POLITICA
Llegó negada a EEUU, logró cosas increíbles y cuenta el lado A y B de Nueva York: “Dejar la queja, buscar soluciones”

¿Cómo te ves de acá a diez años? En sus días universitarios, en plena época de entrevistas laborales, la pregunta llegaba a los oídos de Daniela Gamaldi una y otra vez. En un fiel reflejo de sus deseos, la respuesta de la joven argentina solía ser siempre la misma: Me veo viviendo en el exterior, trabajando en alguna multinacional. Tal vez, la parte de la multinacional era tan solo un decir que sonaba agradable, sin embargo, la imagen de ella en algún rincón del planeta diferente a su mundo conocido era la manifestación de un sueño que traía desde chica.
Pero no fue hasta sus veinticortos, cuando ya se había recibido de contadora, que Daniela llegó a dimensionar la magnitud de su deseo. En aquellos tiempos salió a viajar por el mundo por primera vez y el impacto fue profundo e irreversible: ya no podía imaginarse viviendo en un solo lugar para el resto de su vida. A partir de entonces, buscó las formas de emigrar, pero entonces su abuela enfermó y pospuso sus pensamientos.
A pesar de las circunstancias, los deseos seguían vivos. Y fue cuando todavía no había tocado los veinticinco, que Daniela atravesó una crisis personal que la impulsó a emprender otro viaje donde se propuso recorrer Europa. Aquella fue la travesía de la metamorfosis. Durante el camino pudo sentir cómo se transformaba como persona, y en Bélgica, en el marco de una fiesta, conoció a un hombre argentino que cambió el curso de su historia.
Una lista de pros y contras: ¿dónde vamos a vivir?
¿Qué quiero hacer de mi vida? ¿Con quién quiero compartir mi vida? ¿Dónde quiero vivir mi vida? Para Daniela, algunas preguntas comenzaron a dibujar su respuesta. De regreso en Buenos Aires el amor prosperó, así como los proyectos en pareja. De todos los interrogantes, y con el deseo de caminar una vida de a dos, hubo uno que sobresalió ¿Dónde vamos a vivir? La duda, para ellos, no se limitó a un barrio, sino que abarcó el mundo entero.
Como ingeniero informático, en el camino del novio de Daniela surgieron algunas opciones en el horizonte. Argentina, antes en la mesa, quedó de pronto descartada, en especial tras un episodio de inseguridad fuerte que marcó un antes y un después. Finalmente, y tras hacer una lista de pros y contras, la pareja optó por comenzar una nueva vida en Países Bajos, más precisamente en Ámsterdam: “A pesar del hecho de inseguridad nosotros teníamos una muy buena vida en Argentina”, revela Daniela. “No nos fuimos por estar mal económicamente ni con odio, lo nuestro fue una elección a conciencia y más que nada en mi caso siempre tuve la idea de querer salir de mi zona de confort, empujarme a ir por más”.
La despedida fue dura. A Daniela la atravesó una sensación indescriptible cuando compró un pasaje sin regreso por primera vez en su vida. Los tiempos del desapego progresivo estuvieron cargados de estrés, en medio de las renuncias laborales, los trámites y guardar una vida entera en un par de valijas. Lo emocional, sin embargo, costó el doble. Como hija única, la familia de Daniela dolió la decisión. Sentía que se me salía el corazón del cuerpo, le dijo su madre a su hija tiempo después, al rememorar su partida en Ezeiza. Para Daniela también era fuerte: se iba a un país nuevo a empezar de cero, nunca había convivido con su pareja y lo haría por primera vez en un territorio extraño y lejos de los suyos. Pero la decisión estaba tomada.
Acomodarse en Ámsterdam para volver a irse: bienvenida agridulce Nueva York
En el año 2017, Daniela amaneció en Ámsterdam y la nueva vida empezó a delinearse tímidamente en el horizonte. Para su pareja todo parecía fluir, con su pasaporte español y su empleo, para ella, en cambio, las cosas fueron más complejas. Sin papeles, comenzó a buscar los caminos para lograr la residencia; cuando por fin, tras una apelación, consiguió el permiso de trabajo y comenzó a presentarse en las primeras entrevistas, una noticia sacudió su nueva estabilidad: a su novio le ofrecieron una oportunidad en Nueva York.
