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SOCIEDAD

El Rey nombra al diplomático Camilo Villarino como jefe de su Casa en sustitución de Jaime Alfonsín

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11/01/2024 El Rey Felipe VI clausura la segunda y última jornada de la VIII Conferencia de Embajadores, en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, a 11 de enero de 2024, en Madrid (España). El principal objetivo del encuentro es analizar y debatir las prioridades y líneas principales de la política exterior en los próximos años en el arranque de esta XV legislatura, así como "las lecciones aprendidas y los resultados de la Presidencia del Consejo de la UE" que se cerró el pasado 31 de diciembre. POLITICA Alejandro Martínez Vélez - Europa Press
11/01/2024 El Rey Felipe VI clausura la segunda y última jornada de la VIII Conferencia de Embajadores, en la sede del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, a 11 de enero de 2024, en Madrid (España). El principal objetivo del encuentro es analizar y debatir las prioridades y líneas principales de la política exterior en los próximos años en el arranque de esta XV legislatura, así como «las lecciones aprendidas y los resultados de la Presidencia del Consejo de la UE» que se cerró el pasado 31 de diciembre. POLITICA Alejandro Martínez Vélez – Europa Press (Alejandro Martínez Vélez – Europ/)

El Rey Felipe VI ha decidido nombrar al diplomático Camilo Villarino Marzo como nuevo jefe de su Casa en sustitución de Jaime Alfonsín Alfonso, quien dejará el cargo a lo largo del mes de febrero pero seguirá ejerciendo como consejero privado del monarca, según ha anunciado Zarzuela en un comunicado. Villarino, diplomático de carrera, ejerce actualmente como director de gabinete del Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y la Política de Seguridad, Josep Borrell, de quien ya fue jefe de gabinete cuando este ocupó el puesto de ministro de Asuntos Exteriores. Nacido en Zaragoza en 1964, casado y padre de tres hijas, Villarino es miembro de la Carrera Diplomática desde 1989. Desde entonces, ha trabajado entre otros en Embajada en Marruecos, donde fue ministro consejero entre 2013 y 2017, y en la de Estados Unidos, donde ejerció de consejero para las Relaciones Transatlánticas y los Asuntos de Seguridad y Defensa entre 2008 y 2013. Además, entre 1997 y 2002 estuvo destinado en distintos puestos en la Representación Permanente ante la UE y también ha trabajado en la Embajada en Croacia. Entre 2002 y 2008 fue subdirector general de Asuntos Institucionales de la UE en el Ministerio de Exteriores. Su anterior cargo, antes de irse con Borrell a Bruselas, fue el de jefe de gabinete de los sucesivos ministros de Exteriores desde 2017, empezando por el también diplomático Alfonso Dastis, con Gobierno del PP, y siguiendo por el ahora Alto Representante de la UE, Margarita Robles cuando ocupó el cargo de forma interina y luego la citada González-Laya. Su cese se produjo con la llegada de José Manuel Albares al Palacio de Santa Cruz. Villarino será el cuarto diplomático que ejerce el cargo de jefe de la Casa del Rey, aunque el primero de Felipe VI. Ya antes, con Juan Carlos I, ocuparon este puesto José Fernando de Almansa, Rafael Spottorno y Alberto Aza. Quienes le conocen aseguran a Europa Press que es un diplomático brillante, serio y trabajador, y también prudente y bastante perfeccionista y goza de un amplio reconocimiento entre sus compañeros en la Carrera Diplomática. «Gran acierto del Rey», resume uno de ellos. RELEVO DE ALFONSÍN Por lo que se refiere a Alfonsín, cuyo relevo se produce en virtud del artículo 65.2 de la Constitución, Zarzuela ha indicado dado que «ha estado casi 30 años al servicio» de Don Felipe, primero como jefe de su Secretaría (1995-2014) cuando era Príncipe de Asturias y luego como jefe de su Casa desde su ascenso al trono en 2014, el Rey «desea seguir contando con su valioso y leal consejo». Por ello, Alfonsín será a partir de febrero «consejero privado» de Felipe VI y «en esta condición, le continuará prestando el asesoramiento que requiera y desempeñará las funciones que le encomiende» el monarca. INVESTIGADO POR EL ‘CASO GHALI’ El futuro jefe de la Casa del Rey fue investigado en relación con la entrada en España del líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, en abril de 2021 para recibir tratamiento por COVID-19 por el Juzgado de Instrucción Número 7 de Zaragoza, si bien su caso quedó finalmente archivado. En concreto, fue investigado al igual que la entonces ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, de quien era su jefe de gabinete, por presunto delito de prevaricación, encubrimiento o falsedad en la gestión de la llegada a España de Ghali, a quien el Gobierno esgrimió que había acogido por razones humanitarias. Cabe recordar que aquel episodio provocó un fuerte malestar en Marruecos, que no fue informado de antemano, lo que llevó a Rabat a retirar a su embajadora de Madrid y abrió una crisis diplomática que solo quedó superada tras la carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a Mohamed VI respaldando el plan de autonomía para el Sáhara. Precisamente, de las primeras en felicitar a Villarino ha sido González Laya. La exministra ha considerado en un mensaje en X, antiguo Twitter, que su nombramiento por el Rey es un «merecido reconocimiento a un servidor público con sentido de estado, profesional, discreto y leal».

