Javier Milei demoró su mudanza a la quinta de Olivos por los próximos diez días. Según pudo saber TN, el jefe de Estado tiene reserva en el Hotel Libertador hasta el 6 de enero y espera que para esa fecha se terminen las refacciones en la residencia presidencial.

Desde el Gobierno, le expresaron a este medio que faltan adaptaciones de comodidad para el jefe de Estado y para sus cuarto perros mastines ingleses Murray, Milton, Robert y Lucas, así como capas de pintura.

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Todavía se está definiendo si habrá una refacción especial para que puedan trabajar ahí el jefe de gabiente, Nicolás Posse, y la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. En ese esquema, el ministro del Interior, Guillermo Francos, se quedaría en Casa Rosada.

Lo que está confirmado es que la secretaria general de Presidencia, Karina Milei, no vivirá con su hermano -como tampoco lo hizo en el hotel- porque reside cerca. Lo mismo aplica para el asesor personal del presidente, Santiago Caputo.

En la última semana, perdió fuerza la idea de realizar las reuniones de gabinete en Olivos. Hubo quejas de varios funcionarios basadas en el tiempo de viaje y en el tráfico recurrente del centro hacia la ciudad.

Al respecto, un funcionario del Gobierno le expresó a TN: “Para algo tenemos la Casa Rosada, no veo porqué no usarla, fue planteada para eso. Sería una pérdida de tiempo ir y venir para todos los ministros”.

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Hasta el momento, los integrantes del gabinete no tienen claro dónde tendrán las reuniones a partir del 6 de enero y se mantienen a la espera de la decisión de Milei, quien no quiere perder horas de gestión en trasladarse.

“Voy a mudarme a Olivos y voy a instalarme ahí así trabajo desde que me despierto hasta que me voy a dormir. La idea es poner todo en condiciones en Olivos para estar todo el día conectado con el trabajo”, expresó tras la victoria electoral.

La reforma que más le importa a Milei es la que compete a sus perros y se basa en ajustar la vieja caballeriza que mandó a hacer el expresidente Carlos Menem a un espacio de caniles para los “hijitos de cuatro patas” del jefe de Estado.

El detalle de la división del espacio es clave para el primer mandatario ya que los perros son agresivos y perdieron sociabilidad entre ellos en la pandemia, de forma que se atacan al desconocerse. Por eso, los pasean separados.

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“Voy a Olivos cuando me terminen de armar las cosas para llevar a mis hijitos de cuatro patas. Me contraté a una arquitecta. Yo pago todo”, reveló el presidente la semana pasada.

Mientras tanto, el libertario duerme en el Hotel Libertador, lugar que usó como base de operaciones desde las elecciones generales hasta el 10 de diciembre. Según le expresaron a TN desde el Gobierno, la reserva hasta el 6 de enero la pagó Milei con su tarjeta.