A pesar de la convocatoria por parte del Gobierno para conformar una mesa de diálogo, la Confederación General del Trabajo (CGT) confirmó que se sumará a la marcha del próximo 7 de agosto, para reclamar por la grave situación social, económica y alimentaria que atraviesa el país.

La movilización fue convocada por organismos de derechos humanos y organizaciones sociales con trabajo territorial en barrios altamente vulnerables, los más afectados por las políticas de ajuste de la gestión de Javier Milei.

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Si bien el eje central de la movilización, será la peregrinación de San Cayetano, la idea central es apuntar contra las políticas de la gestión libertaria, sobre todo en cuestión alimentaria y laboral. Por lo que la consigan de este año será “visibilizar la grave situación de emergencia alimentaria, social y laboral”, bajo el lema: “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo”.

A los cuestionamientos sobre la política social y economía de Milei, se suma el último dato del Observatorio de la Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA), que ratificó este domingo, que el 55% de la población argentina se encuentra bajo la línea de pobreza y uno de cada cinco argentinos es indigente.

Alerta de la UCA: el 55% de los argentinos vive en la pobreza y uno de cada cinco es indigente

En esa línea, desde la CGT rechazaron su participación en una mesa de negociación con el Gobierno y empresarios, para entablar puntos a tratar en relación a cuestiones laborales. De hecho, además de confirmar su participar de la movilización de San Cayetano, indicaron que “queremos discutir cómo generamos empleo, discutimos el salario y generamos trabajo digno y desarrollo del país”.

Héctor Dáer, integrante del triunvirato de la central sindical, confirmó que  la participación de la movilización “va a ser más pequeña, para no caer en provocaciones” y que “la idea es acompañar” a las organizaciones sociales, los organismos de Derechos Humanos y los movimientos religiosos.