POLITICA
La defensa de River está lesionada y en duda para la Libertadores: el detalle de cada caso
El reloj comenzó a correr para el equipo de Marcelo Gallardo: en 15 días será la ida de las semifinales en Belo Horizonte.
A River Plate le salió muy caro el partido frente a Platense por el campeonato local: toda la defensa titular del equipo de Marcelo Gallardo acabó lesionada y en duda para la llave de semifinales de la Copa Libertadores, la cual comenzará el martes 22 de octubre en Brasil.
El reloj comenzó a correr a 15 días del primer chico en el Arena MRV en Belo Horizonte. Por la fecha 17 el Millonario igualó con el Calamar en un pobre empate sin goles y del Estadio Ciudad de Vicente López volvieron lesionados Fabricio Bustos, Germán Pezzella y Marcos Acuña.
El único en óptimo estado es Paulo Díaz; sin embargo, el chileno al día de hoy no tiene su lugar asegurado en el primer equipo, de hecho Leandro González Pírez subió en la consideración del entrenador y de los hinchas.
Germán Pezzella
El defensor central, capitán por la sorpresiva ausencia de Franco Armani, sufrió una micro-fractura detrás del oído izquierdo y abandonó el campo en el complemento. Es el que mejor está porque no corre riesgo y hasta se sumará a la convocatoria de la Selección Argentina en la doble fecha de Eliminatorias Sudamericanas.
Marcos Acuña
El lateral izquierdo tienen una distensión en el isquiotibial izquierdo y está al límite: llegaría con lo justo a la ida y solo porque es una semifinal de copa. El Huevo quedó desafectado de la Albiceleste: “El jugador Marcos Acuña de River Plate queda desafectado de la citación por molestias físicas. En su reemplazo, sube a la nómina Julio Soler”.
“Huevo” Acuña y Alejandro Garnacho, bajas de último momento en la Selección Argentina
Fabricio Bustos
El lateral derecho, refuerzo proveniente del Internacional de Porto Alegre, es el más complicado porque sufrió un desgarro grado 1 en el sóleo derecho. Fue reemplazado en el entretiempo por Milton Casco, una de las alternativas junto con Agustín Sant’Anna.
POLITICA
Sinceramientos
El gobierno dio la señal de largada este lunes, cuando utilizó la nueva señal oficial, La Nación +, para que sus ministros y publicistas atacaran sin piedad a Axel Kicillof. Hasta ahora, el gobernador provincial había sido desplazado a un segundo plano, como consecuencia de un entendimiento mutuo entre el oficialismo y Cristina Fernández de Kirchner para elegirse como antagonistas. Era una decisión favorable para ambos: para Javier Milei, porque Cristina podría imponerse, no sin esfuerzo, dentro del panperonismo, pero nunca ganar una elección, sobre todo si se tratara de un balotaje presidencial. ¿Por qué hacer referencia a una eventual elección presidencial en un año de intermedias legislativas? La respuesta es sencilla: este año, más que la composición del Congreso Nacional, lo que está en juego es la instalación de candidaturas para las presidenciales de 2027. ¿Qué ganaba Cristina con una grieta con Milei? La posibilidad de mantener algo de su antiguo liderazgo, aunque fuese a costa de condenar al panperonismo a la derrota.
Para desazón de la expresidenta y del actual presidente, el gobierno recibió dos novedades muy negativas en los últimos días. La primera, impensada para el estratega oficial Santiago Caputo, quien redactó el discurso de Davos, fue la reacción mayoritaria de la sociedad argentina de rechazo a la descalificación y amenazas de las minorías sexuales. En esa negativa se incluyó, necesariamente, una negativa rotunda al discurso neofascista y autoritario pronunciado por un presidente que, tal vez por primera vez, debió salir a aclarar lo que supuestamente había querido decir, aunque confirmando cada uno de los ítems de esa alocución. En las redes sociales, ese discurso lo costó caer de casi un 70 por ciento de posteos favorables a un 37 por ciento, pronunciándose las críticas en un terreno que siempre había sido fértil para LLA.
Esa señal negativa se tradujo en actos autoconvocados en defensa de la diversidad, con la asistencia de más de 1 millón de personas que desafiaron el tórrido verano, las vacaciones y el feriado. Lo peor para el gobierno no fue que algún espacio partidario pudiera apropiarse de la representación de ese descontento, sino que, una vez más –como ya sucedió con las marchas universitarias- que la sociedad demostró que es capaz de tomar la iniciativa, ante la orfandad en que la dejaron las fuerzas políticas tradicionales. De manera concomitante, muchos de los participantes fueron votantes de Milei descontentos con los conceptos vertidos en ese discurso, y quién sabe con cuantos aspectos más de las políticas implementadas. En un año electoral, equivale a jugar con fuego.
La segunda mala noticia para el gobierno fueron las encuestas que señalan que, si bien Cristina podría imponerse en una interna, en caso de que el candidato fuera Axel Kicillof, podría triunfar en un eventual balotaje, ya que no es objeto de odio de parte del gorilismo cultural inserto en las clases medias argentinas. Estos datos confirmaron que resulta absurdo confrontar contra Cristina, cuando el sujeto de cuidado es el gobernador bonaerense. Por esta razón, la pantalla de La Nación + destinó su programación de inauguración del mes de febrero a bombardearlo, a través de la intervención de los publicistas rentados y de las principales figuras de la gestión. El tema elegido fue la inseguridad, denunciándose la pretendida ola de asesinatos que afrontaría la provincia de Buenos Aires, y hasta uno de los operadores periodísticos sugirió la alternativa de la intervención federal. Una vez más, el discurso oficial se tiñó de imprecisiones y falacias. Los asesinatos en la PBA vienen bajando con cada gestión desde los años duros de Carlos Ruckauf, y los números de Kicillof son inferiores en un 50 por ciento a los que presenta la mismísima Montevideo. Miente, miente, que algo quedará.
Frente a su desplazamiento del eje central de la escena, Cristina salió a reclamar su perdido protagonismo, y en sus redes sociales trató de “cachivache” a Milei y le recomendó “que vaya al psiquiatra”. Un gesto de impotencia, sin duda, condicionado por el temor ante lo inevitable: Kicillof ya decidió disociar las elecciones, y este sábado, en Mar del Plata, organizará el primero de los actos destinados a instalar a sus candidatos y respaldarlos en el territorio. Si el panperonismo irá con una o dos listas dependerá del tino de la expresidenta. Pero, con el inicio de febrero, quedó en claro que la nueva grieta tiene como términos a Javier Milei y Axel Kicillof. La renovación de la política, tanto tiempo dilatada, parece comenzar a concretarse, con una brutalidad y velocidad sorprendente. O no tanto, ya que los “tiempos fuertes” de la política y de la historia nunca son pausados. (www.REALPOLITIK.com.ar)
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