POLITICA
Tras la caída de la Ley Ómnibus y con dudas sobre un DNU o un plebiscito, la oposición espera gestos de Milei
Los bloques aliados al gobierno en Diputados cuando celebraron la aprobación en general de la Ley Ómnibus. (Foto: Télam / Eliana Obregón)El bloque oficialista, durante la votación en particular de la Ley Ómnibus en la Cámara de Diputados. Foto: TélamEl bloque del PRO en Diputados, comandado por Cristian RItondo, se sentó junto a La Libertad Avanza en el recinto (Foto: NA).El jefe del bloque Hacemos Coalición Federal, Miguel Pichetto (REUTERS/Agustin Marcarian)El jefe de bloque de la UCR en Diputados, Rodrigo de Loredo, en su intervención en una de las sesiones por la Ley Ómnibus (Foto: NA).
Entre listas de traidores, duras acusaciones y catarsis variadas, las aguas siguen revueltas en el Congreso tras el naufragio de la Ley Ómnibus. Oficialismo y oposición comparten la certeza de que el proyecto, tal como fue propuesto, no volverá a tratarse en Diputados.
Los “dialoguistas” insisten -aunque con serias dudas de que Javier Milei haya tenido alguna vez intención de aprobar una ley- en que el Gobierno divida el paquete de reformas en varias iniciativas y vuelva a negociar cuando “baje la espuma”, con los gobernadores incluidos.
Ante la amenaza de nuevos DNU para suplir la falta de apoyo en el Congreso, en la oposición parlamentaria anticipan un conflicto de poderes y una “fecha de vencimiento”, mientras que la posibilidad de una “consulta popular” -que también volvió a sonar en Casa Rosada- fue interpretada como “una cortina de humo” con fines prácticos muy limitados y de difícil concreción. Esas mismas bancadas dialoguistas reconocen, por otra parte, la situación incómoda en la que quedaron.
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Considerando las seis reuniones de las comisiones de Legislación General, de Presupuesto y de Asuntos Constitucionales, que según el cálculo oficial de la Cámara Baja se reunió durante 70 horas, sumadas las más de 30 horas de debate en el recinto entre votación en general y particular, desde el 9 de enero pasado, la Ley Ómnibus insumió al menos 100 horas de debate formal. Esto es, sin contar las múltiples reuniones entre legisladores, jefes partidarios, gobernadores, autoridades parlamentarias y funcionarios nacionales, que se dieron en paralelo.
Con esa mochila, legisladores del oficialismo y oposición que viven en el interior comenzaron a regresar a sus provincias. Los bloques hicieron sus primeros balances, analizaron las causas del fracaso parlamentario y, en el caso de los opositores, resolvieron estrategias discursivas para responder a las acusaciones del Gobierno contra los “traidores” y exponentes de la casta, una lista en la que la Oficina del Presidente puso incluso a diputados -por ejemplo radicales- que aprobaron el proyecto en general y todos los primeros artículos, salvo un inciso.
En el día posterior a la caída del proyecto, los bloques opositores no esperaban que el Gobierno fuera a reiniciar el debate de la Ley Ómnibus en comisiones, ni una rápida reacción parlamentaria del oficialismo. En general reinaba la sensación de que no sucederá mucho más en Diputados hasta el regreso la semana que viene de Javier Milei a la Argentina. Por lo pronto, desde el 15 de febrero, debería volver a prorrogar el periodo de sesiones extraordinarias.
“Ahora la pelota la tiene el Presidente”: el pronóstico era compartido, con matices de enojo, por legisladores de espacios diversos como el PRO (que, pese a las internas, fue el espacio opositor que mostró mayor unidad de acción y acompañó en todas las votaciones al oficialismo), la UCR (que votó dividida, pero ya había advertido exactamente qué artículos no acompañaría), Hacemos Coalición Federal (que acompañó menos de lo previsto en la previa) e Innovación Federal (ligado a gobernadores de fuerzas provinciales, que tuvo una posición mucho más dura que la anticipada).
La gran incógnita en el Congreso era si Milei tenía intención de recomponer el diálogo con la oposición y cómo. Fundamentalmente con los gobernadores provinciales, y sobre todo con algunos como el cordobés Martín Llaryora -parte de una fuerza que hasta ahora tiene hombres en el Gobierno nacional y en el control de “cajas” clave como la Anses-, el rionegrino Alberto Weretilneck, el neuquino Rolando Figueroa, el salteño Gustavo Sáenz o el misionero Hugo Passalacqua.
En los bloques federales insisten en que sea el Presidente el que convoque a todos los mandatarios a una reunión, ya sin intermediarios con escaso poder de decisión (como algunos consideran al ministro del Interior, Guillermo Francos), si es que tienen intenciones no solo de aprobar lo que quede de la Ley Ómnibus, sino también el potencial nuevo “pacto fiscal” o la reforma laboral que el Gobierno había dejado trascender que enviaría al parlamento.
Por otra parte, en el oficialismo, pero también espacios como el PRO y la UCR señalaban que, en el corto plazo, los que tienen más para perder son los propios gobernadores, que “en un mes o dos van a tener que empezar a pagar sueldos en cuotas”, según señalaba un legislador opositor. Entre tironeos y advertencias, todos esperaban que, antes de cualquier decisión, primero “baje la espuma”.