“Era la propuesta de sus sueños, desde chico se imaginaba viviendo en Nueva York y no podía no aceptar”, cuenta Daniela. “Para mí fue duro, todavía no había comenzado a hacer realmente mi experiencia en Ámsterdam, ya me estaba aclimatando, y ahora debíamos deshacer todo y volver a empezar una vez más. Sin embargo, no podía decirle que no, era una oportunidad que él no podía desaprovechar, la empresa le tramitaba la visa, y la posibilidad de la Green Card”, continúa.
Con una sensación de dualidad a cuestas, Daniela empacó su vida otra vez. La visa que a ella le otorgaban para acompañar a su pareja no le permitía trabajar, lo que la llenaba de incertidumbres. ¿Cómo me voy a sentir? fue la pregunta que prevaleció en el vuelo a su nuevo destino.
Finalmente, en marzo de 2018, Daniela aterrizó en Nueva York colmada de sentimientos agridulces. Emigrar dos veces en quince meses no estaba en sus planes. Aún no lo sabía, pero aceptar el cambio fue la mejor decisión que tomó en su vida.
Soledad en Nueva York, cena temprano, dinero sin tabú y otros impactos : “Me choca que las mujeres adopten el apellido del marido”
La empresa, por fortuna, había conseguido para ellos un departamento temporario donde vivieron durante un mes hasta hallar una vivienda permanente. Esos días fueron turbulentos, entre el cambio y la complejidad de hallar alojamiento en Nueva York, con un mercado inmobiliario totalmente diferente al argentino, lo que devino en el primer choque cultural.
Cuando las aguas se calmaron, al principio todo fue soledad. Daniela no conocía a nadie, sus emociones estaban en constante ebullición y la envolvía un estado de ánimo en el cual no quería ver a nadie, negada a ese segundo proceso de emigración.
En la Gran Manzana, sumida en su propia isla, Daniela comenzó un proceso de contemplación, y con ello, asimiló otros impactos culturales: “A pesar de ser de Buenos Aires y que Ámsterdam no deja de ser una gran ciudad, allá las construcciones son bajas y venía de esa última impresión; en Nueva York sentía que había llegado del campo por el shock de ver la cantidad y la altura de los edificios”.
“La cena tan temprano ya venía siendo un choque cultural. Acá es entre las 17 y las 19, y yo opté por hacerlo a las 20, un punto medio”, dice con una sonrisa. “Una de las costumbres que al principio me llamó la atención es que acá se habla abiertamente de dinero, cosa que en Argentina es más tabú. De sueldos, de alquiler… en especial en relación a las negociaciones laborales me parece genial y me acostumbré: que haya más transparencia te permite tener un mayor nivel de negociación”.
“Lo que a mí personalmente me choca es que acá las mujeres apenas se casan adoptan el apellido del marido. Para mí eso es sorprendente en estos tiempos y en ese acto una pierde identidad y termina siendo medio posesivo”, continúa pensativa. “Lo que sí me encanta es cómo celebran el día de Acción de Gracias, que acá es una festividad más importante que Navidad o Año Nuevo. Es una oportunidad para agradecer con la familia y los amigos y es un ejercicio muy lindo”, agrega.
En Nueva York nadie te busca: “Hay una tendencia de romantizar, hay que aclarar que es muy competitiva”
Poco a poco, Daniela comenzó a salir. Si ella no se mostraba, Nueva York la iba a fagocitar. Esa fue una de las primeras lecciones de la gran ciudad: nadie te busca, nadie te necesita, pero si uno se muestra todo conspira para poder brillar.
