POLITICA
“El verdadero premio”: Uniendo Metas, el encuentro nacional de adolescentes que replica el modelo de debate de la ONU
El salón de actos de la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) se llenó de adolescentes de entre 15 y 18 años. Algunos, vestidos con coronas, capas, boinas, sacos; ellas, envueltas en sairi y más. Todos, representando a los países miembro de las Naciones Unidas (ONU). Así fue el cierre del XX encuentro del programa “Uniendo Metas”, impulsado por la Asociación Conciencia, una organización civil no partidaria y sin fines de lucro fundada en 1982.
En “Uniendo Metas”, los chicos simulan debates con una metodología del modelo de la ONU, un enfoque que les permite abordar discursiva y cognitivamente problemáticas globales. La intención no solo es el aprendizaje sobre política internacional, sino también desarrollar habilidades cívicas y de valores democráticos. Es una dinámica que trajeron a la Argentina en 1994 desde Harvard, donde se ideó.
Este año participaron 8000 chicos de 21 localidades del país y esta tarde, en el evento final, se congregaron 900 participantes, delegaciones, docentes y voluntarios; incluso, un grupo que vino desde Colombia cuando conocieron el modelo a través de las redes sociales. Algunos de los temas de la agenda mundial que se debatieron durante viernes, sábado y domingo fueron la inserción laboral juvenil, la minería y el desarrollo económico, la reducción de paraísos fiscales, la inclusión de las personas refugiadas en los sistemas de salud y la erradicación de la violencia de género.
Los distintos grupos de alumnos, de diferentes colegios y provincias, simularon el accionar de los órganos de la ONU, incluyendo la Asamblea General, el Consejo de Derechos Humanos, el Consejo de Seguridad, y el Consejo Económico y Social. Además, agregaron una sala de tratados internacionales, algo que no existe en la ONU con ese nombre, y un espacio de simulación de la Agencia para los Refugiados (Acnur).
La jornada terminó con discursos de algunos de los estudiantes que representaron el rol de las autoridades de la ONU. El final fue un despliegue: ingresaron las banderas de las Naciones Unidas, de la Argentina y de la propia fundación, con abanderados y escoltas. Sonó el Himno Nacional y se invitó a dos exparticipantes a dedicar unas palabras, Sergio Siciliano y Luciana Padulo, ambos miembros del Consejo Asesor Conciencia. Entre los oradores también estuvieron los propios alumnos, todavía en el papel que les tocaba interpretar, y miembros de Conciencia: Francesca Melitele, de Rada Tilly, como secretaria general del modelo de la ONU; Juan Farned, líder del eje participación de Conciencia, y Camila Cifarelli, voluntaria de la asociación, entre otros.
“¿Quién está con una mezcla de sensaciones de que se termina el encuentro nacional? ¿Quién está manija? ¿Nostalgia?”, preguntó Siciliano, quien además es legislador porteño por Pro. Todas las manos se alzaron automáticamente, muestra del entusiasmo generalizado.
Por su parte, Padulo, legisladora por el kirchnerismo, incentivó a los participantes: “El verdadero premio que se llevan de acá es el proceso. Cada vez que esperaron para hablar, levantaron el cartel y no les dieron la palabra, aprendieron a esperar –ejemplificó–. Esas son las herramientas que se tienen que llevar. Porque una mención es un momento, pero las herramientas emocionales son las que se llevan para siempre y son las que los van a ayudar a transformar el mundo y a ser líderes positivos en este país”.
“Conciencia es una organización que tiene 42 años, y esto [Uniendo Metas] es un pedacito de lo que hace”, remarcó Juan Manuel Fernández, director ejecutivo de Conciencia, quien mencionó otras tareas que realiza la asociación, como brindar ayuda a emprendedores, pero también a los alumnos a los que se les dificulta económicamente continuar con sus estudios. Así, se refirió específicamente sobre el trabajo con escuelas rurales.
“Hay algunos argentinos que ni siquiera tienen las necesidades básicas satisfechas en este país lleno de oportunidades y que duele en esa ruralidad profunda, donde a veces por ahí no tienen la posibilidad de tener una comida en el día. Ahora llega el verano, y nos encuentra desplegando todo nuestro potencial para llegar a cada una de las fincas. […] Esos chicos durante el año comen en la escuela, y tal vez durante el verano no tienen dónde comer. Con un montón de actores reabrimos las escuelas y las sostenemos abiertas para que puedan seguir comiendo durante el verano”, detalló.
