternativa que, como contó Clarín, Milei analiza desde que se vio forzado a retirar la ley ómnibus ante el rechazo de la oposición.
La estrategia tiene un doble objetivo: por un lado, reponer la vigencia de aspectos importantes del decreto según el Gobierno, como la derogación de la ley de alquileres; y por otra parte exponer a la oposición. «Critican las formas porque les molesta el contenido. Ahora van a tener que tomar posición por cada tema y va a quedar claro ante la gente quiénes son los que quieren seguir jodiendo a los argentinos y que en realidad no se oponen a las formas sino al fondo», es una de las explicaciones que se escuchó en Balcarce 50.
En el Gobierno entienden que el plan servirá para avasallar con más horas de trabajo al Congreso. «Van a tener que quedarse a vivir en la Bicameral de DNU«, exageró otra voz del entorno presidencial, aludiendo a la cantidad de expedientes que se acumularán. «Que empiecen a tratar los decretos de Alberto porque si no van a terminar en 2027», bromeó alguien muy cercano a Milei.
Sin embargo, hacia afuera el Gobierno esperará el desenlace en Diputados y no anticipará sus pasos. «El Presidente siempre tiene alternativas. Hay plan B y plan C, pero forma parte de la estrategia y no lo vamos a hacer públicos», advirtió el vocero Manuel Adorni.
Con todo, Milei no se sorprendió con el rechazo del DNU en el Senado. «Era algo que estaba dentro de nuestros planes, algo esperable. La composición de la Cámara hacía que no hubiera lugar para un resultado distinto», reconoció en diálogo con La Red.
Tras el revés en el Senado, y a pesar de que el oficialismo en el Congreso trabaja con un sector del PRO y de la Unión Cívica Radical para dilatar el tratamiento del DNU, el pronóstico en Diputados es similar. «Vemos la posibilidad de que se rechace«, admitió Adorni, cuya influencia en el Gobierno excede a su rol de vocero.
«Nosotros tenemos la misma lógica o expectativa que teníamos con el Senado. Sabemos que hay un sector importante de la política argentina que no está dispuesta a ceder ni sus privilegios, ni su status quo y no está dispuesta a pasar más allá de diciembre de 2023, porque quieren quedarse en el pasado», completó el funcionario.
Por lo pronto, luego de la pirotecnica mediática contra los sectores más reactivos de la oposición, Milei acordó con su tropa una tregua con sectores que en las últimas horas, según consideran, mostraron «buena voluntad» con el Gobierno. De ahí que el jefe de Estado dijo «valorar y ponderar fuertemente el trabajo» de los diez senadores de la UCR que votaron a favor. Un guiño al partido que hasta la semana pasada parecía imposible: «Hay que ayudar a los radicales que se le están plantando a (Martín) Lousteau. No es momento de meter a todos en la misma bolsa», explicaron en el Ejecutivo.
POLITICA
La Justicia le pone frenos a la voraz ofensiva de Musk para pasar la “motosierra” en el gobierno de Trump
WASHINGTON.- La última tapa de la revista Time mostró a Elon Musk sentado delante de dos banderas en el escritorio Resolute, el mismo que utiliza Donald Trump y utilizaron sus antecesores en el Salón Oval de la Casa Blanca. La ilustración es un testimonio del creciente poder del hombre más rico del mundo en la nueva administración trumpista, donde lidera una cruzada sin precedentes para redefinir los límites del gobierno federal.
Una periodista le pidió una reacción por la tapa a Trump, famoso por detestar cuando alguien le quita protagonismo. “No”, respondió primero el mandatario, serio, sentado al lado del primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, en el Oval. “¿La revista Time todavía se publica? Ni siquiera lo sabía”, bromeó después. “Elon está haciendo un tremendo trabajo”, cerró.
La ofensiva de Musk contra el gobierno federal –una “guerra a Washington”, según el título que eligió Time– lo ha convertido en una figura polifuncional y omnipresente en el día a día de la nueva administración. Trump dijo en una conferencia de prensa con Ishiba en la Casa Blanca este viernes que Musk podrá pasar la motosierra por “prácticamente todo”, incluido también el poderosísimo Pentágono.
TIME's new cover: Inside Elon Musk's war on Washington pic.twitter.com/QZ73CZqtnM
— TIME (@TIME) February 7, 2025
“El Pentágono, Educación, prácticamente todo”, dijo el presidente. “Vamos a revisar todo”, prometió.
Sin una resistencia visible de los demócratas en el Congreso, la única cota a esa ambición reformista de Musk y Trump ha surgido en la Justicia, donde una cadena de fallos de varios jueces federales –magistrados designados tanto por presidentes demócratas como republicanos, incluido por el propio Trump– han impedido que su avance sea, al menos de momento, total.
La ola de demandas contra las primeras medidas de Trump en su retorno a la Casa Blanca ha llevado la pelea por su agenda a los tribunales norteamericanos, donde todo indica que, en última instancia, se dirimirá cuál es el poder real que tendrán Musk y Trump para llevar a cabo sus planes.
Varios demócratas han dicho que la “motosierra” de Musk y Trump contra el gobierno federal es inconstitucional porque el mandatario simplemente carece de la autoridad legal para eliminar agencias y recortar o eliminar gastos que ya han sido aprobados por el Congreso. Pero la administración trumpista y los republicanos ningunean ese argumento y sostienen que Trump tiene la autoridad porque ganó la última elección presidencial con comodidad y tiene, en la visión del oficialismo, un “mandato” del pueblo para avanzar con su agenda de reformas.