Con el paso de los meses descubrió las ventajas de una urbe tan cosmopolita, que es de todos y de nadie al mismo tiempo, algo que la ayudó a salir de su caparazón. En Ámsterdam había sentido que no jugaba de local, en la Gran Manzana, en cambio, ni ella ni nadie eran extranjeros, porque todos lo eran. No había miradas extrañas ni conversaciones incomprensibles. O más bien, el hecho de que en la calle se entremezclaran todos los idiomas, transformaba ese murmullo en el lenguaje local familiar: “Entre la gastronomía de todo el mundo y el hecho de que conviven todos los países, uno no se siente un outsider”.
Los primeros indicios de la buena calidad de vida llegaron gracias a su marido. El mundo de la informática que los había llevado hasta allí se presentó vasto y muy bien pago. De inmediato, Daniela comprendió que si ella hubiera llegado sola, como contadora, las condiciones no hubiesen sido las mismas: “No me gusta generar falsas expectativas a quienes quieren venir. Sola, con mi sueldo de contadora, tendría que haber compartido un departamento con extraños y lejos de Manhattan. La calidad que tenemos ahora es porque somos dos y por el tipo de trabajo de mi pareja”, observa Daniela, quien junto a su marido vivió seis años en el corazón de Nueva York y ahora reside en Jersey City.
“Y ojo, si hubiera llegado sola como contadora desde Argentina, también hubiese tenido que bajar mi nivel de vida respecto a mi pasar en Buenos Aires. Siempre hay una tendencia de romantizar, y es importante aclarar que Nueva York es una ciudad con un nivel de vida súper alto, pero también es muy competitiva. Siempre hay trabajo, pero imagínense que contadores sobran. Al haber tanta competencia los sueldos no son los mejores”.
El lado A y B de Nueva York, la importancia del networking y las amistades: “Al principio uno está un poco como perrito faldero, hay que aprender a filtrar”
Durante dos años, Daniela esperó su Green Card hasta que en medio de la pandemia que azotó al mundo, logró aquella gran meta. Con luz verde se sumergió en el mercado laboral, complejo, dado el contexto del Covid. Su primera experiencia no fue buena, había conquistado un puesto senior, pero a los cinco meses decidió renunciar, no sin culpa por todo lo que le había costado llegar hasta allí.
Tiempo después, gracias a una seguidora de sus redes sociales, obtuvo una nueva oportunidad en una empresa multinacional que presta servicios de contabilidad y auditoría. Allí empezó desde cero en impuestos, y durante los siguientes años creció en experiencia y en responsabilidades: “Para mí fue una experiencia buenísima”.
“Nueva York es una ciudad llena de oportunidades, pero uno las tiene que buscar, hay que ser muy proactivo”, asegura. “Mi marido y yo tuvimos oportunidades, desde que llegamos, que nunca imaginamos tener. El networking es muy importante. Mi cuenta en Instagram gracias a ello creció. Yo toqué mil puertas para que mi emprendimiento personal crezca y muchas veces me han dicho que no, pero otras tantas que sí, y eso me ha llevado a vivir experiencias increíbles”, continúa Daniela, quien tiene su cuenta en Instagram donde cuenta el lado A y B de vivir en Nueva York.
“En cuanto a los vínculos humanos, me he hecho amigos argentinos en Nueva York que se han convertido en familia. Creo que cuando uno es un expat es fundamental encontrar gente que te acompañe en este camino. Uno tiene que estar abierto para conocer, pero también uno tiene que ir filtrando, al principio uno está un poco como perrito faldero, formando vínculos por miedo a no conocer a otras personas, pero la realidad es que vas a conocer a mucha gente en el camino y está bueno preguntarse si en Argentina uno sería amigo de tal o cual persona”.
De amor por argentina y aprendizajes: “Nueva York te enseña a ser resolutivo y no enfocarte en la queja”
Siete años pasaron desde que Daniela dejó Argentina atrás, y muchos más desde aquellos tiempos donde el sueño de vivir en el extranjero comenzó a forjarse, aunque jamás imaginó que atravesaría dos migraciones en quince meses. No fue fácil, en su travesía hubo muchos interrogantes, pero hoy siente orgullo por haberse animado a transitar sus deseos, también siente un amor por su país de origen que antes no distinguía con claridad, por falta de valoración.
