POLITICA
El Gobierno negocia contra reloj para aprobar la ley Bases este miércoles: qué puntos aún generan conflicto
«En la votación en particular todo es difícil», explica una fuente parlamentaria de La Libertad Avanza y trasluce así la preocupación que por estas horas rodea al oficialismo en torno a la Ley Bases. Si bien hay mesurado optimismo con la aprobación en general en la sesión de este miércoles en el Senado, existe el temor de que artículos clave, referidos al régimen de inversiones (RIGI), privatizaciones y al Impuesto a las Ganancias, podrían caerse. Por eso, siguen negociando contrarreloj con los referentes de la oposición dialoguista para evitar «una derrota política» en la eventual vuelta del proyecto a Diputados donde debería confirmarse el articulado en discusión.
Los negociadores del Gobierno con los bloques parlamentarios «dialoguistas» son el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, el vicejefe, José Rolandi y la propia Victoria Villarruel. Justamente la vicepresidenta, ante el escenario de una votación cerrada, podría tener la misión de desempatar en lo que se presume será una histórica votación.
En las últimas horas se había especulado si no estaría impedida de cumplimentar esa tarea o incluso de presidir la sesión por tener que hacerse cargo del Ejecutivo por el viaje a Italia de Javier Milei. Pero parece un escenario improbable porque la Cámara alta comenzará a sesionar este miércoles a las 10 y el Presidente partiría rumbo a la Cumbre del G7 en principio a las 23 de ese mismo día. Sería necesario que el kirchnerismo pudiera dilatar en extremo la votación.
Al cierre de esta edición, un vocero consultado no confirmó la hora de salida aunque sí estimó «como probable» que sea esa misma noche. Es que con el correr de las horas crecieron las suspicacias sobre una breve postergación de la salida de la comitiva oficial para que eventualmente la vice pudiera desempatar una votación cerrada. Pero, como se dijo, parece un escenario improbable.
De cualquier manera, en caso de que Villarruel quedara al frente del Poder Ejecutivo por el viaje de Milei, asumiría la presidencia del Senado el libertario Bartolomé Abdala. El puntano podría votar con el resto del oficialismo a favor de la Ley Bases y en caso de ser necesario luego desempatar. Tendría doble voto.
Como sea, en el Gobierno hacen cuentas y si bien los «halcones libertarios» descartan ceder más cambios al proyecto, el ala política sigue intentando «buscar consensos» en temas ríspidos como Ganancias, privatizaciones, RIGI y facultades delegadas. Este lunes Villarruel convocará a una reunión de labor parlamentaria a los jefes parlamentarios para garantizar el miércoles 12 un inicio de sesión ordenado. A la tarde serán los propios referentes parlamentarios «aliados» los que se reunirán para la discusión «fina» sobre el articulado.
Más reuniones con gobernadores
«Las charlas continúan», aducen el ala política del Gobierno y no descartan que haya más cambios al dictamen aprobado el 30 de mayo con una gran cantidad de disidencias. Este lunes Francos recibirá en las oficinas del ministerio del Interior, donde seguirá haciendo base, a otro gobernador «aliado» -no quisieron revelar quién- para firmar un convenio de traspaso de obras públicas solventadas por la Nación a la órbita provincial. Se trata de una continuidad de la agenda realizada la última semana, cuando pasaron por las oficinas de la planta baja de la Casa Rosada siete mandatarios. El último fue el radical Alfredo Cornejo.
En ocasión de participar de la mesa de Mirtha Legrand el sábado a la noche, Francos expresó cierta cautela respecto al resultado final del debate de la Ley Bases en el Senado. “Creo que vamos avanzando. Por ahí estamos, vamos a ver el día de la votación”, remarcó.
Se espera una jornada «caliente» dentro y fuera del recinto. Ocurre que gremios de la CGT y organizaciones vinculadas al kirchnerismo anticiparon una movilización a las afueras del Congreso para expresar su repudio a una normativa que, advierten, traerá más desocupación y pérdida de soberanía para el país.
Todas las miradas, como se dijo, estarán puestas en la votación particular. Los artículos se aprueban por mayoría simple. Se descuenta que el bloque alineado a Cristina Kirchner votará en contra y, si estuviera el pleno de la bancada, les alcanzaría con sumar otros cuatro legisladores más para voltear parte del articulado.
El escenario del oficialismo se complicaría si el eventual rechazo de algún artículo alcanza los dos tercios (48 votos) de la Cámara. Es que ese nivel de rechazo le impediría que cuando el texto vuelva a Diputados para su ratificación podre insistir con la escritura original con la mayoría simple que ya tuvieron en esa cámara y así reincorporar así los puntos caídos.
Otra estratagema que estaría urdiendo el bloque de Unión por la Patria sería acompañar en la votación en particular los cambios propuestos en el dictamen que presentó Martín Lousteau este viernes. El jefe de la UCR propone que para las privatizaciones de Aerolíneas Argentinas y el Correo Argentino el Ejecutivo debe enviar una ley aparte con el plan de concesión, en el cual debe garantizar las interconexiones aerocomerciales y el servicio postal a precio a razonable en todo el país. El dictamen de Lousteau podría condicionar eventuales apoyos «de los aliados» al articulado en discusión, admiten en la Cámara alta.