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Francia pierde sus colonias por segunda vez

El declive de su influencia en África abre un vacío de poder que otros actores, como Rusia o China, están dispuestos a llenar

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Golpe de Estado en Niger
Golpe de Estado en Niger (David Zorrakino – Europa Press/)

Mientras que la mirada de los franceses está puesta en el desafío de organizar unos Juegos Olímpicos seguros y eficientes, otra crisis queda desatendida.

En un giro histórico que resuena con ecos del pasado colonial, Francia enfrenta la pérdida de su influencia en África, un continente que una vez dominó. Esta “segunda descolonización” se desarrolla en medio de golpes de Estado, alianzas cambiantes y un creciente sentimiento anti-francés. Los recientes golpes militares en Malí, Burkina Faso, Níger y Gabón crearon una especie de alianza entre estos países, que buscan diversificar sus relaciones y explotar sus abundantes recursos naturales de manera conjunta, similar a la OPEC.

La influencia de Francia en sus antiguas colonias africanas disminuyó considerablemente. Este declive no es un proceso reciente, sino el resultado de varias décadas de tensión y descontento.

Las razones son múltiples y complejas: resentimiento por el legado colonial, acusaciones de neocolonialismo y la percepción de que los lazos con Francia no han traído beneficios económicos significativos.

En primer lugar, el resentimiento se sigue de la colonización francesa en el continente a partir del siglo XIX, se extendió hasta mediados del siglo XX, y dejó profundas cicatrices. La explotación de recursos naturales, la imposición de culturas y lenguas, y la represión de movimientos independentistas son recordados con amargura en muchos países africanos. Este legado alimentó un sentimiento anti-francés que persiste hasta hoy.

Segundo, tras la independencia, muchos países africanos mantuvieron lazos económicos y militares con Francia, lo que algunos interpretaron como una forma de neocolonialismo. La presencia de tropas francesas y empresas multinacionales en el continente recibió críticas como una extensión del control colonial bajo un nuevo disfraz.

Tercero, a pesar de los lazos históricos, muchos países africanos sienten que la relación con Francia no trajo los beneficios económicos esperados. Las inversiones y ayudas financieras a menudo vienen acompañadas de condiciones que limitan la autonomía de estos países y perpetúan la dependencia.

Así, los recientes golpes de Estado en Malí, Burkina Faso, Níger y Gabón han acelerado este proceso de desvinculación de Francia. Estos países, otrora bastiones de la influencia francesa, ahora buscan reducir su dependencia de París.

En agosto de 2020, un golpe derrocó al presidente Ibrahim Boubacar Keïta en Malí, seguido de otro golpe en mayo de 2021 que consolidó el poder de la junta militar liderada por Assimi Goïta. El nuevo gobierno maliense ha buscado distanciarse de Francia, expulsando a las tropas francesas y acercándose a Rusia para obtener apoyo militar.

En Burkina Faso en enero de 2022, el presidente Roch Marc Christian Kaboré fue derrocado por un golpe militar, liderado por el teniente coronel Paul-Henri Sandaogo Damiba. La junta militar manifestó su intención de revisar las relaciones con Francia y buscar nuevos aliados, incluidos Rusia y China.

En julio de 2023, el presidente Mohamed Bazoum fue derrocado en Níger, un país clave para la estrategia antiterrorista de Francia en la región del Sahel. El golpe fue liderado por el general Abdourahamane Tchiani, quien ha mostrado su intención de reducir la influencia francesa en el país. Níger posee vastos recursos de uranio, que son de gran importancia estratégica y económica.