Cuando regresa a Buenos Aires, Daniela no solo aprecia mejor su cultura como nunca antes, sino también su propia transformación: “Antes era la típica porteña que se levantaba para ir a trabajar y se quejaba por todo a primera hora de la mañana y así perfilaba el día: que la marcha, que el paro del transporte público y empezar el día mal, y entraba en el círculo de queja y no podía ver lo positivo”.
“Argentina tiene un montón de cosas positivas. Yo me siento muy argentina y cada vez que viajo a mi país es una tremenda alegría, aunque no sea de esas que necesita volver todos los años”, dice. “Pero cuando estoy en el avión lloro todas las veces y cuando aterrizamos en Ezeiza es una emoción que está a flor de piel y siempre es una fiesta; vuelvo a Nueva York cargada de energía”.
“En cambio, cuando me visitan al principio lo vivía con mucha angustia. Me mal acostumbraba a compartir mi nueva vida con ellos y cuando dejaba por ejemplo a mi mamá en el aeropuerto volvía llorando muchísimo. Entendí que lo tenía que revertir y aprendí a vivirlo de otra manera: hoy me quedo con la alegría y el agradecimiento de lo vivido y la felicidad de imaginar el próximo encuentro”.
“Esta experiencia de vida me transformó en muchísimos aspectos. Me costaba lidiar con la incertidumbre y aprendí de paciencia. Esperar todo lo migratorio que me tocó aguardar, me ayudó a lidiar con la incertidumbre”, cuenta. “Otro aprendizaje importante es no compararse con otras personas. Existen miles de experiencias de migrar, pero es importante saber que cada experiencia es única. Tenés que vivirla vos para ver qué se siente y sin comparar”.
“Nueva York me enseñó a no ahogarme en los problemas y buscar soluciones, es una ciudad que te enseña a ser práctico, aparecen muchos obstáculos y tenés que ser resolutivo y no enfocarte en la queja. Esta es una ciudad que cuando estás feliz te llena de energía, pero que tiene su contracara. Cuando estás mal te pasa por encima. Hay que aprender a dosificar la energía de Nueva York”, continúa. “En relación a los vínculos, Nueva York me enseñó la importancia del networking y de ayudar a otros, ser empático, nunca sabés la importancia que otra persona que ayudás puede tener en tu vida. Y sin dudas, en relación a los que amamos y están lejos, hay que regar la relación día a día, y debe ser un ida y vuelta; en el camino queda gente cuando el dar es unidireccional; sin dudas, una experiencia así te enseña a exprimir cada segundo que compartís con quienes viven lejos y amás, porque nunca sabés cuándo te vas a volver a encontrar”, concluye.
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Destinos Inesperados es una sección que invita a explorar diversos rincones del planeta para ampliar nuestra mirada sobre las culturas en el mundo. Propone ahondar en los motivos, sentimientos y las emociones de aquellos que deciden elegir un nuevo camino. Si querés compartir tu experiencia viviendo en tierras lejanas podés escribir a destinos.inesperados2019@gmail.com . Este correo NO brinda información turística, laboral, ni consular; lo recibe la autora de la nota, no los protagonistas. Los testimonios narrados para esta sección son crónicas de vida que reflejan percepciones personales.
POLITICA
Transición energética en Chubut: Promesas de modernidad en una provincia aún desconectada

El gobernador Ignacio Torres envió a la Legislatura provincial un ambicioso proyecto para transformar el sistema energético de Chubut. La iniciativa promete soberanía energética, impulso a las energías limpias y un nuevo paradigma basado en la eficiencia. Sin embargo, detrás del discurso progresista, se oculta una realidad menos prometedora: más del 85% del territorio sigue sin estar conectado al sistema nacional y depende de redes precarias y costosas.