POLITICA
Euforia por los resultados en el comando trumpista en Florida, donde solo se espera el anuncio final para desatar “una fiesta”
WEST PALM BEACH, Florida.- Con el camino al triunfo de Donald Trump ya prácticamente allanado, la expectativa está puesta en el discurso del líder republicano en el megaevento electoral del candidato republicano, que revolucionó West Palm Beach, en Florida, el lugar elegido por su equipo de campaña para lo que será su fiesta de victoria, de desquite casi personal de la derrota de 2020.
El último estallido del público llegó con las proyecciones de que el magnate se quedó con Pensilvania, uno de los estados que se preveían cruciales. Solo faltaba sumar oficialmente un puñado más de votos en el Colegio Electoral para que Trump se convierte en el 47 presidente de Estados Unidos.
“¡Se acabó!”, festejó un hombre en medio del en griterío que parecía un punto sin retorno. Un joven con una gorra de Make America Great Again subió la apuesta. “¡Que se joda Joe Biden! ¡Que se joda ella!”, dijo en referencia a Kamala Harris, la rival de Trump en las elecciones.
La multitud, eufórica, coreaba: “¡Estados Unidos! ¡Estados Unidos!”. Ahora están reunidos cerca del escenario esperando que Trump entre y pronuncie un discurso. Todo es entusiasmo, abrazos y sonrisas, en un búnker al que siguen llegando invitados, como Tucker Carlson, recibido como una estrella.
“Se va a terminar este desastre [del gobierno demócrata]. Hoy será una fiesta. ¿Alguna duda de eso?”, señaló más temprano Magali, que llevaba un vestido brillante con los colores de la bandera norteamericana. “Me quedaré hasta el final para escuchar a nuestro líder”, añadió la mujer, junto a un grupo de amigas, todas vestidas para una fiesta. Tras una cena múltiple que ofreció en su club Mar-a-Lago a personas de su entorno y donantes de campaña –el multimillonario Elon Musk fue uno de los invitados estelares-, Trump ya se dirige al Palm Beach County Convention Center para dar un discurso.
Con el avance del recuento oficial y el mapa de estados que poco a poco se pintó más de rojo que de azul, como era esperado con los primeros anuncios, la confianza en el búnker trumpista iba en aumento. También por las proyecciones que circulaban en redes sociales y medios de comunicación sobre las mayores posibilidades de victoria republicana en el Colegio Electoral, la llave para volver a la Casa Blanca. Nadie despegaba su mirada de las pantallas y los celulares, atentos a cada dato. De todas formas, ninguno se quería adelantar a los resultados finales.
“Esperamos un triunfo, sin dudas, aunque sabemos que el anuncio oficial puede tardar. Habrá que tener paciencia”, dijo a LA NACION Matt Moore, que viajó especialmente desde Wisconsin para el evento. “Es difícil confiar en el sistema electoral, ya vamos viendo lo que pasa en Pensilvania”, advirtió, mientras mostraba en su celular una publicación de Trump en Truth Social, aún en plena votación, en la que denunciaba “masivas trampas en Filadelfia”.
En medio de un fuerte operativo de seguridad desde temprano en torno al centro de convenciones, unos 5000 republicanos invitados se congregaron para seguir los resultados. El merchandising trumpista estuvo a la orden del día: con gorras rojas MAGA (Make America Great Again), banderas con la cara del magnate y otras norteamericanas, y remeras estampadas con la fórmula Trump-Vance 2024.
El primer grito llegó con la confirmación del amplio triunfo republicano en Florida. “¡Trump! ¡Trump! ¡Trump!”, cantaron los simpatizantes cuando el extremo sudeste del mapa se pintó de rojo, en el estado de residencia del expresidente. “¡Flo-ri-da! ¡Flo-ri-da!”, corearon sus simpatizantes.
Las encuestas preveían un triunfo cómodo de Trump –por unos siete puntos- en el estado del sol, convertido en un bastión republicano después de haber sido un distrito en disputa en elecciones pasadas (Barack Obama se impuso en 2008 y 2012). El candidato republicano se aseguró esos 30 votos para el Colegio Electoral, con la sorpresa de una victoria aplastante: 13 puntos de ventaja sobre Kamala Harris. Fue una diferencia mucho mayor a la pronosticada, lo que consolidó el amplio predominio conservador en el estado (en cada elección en la que participó, Trump aumentó aquí sus márgenes de victoria).
Además, Trump se convirtió en el primer candidato presidencial republicano en ganar Miami-Dade, el condado más poblado de Florida, desde 1988. Biden lo había ganado por siete puntos en 2020.
Un grupo de afroamericanos con remeras de Black Voters for Trump también se hizo presente en el evento trumpista. “Confiamos en él, las cosas no han sido mejores cuando tuvimos a un presidente afroamericano y demócrata”, señala uno de ellos, en referencia a las administraciones de Barack Obama.
Ante la fuerte demanda de medios de prensa de todo el mundo, el equipo republicano rechazó el acceso a decenas de periodistas internacionales, lo que provocó fuertes quejas. Además, según informó la cadena CNN, en represalia por su cobertura se les quitó la acreditación a periodistas de Politico, Voice of America y Mother Jones.
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