Gabón vio un golpe militar en agosto de 2023. Este derrocó al presidente Ali Bongo, poniendo fin a más de cinco décadas de dominio de la familia Bongo en el país. Los nuevos líderes militares expresaron su deseo de revisar las relaciones con Francia y fortalecer la cooperación con otros actores globales. Gabón es rico en petróleo y manganeso, recursos vitales para su economía.

Mientras Francia se retira, otros actores globales avanzan para llenar el vacío. Rusia, con su grupo paramilitar Wagner, y China, con su Iniciativa de la Franja y la Ruta, han ganado presencia en África, ofreciendo apoyo militar y económico a cambio de acceso a recursos naturales y oportunidades de inversión.

Rusia aumentó su influencia en África a través del grupo paramilitar Wagner, que ofreció apoyo a países como Malí y la República Centroafricana. A cambio, Rusia obtiene acceso a recursos naturales y fortalece su presencia estratégica en el continente.

China, por su parte, invirtió fuertemente en infraestructura en África a través de su Iniciativa de la Franja y la Ruta. Proyectos de construcción de carreteras, puentes, ferrocarriles y puertos han consolidado su influencia económica en países como Etiopía, Kenia y Nigeria.

Otro fenómeno preocupante es el retorno de los regímenes militares en varios países africanos. Si bien algunos argumentan que estos golpes son respuestas a la corrupción y la mala gestión de los gobiernos civiles, otros señalan la influencia de actores externos como Rusia.

La corrupción y la mala gestión de los gobiernos civiles son factores clave en el aumento de los golpes de Estado. En muchos países, la población perdió la confianza en los líderes civiles y ve en los militares una solución a los problemas de gobernanza y desarrollo.

La influencia de actores externos, como Rusia, también jugó un papel en el auge de los regímenes militares. El apoyo militar y financiero ofrecido por Rusia ha fortalecido a las juntas militares y les ha permitido consolidar su poder.

Una característica común de estos países es su riqueza en recursos naturales. Malí tiene vastas reservas de oro, Burkina Faso es rico en fosfatos, Níger posee una de las mayores reservas de uranio del mundo, y Gabón tiene importantes yacimientos de petróleo y manganeso. Estos recursos son cruciales para sus economías y estos los convierten en actores estratégicos en el escenario internacional.

La posibilidad de que estos países formen una alianza similar a la OPEC gana tracción. Al unir fuerzas, podrían negociar colectivamente con grandes potencias y mantener altos los precios de sus recursos. Esta estrategia podría proporcionarles mayor influencia y estabilidad económica, y reducir su dependencia de cualquier única potencia extranjera.

La situación en África es compleja y multifacética. No se puede hablar de un bloque monolítico anti-francés o pro-ruso/chino. Cada país enfrenta desafíos únicos y busca soluciones adaptadas a su contexto específico.

Cada país africano enfrenta desafíos únicos, desde problemas económicos y de desarrollo hasta conflictos étnicos y religiosos. Estos desafíos requieren soluciones específicas y no pueden ser abordados con un enfoque único.

En su búsqueda de estabilidad, desarrollo y autonomía, los países africanos están explorando nuevas alianzas y estrategias. Esta diversidad de enfoques refleja la complejidad de la realidad africana y la necesidad de soluciones adaptadas a cada contexto.

Los acontecimientos en África tienen implicaciones globales. El declive de la influencia francesa abre un vacío de poder que otros actores están dispuestos a llenar. La estabilidad del continente, rica en recursos naturales y con una población joven y creciente, podría ser crucial para el futuro del mundo.

El retiro de Francia deja un vacío de poder en África que otros actores globales, como Rusia y China, están dispuestos a llenar. Esta competencia por la influencia en África podría tener implicaciones significativas para la geopolítica mundial.

África, con sus vastos recursos naturales y su población joven y en crecimiento, podría desempeñar un papel crucial en el futuro del mundo. La estabilidad y el desarrollo del continente son esenciales para la economía global y la seguridad internacional.

En conclusión, la “segunda descolonización” de África marca un momento histórico de cambio en la influencia global. Francia, que una vez dominó el continente, ahora enfrenta una disminución de su poder en medio de golpes de estado y un creciente sentimiento anti-francés.

A medida que otros actores globales avanzan, África se encuentra en una encrucijada, buscando nuevas alianzas y soluciones adaptadas a sus desafíos únicos. Las implicaciones de estos cambios serán profundas y duraderas, no solo para África, sino para el mundo entero.

Las cosas como son.

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