El proyecto busca crear la Empresa Provincial de Energía de Chubut (EPECH S.A.) y el Mercado Eléctrico Mayorista Regional (MEMC), dos estructuras que apuntan a concentrar el desarrollo del sector energético, combinando gestión pública y privada. Según el Ejecutivo, se trata de una reforma integral que transformará la matriz energética hacia una más moderna, justa y sustentable.
Desde el gobierno aseguran que Chubut tiene capacidad para liderar la transición energética nacional. Hoy la provincia genera suficiente electricidad —más de 7 millones de MWh— para abastecer a 2,4 millones de personas, gracias a fuentes hidráulicas, térmicas y eólicas. A eso se le suma el potencial de energías emergentes como la solar, mareomotriz, geotérmica y el prometido hidrógeno verde.
Sin embargo, el propio texto del proyecto admite que más de 25 comunidades siguen aisladas del sistema interconectado nacional. Y aunque el plan incluye una planificación electroenergética y promesas de sustentabilidad, aún no está claro cómo se ejecutarán las inversiones necesarias para alcanzar una cobertura real e inclusiva.
Además, la creación de una nueva empresa estatal no pasa desapercibida en un contexto de ajuste y debate sobre el rol del Estado. ¿Será realmente una herramienta de transformación o una nueva caja de poder en manos del Ejecutivo? ¿Cómo se garantizará el control ciudadano y la transparencia en su gestión?
Desde distintos sectores técnicos y sociales se advierte que el desafío no es solo cambiar la matriz energética, sino garantizar acceso equitativo, tarifas razonables y sostenibilidad ambiental sin repetir viejas lógicas extractivistas. Chubut aún arrastra conflictos ambientales por la megaminería, lo que genera desconfianza en ciertos sectores sobre el verdadero rumbo del modelo de desarrollo que propone el oficialismo.
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POLITICA
Cuenta regresiva en CABA: Adorni se mostrará con Milei y afina su hoja de ruta para vencer al PRO

Falta menos de un mes para las elecciones a legisladores porteños y la discusión de la campaña comenzará a tomar color a partir de los próximos días. En La Libertad Avanza (LLA) creen que desde la semana que viene habrá una atención mayor, por lo que actuarán en consecuencia: planean una recorrida de campaña protagonizada por el primer candidato libertario Manuel Adorni y el presidente de la Nación, Javier Milei.
Se trata de una actividad que se viene estudiando desde hace unas semanas, cuando avisaban que el fundador de LLA comenzaría a involucrarse de lleno en la campaña desde el último tramo de abril hasta la primera mitad de mayo.
En el búnker violeta están terminando de definir la convocatoria y la forma de la recorrida. Será en uno de los principales parques porteños, pero no informarán la ubicación hasta pocos días antes por estrictas cuestiones de seguridad. “A Javier le encantan este tipo de actos, pero ahora es diferente el asunto”, dice una persona que lo conoce al dedillo, apuntando a que su participación en eventos masivos trascendieron las cuestiones partidarias y pasan inevitablemente por el rigor de Casa Militar, que protege al Presidente.
Serán una de las pocas actividades de ese estilo antes del acto de cierre de campaña, que podría ser en el Parque Lezama, tal y como lo viene haciendo Milei desde hace años.
Adorni, en tanto, dice sentirse más cómodo en el territorio virtual. “Manuel no es una persona habituada a hacer recorridas de campaña alzando bebés o abrazando abuelas. Sería muy impostado que recorra todo el tiempo y no tiene ese estilo, y a nosotros nos parece bien que no lo haga frecuentemente”, dicen muy cerca del vocero presidencial. Hasta el momento, sus apariciones han sido más segmentadas.
El último martes se tomó un café con vecinos de Recoleta “preocupados por la inseguridad”, una actividad que fue organizada por la ministra de Seguridad Nacional, Patricia Bullrich. Dos días después, los dos fueron a caminar la avenida Cabildo junto a Karina Milei. Los ministros del Gabinete tienen la directiva de suplantar la presencia de Adorni por los días que no recorre: Sandra Pettovello (Capital Humano), Federico Sturzenegger (Desregulación) y Luis Petri (Defensa) también caminaron las calles de la Ciudad junto a varios candidatos a legisladores.
