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SOCIEDAD

Javier Milei le pidió responsabilidad al Gobierno en la transición y sentenció: “No hay lugar para gradualismos”

El presidente electo dio su primer mensaje luego de ganarle contundentemente a Sergio Massa en la segunda vuelta. “Volvemos a abrazar las ideas de la libertad”, dijo

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Javier Milei junto a su hermana Karina (REUTERS)
Javier Milei junto a su hermana Karina (REUTERS) (AGUSTIN MARCARIAN/)

Javier Milei dio su primer discurso como presidente electo luego de ganarle contundentemente a Sergio Massa el balotaje. El candidato de La Libertad Avanza comenzó agradeciéndole a los ciudadanos que fiscalizaron para su espacio y también a Mauricio Macri y Patricia Bullrich, artífices del triunfo tras el pacto que hicieron después de las generales de octubre.

“Hoy comienza la reconstrucción de Argentina. Hoy es una noche histórica para la Argentina. Gracias a los que hicieron que esto sea posible, al equipo que viene trabajando hace dos años para lograr el milagro de tener un presidente liberal libertario”, comenzó.

Y continuó: “Sin mi hermana Karina nada de esto hubiera sido posible. También a ese gigante que me ha acompañado a lo largo de todo este proceso, que suele mantenerse en la oscuridad, Santiago Caputo, que es el verdadero arquitecto junto al jefe. A todos los integrantes de LLA que trabajaron sin parar. A los fiscales, tanto a los de LLA como los del PRO, que pusieron el cuerpo para defender los votos. Dijimos que los votos estaban pero había que cuidarlos y vaya que los cuidaron”.

Luego, sí hizo hincapié en los líderes del PRO: “Muy especialmente al presidente Macri y a la señora Bullrich, que desinteresadamente, en un acto de grandeza que nunca se ha visto en la historia Argentina, pusieron el cuerpo para defender el triunfo”.

“Empezamos a dar vuelta la página de nuestra historia y retomamos el camino que nunca deberíamos haber perdido. El modelo empobrecedor. Se termina esa visión de que los victimarios son las víctimas. Volvemos a abrazar las ideas de Alberdi, de la libertad. De nuestros padres fundadores que hicieron que en 35 años pasáramos de ser un país de bárbaros a ser potencia. Un gobierno que cumple a rajatabla sus compromisos, respeto a la propiedad privada, el modelo de la decadencia ha llegado a su fin, no hay vuelta atrás”, añadió.

Inmediatamente, Milei le envió un mensaje al Gobierno y dejó en claro que comenzará su gestión con fuertes medidas: “Al Gobierno, que sean responsable, que se hagan cargo hasta el final del mandato el 10 de diciembre. Una vez finalizado el mandato podamos comenzar a transformar esta realidad trágica. La situación es crítica, los cambios que se necesitan son drásticos, no hay lugar para gradualismos, medias tintas”.

Noticia en Desarrollo

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SOCIEDAD

“Bajo amenaza”: Estados Unidos y Brasil acechan el liderazgo de la Argentina en un negocio que aporta US$10.000 millones

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La producción de soja en Sudamérica y Estados Unidos sigue creciendo a niveles récord, pero el aumento de la oferta no se traduce en mejores perspectivas para la Argentina. Expertos alertaron que las políticas de biocombustibles en Brasil y Estados Unidos están generando un excedente de harina de soja que amenaza el liderazgo argentino en este segmento, que para el país representaría ingresos por 10.496 millones de dólares en el cierre de 2024, y se estima que en 2025 podría ubicarse, en 9898 millones, aunque con desafíos crecientes.

”La política argentina debería comprender que nuestro principal clúster exportador, la soja, está bajo amenaza”, apuntó Javier Preciado Patiño, de RIA Consultores y exsubsecretario de Mercados Agropecuarios. En ese sentido, explicó que tanto Brasil como Estados Unidos, mediante sus políticas de biocombustibles, están impulsando una mayor demanda de aceite de soja, “lo que genera excedentes de harina que deben exportarse”. Destacó que “el mercado de harina de soja es relativamente pequeño en comparación con el de poroto, lo que facilita su saturación”. Ambos países están volcando cantidades cada vez mayores al mercado internacional, lo que plantea un problema estructural para la Argentina. Este desafío no solo impactará en la campaña actual, sino que también podría extenderse en el tiempo, afectando la competitividad del país en el segmento, advirtió.

A esta situación se agrega que este año, con el aumento de la producción, la demanda no acompañó el crecimiento de la oferta y esto ya se verá reflejado en la caída de los precios. En rigor, las proyecciones para la campaña 2024/25 apuntan a una producción récord de soja a nivel mundial. Según el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA), la producción global alcanzaría 427,1 millones de toneladas, un 8,2% más que en la campaña anterior. En Sudamérica, Brasil liderará con un crecimiento del 10,5%, alcanzando las 169 millones de toneladas, con un potencial de 180 millones si las condiciones climáticas son favorables. En tanto, para la Argentina proyecta un incremento del 7,9%, a 52 millones de toneladas.