Además, a través de una gacetilla, Fernández destacó la importancia de que los chicos tengan un lugar de debate profundo y respetuoso: “Mientras en la Argentina vemos que hay un contexto de polarización, descalificación y violencia como forma de llevar adelante nuestros debates más profundos, nosotros venimos desde 1994 enseñando que hay otro camino en el respeto, la tolerancia, la construcción de ideas y la comunicación efectiva”.
A nivel nacional, el Ministerio de Relaciones Exteriores de la Argentina y el Centro de Información de Naciones Unidas para la Argentina y Uruguay avalan el programa. Con este respaldo de múltiples organismos educativos y gubernamentales, “Uniendo Metas” fue declarado de interés educativo.
POLITICA
El retorno de Donald Trump: ¿Qué significa para Estados Unidos y el mundo?
El retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos marca un hito en la política contemporánea del país, destacando cómo ha logrado conectar con una parte considerable del electorado que se siente desencantada con el statu quo político. Este segundo mandato, tras una pausa forzada por la derrota electoral anterior, representa un momento crucial para la política estadounidense, redefiniendo las expectativas sobre la capacidad de recuperación y perseverancia política en un entorno profundamente polarizado.
Nuevas propuestas para un Estados Unidos renovado
Trump regresa con propuestas ambiciosas tanto en el ámbito interno como en el externo, con una visión que busca responder a las críticas recibidas durante su primer mandato y fortalecer la estructura económica y social del país.
Internamente, la renovada promesa de Make America Great Again ahora se centra en un desarrollo energético mixto que incluye tanto fuentes renovables como tradicionales. Trump apuesta por fuentes de energía como la nuclear y la eólica, sin dejar de lado la producción de petróleo y gas natural. Este enfoque busca mantener a Estados Unidos como un actor clave en el mercado energético global y garantizar la independencia energética, minimizando la dependencia de importaciones en un contexto internacional cada vez más inestable.
En el ámbito económico, Trump propone una reducción significativa de los impuestos corporativos, acompañada de incentivos para la producción local. Esta estrategia se orienta principalmente a enfrentar la competencia extranjera, particularmente de China, y fortalecer la economía nacional fomentando la manufactura interna. Trump ha argumentado que, con estas políticas, se crearán empleos de calidad para los estadounidenses, una de las mayores preocupaciones del electorado de clase trabajadora. Las políticas arancelarias que caracterizaron su primer mandato también podrían ser revitalizadas, con el objetivo de proteger sectores clave como el acero, la industria automotriz y la tecnología. Según sus asesores, estas medidas buscan recuperar los empleos perdidos por la globalización y asegurar que Estados Unidos mantenga un lugar prominente en la cadena de suministro global.
La estrategia exterior de Trump: Fortaleciendo viejas alianzas y reconsiderando compromisos
En cuanto a política exterior, Trump sigue proyectando un enfoque pragmático del poder estadounidense, reforzando alianzas estratégicas con países como Israel, Arabia Saudita y Japón, mientras revisa compromisos como el acuerdo de París y la participación en ciertas operaciones militares de la OTAN que no considere beneficiosas para los intereses nacionales.
Trump ha reafirmado que su política exterior seguirá la premisa de «América Primero», lo cual implica reducir el papel de Estados Unidos como policía del mundo. Esta visión también apunta a fomentar un reparto más equitativo de las cargas de defensa, presionando a los aliados, especialmente a los europeos, a asumir un rol más proactivo dentro de la OTAN. Trump ha mencionado en múltiples ocasiones que considera injusto que los contribuyentes estadounidenses subsidien la seguridad de otros países ricos. En este contexto, se prevé un fortalecimiento de la cooperación militar con Japón en la región del Indo-Pacífico como respuesta a la creciente influencia de China. Durante su primer mandato, Trump insistió en que los aliados europeos incrementaran su gasto en defensa, y esta línea parece continuar con mayor fuerza en su segundo mandato, exigiendo mayor responsabilidad por parte de los socios internacionales..
Respecto a Venezuela, la administración de Trump podría buscar un cambio de régimen a través de presiones económicas, debilitando al gobierno de Nicolás Maduro. Trump ha sido un crítico constante del régimen de Maduro y ha apoyado en el pasado a figuras de la oposición como Juan Guaidó. Bajo su nueva administración, es probable que se incremente la presión mediante sanciones específicas y apoyo a coaliciones regionales para fomentar la democracia en el país sudamericano. A través de la Organización de Estados Americanos (OEA), Estados Unidos podría intentar construir un frente unido para presionar a Maduro, en un esfuerzo por estabilizar la región y limitar la influencia de actores externos como Rusia y China.