La campaña porteña de los libertarios tiene algunos pilares fundamentales. Una de ellas es dejar en claro que el candidato de Milei es Adorni y no Ramiro Marra que, además de haber sido socio fundador de La Libertad Avanza, fue su candidato en 2021 y 2023 como legislador y jefe de Gobierno porteño, respectivamente. No es casual que el primer spot de campaña haya sido tenido como lema fundamental “Adorni es Milei” y que el Presidente haya dicho “Adorni es mi voz en la Ciudad”.
Otro de los pilares es traer conceptos de la discusión nacional a la Capital, siendo la “motosierra” el más importante de ellos. Los libertarios no han difundido panfletos ni una batería de propuestas para la Legislatura: se han encargado de querer instalar que la CABA precisa un recorte feroz del gasto político. Milei mismo se metió en la campaña el lunes pasado al acusar a los Macri de una “traición” por la espalda para “cuidar los negocios” en la Ciudad.
Eso se vincula con el otro punto que remarcan en el búnker de Adorni: “Nosotros no estamos interesados en salir a apuntar que hay cuestiones de gestión que están mal. La línea que mantenemos es que la gestión del PRO ya quedó obsoleta. Que hace falta una renovación”.
En Casa Rosada miran las encuestas y ven que hay una constante: que Leandro Santoro es quien mejor mide. Aunque en LLA afirman que hay mediciones que lo acercan en mayor o menor medida al candidato del PJ porteño, son realistas en decir que ese no es su objetivo. “Nosotros queremos destruir al PRO y sacarle la mayor distancia posible”, dice una persona que integra la boleta violeta. Aseguran que está el margen suficiente para ganarles.
No es solo la correlación de fuerzas en la Legislatura porteña lo que está en juego: buscan el golpe de efecto de una posible victoria frente a los amarillos en su distrito natal. Lo que suceda podría no solo tener impacto en las negociaciones que hay entre ambas fuerzas en otras provincias, aunque las miradas están puestas en las elecciones nacionales. En octubre, la Ciudad disputa 13 diputados nacionales y 3 senadores.
Qué pasa con el PRO y en los otros espacios
En la misma medida que Milei comenzó a incidir en las elecciones capitalinas, Mauricio Macri ya hace lo propio desde hace un mes y medio al liderar diferentes recorridas y actos para asociar su imagen a la primera candidata amarilla, Silvia Lospennato.
En el oficialismo local ven que Santoro tiene un inevitable primer puesto producto de la partición de la oferta de centroderecha, la cual está protagonizada por LLA y el PRO. “En algunos sondeos los pasamos y en otros están mejores ellos”, reconoce una fuente de la campaña, que cree que los libertarios no adoptaron una estrategia correcta al nacionalizar su abordaje para la Ciudad: “El porteño no percibe que el Gobierno de la Ciudad está sobredimensionado y tiene la certeza de que hace falta una gestión presente”.
Esa línea rectora que viene bajando el consultor que está al mando de la estrategia de campaña del PRO, el catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, a quien días atrás -tal y como reveló Infobae– Migraciones le revocó la residencia en el país. Casualmente, la Casa Rosada le hizo la cruz desde que asesoró a la campaña presidencial de Sergio Massa en 2023.
Pese a todo, Gutiérrez-Rubí está activo en las directivas de la campaña y les presentó a los referentes partidarios su plan que cree que servirá para conquistar votos. Le llamó “La Gran Conversación”. Según explica el asesor, la idea es sacar a los dirigentes y simpatizantes amarillos a hacer múltiples encuentros cara a cara con los vecinos, “teniendo como eje la escucha activa” y la resolución demandas en las 15 comunas.
“Les preguntamos qué necesitan; qué esperan del gobierno; qué quieren para vivir mejor. Y toda esa información se procesa por coordinadores para tener una resolución en el corto plazo. La campaña, en realidad, hoy se utiliza para perfeccionar y fortalecer la gestión y fidelizar el vínculo con el vecino”, agregan. Creen que si a una persona se le resuelve un problema de su cotidianeidad se habrán asegurado un voto fidedigno.