Del DNU a la consulta popular
En el Gabinete nacional también dejaron trascender, una vez más, que el Ejecutivo podría avanzar con un nuevo o nuevos DNU o con una “consulta popular”.
Como advierten en todos los bloques opositores, una consulta popular “vinculante” debe pasar necesariamente por el Congreso. El Gobierno podría llamar a una consulta popular “no vinculante”, como un intento de ejercer “presión popular” sobre los legisladores.
“Sería una estupidez por varias razones: por el gasto que supone algo así en un contexto con la mitad de la gente en la pobreza; porque demoraría meses llevarla a cabo y porque sencillamente podrían perderla y encima no obligaría a hacer nada”, resumía un diputado dialoguista que la Oficina del Presidente ubicó en la lista de los que “votaron en favor del pueblo”.
El DNU supone una discusión más compleja y más impredecible. Para empezar, tiene limitaciones constitucionales, con lo cual Milei no podría usarlo para hacer cambios en materia penal, tributaria o electoral. Pero los decretos también tienen control parlamentario.
Hasta ahora, el oficialismo decidió no conformar la Bicameral de Trámite Legislativo, que debería analizar todos los decretos, antes de someterlos a votación en el recinto. Todo DNU está vigente mientras no sea rechazado por las dos Cámaras legislativas (no alcanza con una sola) o invalidado en la Justicia, y así sucede con el mega DNU que Milei firmó en diciembre.
Ahora, sin Bicameral y pasado el plazo, los diputados y senadores pueden sesionar, si consiguen quorum, y rechazarlo en el recinto. Hoy, en los bloques dialoguistas señalan no hay intenciones de acompañar una posible sesión convocada por el PJ-K para rechazar el DNU que ya está en vigencia.
“No hay ninguna forma de que nos sentemos con el kirchnerismo para voltear un decreto sin tratamiento en la Bicameral. Pero hay que ver para dónde sale Milei: gobernar con decretos lo hicieron todos; extralimitarse, querer cerrar el Congreso, no ir a la apertura de sesiones el 1 de marzo, la violencia que está generando con el armado de listas…. es otra cosa. A medida que pasa el tiempo, también agota voluntades”, advertía una diputada de la UCR.
No está claro que podría pasar de aquí a un mes, con nuevos decretos y con una escalada de tensiones entre el Ejecutivo y los gobernadores. Así, por ejemplo, en el Senado, UxP tiene 33 senadores, con lo cual necesitaría solo 4 más -suponiendo asistencia perfecta- para lograr el quorum. De entrada, hay tres senadores que responden al gobernador de Río Negro y al de Misiones, que fueron aliados del PJ-K hasta el 10 de diciembre pasado, y a los que el Ejecutivo ya puso en el grupo “en contra” del pueblo. Hasta ahora, no consiguió sesionar.
POLITICA
Argentina cerró 2024 con superávits gemelos, algo que no ocurría desde 2010
Argentina cerró 2024 con superávits gemelos, un hecho que no ocurría desde 2010 y que solo se dio en ocho de los últimos 31 años, según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario basado en datos del Centro de Investigación del Ciclo Económico (CICEc). Este resultado responde a un “ordenamiento de las cuentas públicas y una mejora en la balanza comercial”, lo que permitió revertir los déficits de años anteriores.
En cuanto a las cuentas fiscales, el país logró un superávit primario de más de $13.700 millones (en pesos constantes de 2004) y un superávit financiero superior a $2700 millones, el más alto desde 2008. La Bolsa de Comercio de Rosario destacó que “se advierte que casi en la totalidad de los meses de 2024 se registraron resultados superavitarios”, aunque en julio y diciembre hubo déficits debido a pagos de deuda e incrementos estacionales en el gasto público.
¿Cómo cerró la economía argentina en 2024? 📊🇦🇷
El ICA-ARG, el índice que elaboran las Bolsas de Comercio de Rosario y Santa Fe (@BCSF_Oficial ), que mide la evolución de la actividad económica, cerró el año con un crecimiento del +2,2% interanual, marcando nueve meses… pic.twitter.com/waGkXrkGce
— BCR Mercados (@BCRmercados) February 4, 2025
El ajuste fiscal se logró principalmente mediante una fuerte reducción del gasto. Mientras que los ingresos del Estado cayeron un 5,6% debido a la recesión, el gasto primario se redujo en más del 27%, con una caída del 23% en el gasto corriente y del 77% en el gasto de capital, asociado al freno de la obra pública. “El gasto corriente en pesos constantes resultó el más bajo desde 2008 y el gasto de capital se situó en un mínimo desde 2002”, señala el informe.
Por otro lado, la balanza comercial alcanzó un superávit de U$S11.300 millones, el más alto desde 2019, impulsado tanto por un incremento del 16% en las exportaciones como por una reducción del 20% en las importaciones. “El aporte de manufacturas de origen agropecuario y productos primarios fue clave en la recuperación de las exportaciones”, explicó el informe.
La mejora en las cuentas públicas y externas marca un cambio de tendencia tras años de déficits, aunque el desafío ahora es consolidar estos resultados. “El hecho de que la Argentina vuelva a registrador superávits gemelos representa un punto de inflexión en la economía del país”, señaló la Bolsa de Comercio de Rosario, destacando que la estabilidad fiscal dependerá de la evolución de la actividad económica y la capacidad de sostener la contribución sin afectar el crecimiento.
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