En cuanto a Ucrania, Trump enfatiza la necesidad de una mediación directa con Rusia para alcanzar una solución efectiva al conflicto, con el fin de reducir los costos que este conflicto representa para los recursos estadounidenses. Su enfoque pragmático busca evitar un enfrentamiento prolongado con Rusia, promoviendo una negociación que, aunque pueda ser controversial, garantizaría la estabilidad en Europa del Este y disminuiría la dependencia militar y económica de Ucrania hacia Estados Unidos. Este tipo de política podría verse como un intento de restablecer un equilibrio de poder en la región, donde los intereses nacionales estadounidenses sean defendidos sin recurrir a una intervención militar continua.
En Oriente Medio, la administración proyecta una estrategia de contención hacia Irán mientras busca continuar expandiendo los acuerdos de Abraham. Estos acuerdos, que marcaron un avance significativo en las relaciones diplomáticas entre Israel y varios países árabes, ofrecen una oportunidad para consolidar la paz en una de las regiones más inestables del mundo. Trump pretende sumar a más naciones árabes, incluyendo Arabia Saudita, Omán y Kuwait, lo cual fortalecería el rol de Estados Unidos como mediador en la región. La inclusión de Arabia Saudita sería un logro diplomático importante, ya que este país tiene una gran influencia económica y religiosa en el mundo árabe, lo cual podría ser un factor clave para la estabilidad de Oriente Medio. En paralelo, su política hacia Irán continuará siendo firme, con la intención de renegociar el acuerdo nuclear bajo términos más estrictos, buscando limitar el desarrollo de armas nucleares y reducir la influencia iraní en conflictos regionales como los de Yemen, Siria y Líbano.
Perspectivas desde Europa del retorno de Trump
El primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, opinó que el retorno de Trump representa una oportunidad para redefinir las alianzas estratégicas en el ámbito internacional. Orbán ha destacado que este enfoque podría fortalecer la soberanía nacional de los países, y ha felicitado con entusiasmo la victoria de Donald Trump. Además, mencionó que una victoria de Trump obligaría a Europa a reconsiderar su apoyo a Ucrania, sugiriendo que la política exterior estadounidense podría cambiar significativamente bajo su liderazgo.
Por otro lado, Emmanuel Macron, presidente de Francia, ha expresado sus preocupaciones respecto al enfoque de «América Primero». Macron señaló que el repliegue de Estados Unidos en ciertos compromisos multilaterales podría debilitar la cohesión de las alianzas occidentales. A pesar de ello, reconoció que una negociación más directa con Rusia podría aliviar tensiones en Europa del Este, aunque esto podría poner en riesgo la unidad dentro de la Unión Europea.
En el futuro cercano, la influencia de Trump podría profundizar las diferencias en Europa respecto a la postura frente a Rusia y Ucrania. Mientras líderes como Orbán buscan mayor autonomía y favorecen un enfoque más pragmático enfocado en la paz, otros, como Macron, podrían enfrentar una creciente presión para reevaluar su compromiso con la seguridad regional y la unidad de la UE.
Conclusión
El regreso de Trump está acompañado de una narrativa polarizadora, pero también revitalizadora para sectores de la sociedad que se sienten desatendidos por los cambios recientes. Su habilidad para reconectar con este electorado y su determinación para redefinir el papel de Estados Unidos en el mundo han hecho de este regreso un acontecimiento digno de análisis. Trump vuelve con la intención de promover un cambio sustancial en la política estadounidense, orientado hacia un enfoque pragmático y una defensa abierta de los intereses nacionales. Busca destacar la importancia de la soberanía y la autosuficiencia, especialmente en sectores críticos como la energía y la tecnología, que han sido el núcleo de sus políticas tanto en su primer mandato como en el presente.
Este retorno no solo es relevante por el hito histórico que representa, sino también por el rumbo que podría tomar la política mundial en los próximos años. La nueva administración de Trump promete ser una mezcla de continuidad y cambio: continuidad en la defensa férrea de los intereses estadounidenses y cambio en la forma de abordar los desafíos globales, con menos énfasis en el intervencionismo militar y más en la diplomacia económica y el realineamiento estratégico. Para muchos, su regreso representa una segunda oportunidad para cumplir con promesas que quedaron inconclusas, y para otros, un desafío que definirá el futuro del orden internacional y la posición de Estados Unidos en el escenario global. (www.REALPOLITIK.com.ar)
ETIQUETAS DE ESTA NOTA
Emmanuel Macron, Estados Unidos, Donald Trump, Rusia, Ucrania, Hungría, Viktor Orbán, Francia, Anderson N. Riverol, Make America Great Again, En cuanto a Ucrania, Trump enfatiza la necesidad de una mediación directa con Rusia para alcanzar una solución efectiva al conflicto, con el fin de reducir los costos que este conflicto representa para los recursos estadounidenses
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