“Es muy distinto al timbreo clásico que era todo apurado e impersonal. Acá no hay cámaras ni merchandising”, distinguen. El PRO planea lanzar todo su aparato a la calle. “Más de 1.500 personas cada sábado salen a La Gran Conversación y 1000 los días de semana. Ya hicimos 12 salidas a territorio que llevaría a más de 50.000 conversaciones con vecinos”.
Se trata de un estilo de campaña que similar al que está llevando adelante Horacio Rodríguez Larreta con su alianza Volvamos Buenos Aires, en donde describen que la única modalidad que harán por estas semanas es “caminar la calle”. “Hoy solo podemos escuchar a los vecinos y eso se valora mucho, porque consideramos que el Gobierno porteño no está presente”, agregan cerca del exjefe de Gobierno porteño, quien logró instalar el hit del “olor a pis” como uno de los conceptos que más se nombraron en la agenda del inicio de campaña. Al preguntarles sobre cómo creen que performarán, desde el larretismo aseguran que no le prestan atención a los sondeos y que el mejor termómetro “es la calle”.
Otro de los asuntos que calaron en la discusión pública fue el de las personas en situación de calle, siendo el candidato de la UCeDé, Ramiro Marra, quien más lo instaló en las redes. A diferencia de la motosierra y la nacionalización de la campaña, el legislador porteño centra su campaña en un discurso hiperlocal, aunque vinculado a la cuestión de la seguridad y “el orden”, hablando de denunciar a los “trapitos” y de “mano dura contra los fisuras”. Se espera que en los próximos días presente una propuesta electoral vinculada a las villas y asentamientos de la Ciudad.
En ese búnker son optimistas sobre su desempeño. Su meta es traspasar es llegar a los dos dígitos, aunque los estrategas de la Casa Rosada opinan que son objetivos ambiciosos. Cualquiera sea el caso, Marra no va a confrontar con los libertarios (y viceversa). Incluso debería esperarse que siga festejando en su cuenta de X los números de la macroeconomía a partir del programa económico que lideran el ministro de Economía, Luis Caputo y el mismo Javier Milei.
POLITICA
Recorte silencioso en Chubut: El gobierno de Ignacio Torres elimina cargos políticos en el ISSyS

En un nuevo capítulo del ajuste estructural que atraviesa la provincia, el gobierno de Ignacio Torres avanzó con la eliminación de cargos jerárquicos en el Instituto de Seguridad Social y Seguros del Chubut (ISSyS), en lo que se presenta como una medida de “eficiencia institucional”, aunque también pone en evidencia el peso de las estructuras burocráticas heredadas.
El cargo eliminado es la Dirección de Gestión del Recurso de Obra Social, una posición política de alto rango creada en 2022, durante la anterior gestión. Según fuentes oficiales, su supresión permitirá un ahorro de más de 115 millones de pesos anuales, cifra que, si bien parece significativa en los papeles, también refleja el desmesurado gasto previo que representaban estos cargos creados por conveniencia más que por necesidad funcional.
Desde el organismo señalaron que esta decisión no sólo implica una reducción del gasto operativo, sino también una reconfiguración interna que buscaría agilizar áreas clave como medicamentos de alto costo, prótesis y recuperos. Estas funciones volverán a depender de las direcciones técnicas originales, supuestamente acortando los circuitos administrativos que la propia estructura anterior había recargado.
El presidente del ISSyS, Sergio Wisky, defendió la medida con un discurso de eficiencia: “Cada decisión de gestión debe sumar eficiencia y estar orientada a mejorar la atención de nuestros afiliados. Eliminar estructuras superpuestas es parte de ese camino”. Sin embargo, puertas adentro se sabe que la medida forma parte de una batería de recortes más amplia para enfrentar el déficit que arrastraba la obra social SEROS, estimado en más de 6.500 millones de pesos mensuales al inicio del mandato.
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