Frenos
La última decisión judicial contra Trump y Musk, ayer, bloqueó sus accesos a información personal y financiera de millones de norteamericanos. El estado de Nueva York lideró una demanda de 19 estados –todos demócratas– para impedir que Musk y su Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE, por sus siglas en inglés) pudieran meterse en el sistema de pagos del Departamento del Tesoro.
Musk y su equipo intentaron acceder a ese sistema sin restricciones gracias a una autorización del secretario del Tesoro, Scott Bessent, y pese a la resistencia inicial de funcionarios de la agencia, según informó The New York Times. Ese sistema de pagos mueve billones de dólares por año, y se utiliza para los reembolsos de impuestos, o pagos de beneficios de la seguridad social o a veteranos, entre otros desembolsos. Musk dijo que quería acceder al sistema para ver cómo se gastaba el dinero y para impedir “el fraude y el despilfarro”.
El juez Paul A. Engelmayer del Tribunal de Distrito Sur de Nueva York, designado por Obama, accedió al pedido de los estados y ordenó bloquear el acceso de Musk y su equipo al sistema de pagos ante el riesgo de un “daño irreparable”, y a la difusión de “información confidencial y sensible”, y de que los sistemas sean más vulnerables a un hackeo.
“¡Esta sentencia es absolutamente demencial!”, posteó Musk en X. “¿Cómo se supone que vamos a detener el fraude y el despilfarro del dinero de los contribuyentes sin analizar cómo se gasta el dinero? ¡Eso es literalmente imposible!”, agregó.
This ruling is absolutely insane!
How on Earth are we supposed to stop fraud and waste of taxpayer money without looking at how money is spent?
That’s literally impossible!
Something super shady is going to protect scammers. https://t.co/7Eyy9ZsN7A
— Elon Musk (@elonmusk) February 8, 2025
“Este es un activista haciéndose pasar por juez”, defenestró Musk al juez Engelmayer en otra publicación, al repostear una publicación en X que acusaba a Engelmayer de lawfare, el mismo argumento utilizado por Cristina Kirchner en la Argentina o por el propio Trump contra sus múltiples judiciales.
No fue el único revés que sufrió la ofensiva de Musk en la Justicia. El viernes, un juez federal en el Distrito de Columbia, Carl Nichols, nombrado por Trump en 2019, bloqueó la decisión del gobierno de Trump de poner en licencia a miles de trabajadores de la agencia que distribuye ayuda humanitaria y para el desarrollo, Usaid, ante una demanda de dos sindicatos de empleados públicos. Los sindicatos le pidieron a Nichols que actuara ante lo que calificaron como “una serie de acciones inconstitucionales e ilegales” tomadas por Trump para desmantelar la agencia.
Los sindicatos argumentaron en su demanda que el desmantelamiento de Usaid provocó “una crisis humanitaria global” al cortar de manera abrupta el trabajo de la agencia, y además ha “costado miles de empleos estadounidenses” –muchas pequeñas y medianas empresas, incluidas granjas, y también multinacionales como Cargill obtienen ingresos de programas que financia la agencia– y “han puesto en peligro los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos”.
Además de ese fallo, otros jueces federales ordenaron suspender la ejecución del memo de la Oficina de Administración del Presupuesto que congeló los programas de asistencia del gobierno federal, una movida que desató entusiasmo y pánico, ansiedad y confusión en iguales proporciones. Tras el revés judicial, la Casa Blanca anunció la rescisión del memo, aunque reafirmó la intención de congelar una porción importante del gasto público. Por otro lado, un magistrado postergó la fecha límite para que empleados del sector público acepten retiros voluntarios a la espera de una audiencia judicial, mañana, que podría anular la propuesta.
Una de las decisiones fue adoptada por la jueza Loren Alikhan, nominada por el expresidente Joe Biden, llegó luego de una demanda presentada por el National Council of Nonprofits, una organización que reúne a organizaciones sin fines de lucro que suelen ser receptoras de financiamiento federal. Pero una orden similar fue adoptada también por otro juez federal en Rhode Island, John J. McConnell, nominado por Barack Obama, ante una demanda presentada por los Fiscales Generales de 22 estados demócratas y el Distrito de Columbia, el bloque devenido en el principal frente de oposición a la nueva administración trumpista.
Ese mismo bloque, junto con la ciudad de San Francisco, se movió también contra otra de las decisiones más polémicas de Trump, que también fue frenada en la Justicia: la eliminación del derecho a la ciudadanía por nacimiento. Tal como ocurrió con el memo que ordenó congelar una porción del gasto público, ese decreto de Trump con el que intentó borrar con una firma un derecho consagrado en la Constitución generó múltiples demandas en varios tribunales del país. Además del juicio iniciado por los estados demócratas, hubo demandas de organizaciones civiles y mujeres embarazadas. Una de esas demandas, presentada por Washington, Arizona, Illinois y Oregon, llevó al primer revés judicial de la era Trump cuando un juez, John Coughenour, designado por Ronald Reagan, ordenó frenar la aplicación del decreto.
“Esta es una orden descaradamente inconstitucional”, declaró el juez sobre el decreto de Trump.
Más allá de los fallos judiciales en contra, Musk y DOGE ya concretaron recortes en los programas de diversidad e inclusión (DEI) del gobierno federal, cientos de contratos, incluidos las suscripciones o acuerdos con medios como el New York Times o Politico –cuyo servicio, Politico PRO, es ampliamente usado en las oficinas públicas–, consultorías, alquileres o contrataciones de personal. Musk también tiene en la mira a la Oficina de Protección Financiera al Consumidor, creada durante la presidencia de Barack Obama.
“Esta administración tiene una oportunidad para realizar una reforma importante que quizá no se repita nunca más”, tuiteó Musk este sábado. “Es ahora o nunca.”
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