Javier Milei no habló con los legisladores de La Libertad Avanza para la redacción del proyecto de Ley Ómnibus ni tampoco se los dio a conocer con anticipación antes de enviarlo al Congreso a través del ministro del Interior, Guillermo Francos, el miércoles pasado.

Sus 38 diputados y 7 senadores no participaron en el detalle de las nueve reformas que incluye el paquete y recibieron el contenido al mismo tiempo que los de Unión por la Patria. Tampoco tuvieron acceso previo los titulares de las Cámaras Baja y Alta, Martín Menem y Victoria Villarruel.

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Según pudo saber TN, se trató de una estrategia del Presidente: no quiso intermediarios, quejas sobre artículos ni lobby dentro de su espacio. Pensó que el proceso se hubiera ralentizado por las trabas que le habrían puesto los propios.

Desde el Gobierno, le expresaron a este medio que Milei creía que, además, las 351 páginas con sus 664 artículos podrían haberse filtrado y no estaba dispuesto a enfrentar el riesgo.

Los cercanos al Presidente cuentan que está enfocado en dos ejes centrales: la economía y la seguridad. El resto de los temas los delega. Cree que Argentina podría atravesar una hiperinflación en los próximos meses y busca evitarla.

Además, relatan que confía en que el DNU de desregulación económica no sea rechazado en la comisión bicameral de Trámite Legislativo -aún no conformada- y en que se apruebe la Ley Ómnibus.

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Es por eso que presiona a los gobernadores con el atraso del envío del proyecto de la restitución del impuesto a las Ganancias. Quiere señales de apoyo hacia sus propuestas dentro del recinto previo a mandarlo.

En caso de trabarse la actividad legislativa, amenaza con realizar un plesbicito y con sacar otro DNU con algunas reformas de las que mandó al Congreso. No entrarían la impositiva y la política porque todas sus modificaciones deben pasar por los recintos.

En la bancada de La Libertad Avanza hubo cierto malestar por no tener ventaja respecto a los otros bloques en el estudio y análisis de las 350 páginas del proyecto de ley “Bases y puntos de partida para la libertad de los argentinos”.

Un legislador se sinceró ante este medio confesando que no leyó ni el 10% de su contenido y que, a medida que avanza, encuentra puntos que considera erróneos.

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Se trata del punto que incluye el uso de la toga y el martillo de los jueces como también el que establece la necesidad de pedirle permiso al Ministerio de Seguridad para realizar reuniones en espacios públicos que involucren a tres o más personas.

Otro representante parlamentario la expresó a TN: “Tenemos que defender públicamente algo que no se entiende del todo y que contiene modificaciones que no son urgencia”.

Desde el Gobierno, mandarán a un funcionario de confianza del Presidente para responder dudas de la Ley Ómnibus ante los diputados y senadores esta semana, tal como se hizo cuando se envió el DNU.

El enviado sería el jefe de gabinete, Nicolás Posse, ya que el autor de la reforma estructural, el expresidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, no estaría dispuesto a tomar ese nivel de exposición.

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Según pudo saber TN, esta semana se conformarán definitivamente las comisiones para el tratado de la ley y comenzará el trabajo legislativo. En el oficialismo, los más optimistas esperan tratar el paquete en el recinto en la última semana de enero.

Especulan con un apoyo total del PRO y con un respaldo parcial de la UCR; creen que los apoyarán en un 70% del contenido. En los próximos días, habrá una reunión entre dirigentes de La Libertad Avanza y el jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, Miguel Ángel Pichetto.

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La comisión de Presupuesto será presidida por José Luis Espert y para el cargo en Asuntos Constitucionales se posiciona Nicolás Mayoraz. Para Legislación General, se encamina Lorena Villaverde.

Para la bicameral de Trámite Legislativo, que analizará los DNU, Victoria Villarruel ya definió los integrantes por parte del Senado e impulsa a Juan Carlos Pagotto para la presidencia. En Diputados, no se ponen de acuerdo el jefe del bloque de Unión por la Patria, Germán Martínez, y Martín Menem, por el último lugar. Ambos creen que les corresponde en base a la proporcionalidad.