Ante esta situación, Preciado Patiño destacó la necesidad de que la Argentina tome medidas para proteger el principal complejo exportador del país. “Para sostener nuestro liderazgo, necesitamos dos medidas clave: la baja de los derechos de exportación y el incremento del corte obligatorio con biodiésel”. Esto permitiría replicar la estrategia de Brasil y Estados Unidos, que incrementan el uso de biocombustibles, retiran oferta del mercado global y, de alguna manera, subsidian la exportación de harina de soja.

Actualmente, en la Argentina los cortes obligatorios son del 7,5% para el biodiésel que viene del aceite de soja y del 12% para el bioetanol de maíz. Estas cifras están lejos de las políticas más agresivas de otros países.

En Estados Unidos, actualmente, aproximadamente la mitad de los insumos para fabricar diésel renovable salen del aceite de cocina usado importado principalmente de China y otros países asiáticos. Existe una fuerte presión por parte de los gobernadores de la región del Midwest y legisladores estadounidenses para que la nueva administración prohíba la importación de este aceite reciclado y lo reemplace por aceite de soja y colza producidos localmente.

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Se demanda más aceite de soja para biodiésel, lo que libera más harina para exportar

Dijo que la política de Trump podría alinearse con estas demandas. “Es probable que se restrinja la importación de estos materiales y se promueva el uso de aceites vegetales derivados de cultivos nacionales”, apuntó. Esto, comentó, podría dejar mayores excedentes exportables de harina de soja en el mercado global, afectando aún más a Argentina.

En esa línea, la Bolsa de Comercio de Rosario había advertido hace unos meses que para la Argentina “la principal amenaza es el crecimiento del procesamiento de soja en Brasil y Estados Unidos, que no absorben toda la harina producida en sus mercados domésticos”. Entre 2013/14 y 2023/24 ambos países aumentaron su producción en más de 12 millones de toneladas, destinando Brasil el 50% de ese incremento a la exportación y Estados Unidos el 30%. En ese sentido, la entidad advirtió: “Con las perspectivas de que ambos países sigan incrementando su corte para biocombustibles y demanden más aceite de soja, es factible que continúe aumentando el crush de soja y se incremente la competencia por colocar excedentes de harina de soja en el mercado internacional”.

Gustavo López, analista de mercados, remarcó que la industria aceitera argentina enfrenta dificultades debido a la falta de oferta, problemas de competitividad y la negativa de algunos productores a vender. Esto mientras Brasil y Estados Unidos avanzan a un ritmo mucho más acelerado con esta política de utilizar su aceite de soja para biocombustibles, algo que indicó, al igual que Patiño, puede “generar un excedente de harina de soja que, aunque no se nota de inmediato, terminará afectando el mercado global”.

López dijo que, a pesar de que la Argentina sigue siendo líder en la exportación de harina de soja, ha perdido algunos puntos en su participación global, pasando del 40% al 38%. Sin embargo sigue siendo un actor clave en este segmento. Según el analista, el problema radica en que los países competidores, especialmente Estados Unidos, están aumentando su capacidad de molienda con la construcción de nuevas plantas, lo que les permite generar más aceite para biodiésel y más harina que, eventualmente, será exportada.

Hay expectativa por la política de Trump para los biocombustiblesEITAN ABRAMOVICH – AFP

“Los americanos tenían previsto 18 plantas nuevas; aunque no todas están habilitadas, algunas sí, lo que les permite moler más, generar más aceite para biodiésel y producir más harina que mandan al mercado”, explicó. López también mencionó que Brasil está siguiendo una estrategia similar, lo que podría complicar aún más la situación para Argentina en el futuro cercano.

Carlos Pouiller, analista de mercados de AZ-Group, señaló que los incentivos a la producción y molienda de oleaginosas, en este caso soja para biocombustibles, ya se vienen dando desde hace un tiempo, y destacó que esto podría ser un problema en el futuro. Sin embargo, resaltó que en estos momentos lo que “más perjudica” a la Argentina es la situación de bajos precios internacionales tanto para el grano de soja como para la harina y el aceite. “A nivel mundial, la oferta de grano ha aumentado en casi 30 millones de toneladas en comparación con el ciclo anterior, pero la demanda no es suficiente para absorber esta producción. Esto ha llevado a un incremento significativo en los stocks, lo que genera un mercado saturado. Esta situación se refleja claramente en la tendencia a la baja de los precios que hemos observado en las últimas semanas”.

En esta línea, Pouiller también indicó que, con la victoria de Trump, una de las posibilidades es que si Estados Unidos anula las políticas de estímulo a la producción de biocombustibles el precio del aceite de soja podría caer aún más.

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