El intendente de Necochea, Arturo Rojas, se encuentra en el ojo de la tormenta tras su polémico viaje a Brasil para presenciar el Gran Premio de San Pablo. Lo que inicialmente parecía una escapada familiar para disfrutar de la Fórmula 1 junto a su hija Maitena se transformó rápidamente en un escándalo político que podría costarle caro.

Rojas fue captado por las cámaras de la transmisión oficial mientras seguía de cerca la carrera de Franco Colapinto desde las tribunas. El video no tardó en viralizarse y, en cuestión de horas, las críticas comenzaron a lloverle desde distintos sectores de la ciudad. La oposición no perdió tiempo y advirtió que estudian avanzar con una moción de destitución en el Honorable Concejo Deliberante, argumentando que el jefe comunal incumplió con sus deberes al salir del país sin haber solicitado licencia oficial.

“Nos enteramos de su viaje por televisión, como cualquier vecino”, expresó un concejal opositor, visiblemente molesto. La falta de comunicación y el proceder inconsulto de Rojas han desatado indignación en la comunidad política y en buena parte de la ciudadanía. La imagen de un intendente en las gradas de un evento deportivo, mientras los problemas cotidianos de Necochea permanecen sin resolverse, ha golpeado fuerte en el ánimo local.

Intentando calmar las aguas, Arturo Rojas recurrió a sus redes sociales, donde publicó: “Sueño cumplido. Fin de semana con mi hija Maitena viendo la Fórmula 1. Amor eterno y felicidad total”. Sin embargo, el gesto paternal no fue suficiente para detener las sospechas. Incluso algunos detractores apuntan que en situaciones similares, Rojas ha viajado acompañado por personas de su círculo íntimo que no siempre son familiares, un rumor que sigue alimentando el descontento.

El intendente se justificó públicamente, aclarando que el viaje fue un momento especial con su hija y no un escape personal o una escapada romántica, como algunos insinuaron. Sin embargo, el daño ya está hecho, y el debate sobre sus prioridades como funcionario sigue creciendo.

La polémica no solo deja en evidencia posibles errores administrativos, sino que también refleja un problema más profundo: la desconexión entre las autoridades y las demandas de los vecinos. Mientras Rojas disfruta de carreras en el extranjero, muchos en Necochea se preguntan si sus problemas cotidianos están en la agenda del intendente o si, simplemente, han quedado relegados a un segundo plano.

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