Kamala Harris y Donald Trump protagonizaron una intensa campaña por la presidencia de Estados Unidos, este martes 5 de noviembre se espera que los primeros resultados arrojen datos sobre quién podría ganar la elección. Desde las 17 hs (hora del este), la información preliminar de las encuestas de salida está disponible para los medios asociados, lo que permitirá una primera estimación del comportamiento electoral.

Se tratan de encuestas de boca de urna realizadas por una consultora para distintas cadenas televisivas estadounidenses. También conocidas como encuestas de salida, se basan en gran medida en entrevistas en persona realizadas fuera de centros de votación seleccionados con los votantes después de que hayan sufragado, complementadas con una encuesta telefónica para llegar a los que votaron por correo.

Hay un 60% de probabilidades de que el ganador obtenga más de 300 votos electorales, lo que en ese caso representaría una elección que no fue en absoluto pareja. Según el periodista de la CNN Harry Anthony, esto pasa porque, si todos los estados bisagra en disputa finalmente van en una misma dirección. “Si se analizan los siete estados bisagra, en todos ellos el margen en este momento es inferior a dos puntos. Hay que tener en cuenta que las encuestas no son perfectas. En promedio, desde 1972, el error promedio en estos estados es de 3,4 puntos”, explicó el analista respecto a la posibilidad de que esto suceda.

En el sistema electoral de Estados Unidos, los “swing states” o “estados bisagra” son decisivos en la elección presidencial, ya que en estos territorios no hay un claro favorito, lo que convierte sus votos en un factor imprevisible.

Este tipo de entidad resulta crucial porque el sistema electoral estadounidense no asigna la presidencia al candidato con mayor voto popular, sino al que obtiene la mayoría en el Colegio Electoral. Cada estado aporta un número de votos electorales, y el candidato que gane en uno de estos estados, aunque sea por un margen mínimo, se lleva todos sus votos, con la excepción de Maine y Nebraska, que aplican una distribución proporcional.

En las elecciones de 2024, los principales swing states incluyen Arizona, Georgia, Michigan, Nevada, Carolina del Norte, Pensilvania y Wisconsin. Con un total de 96 votos electorales, estos estados representan una competencia intensa, ya que en comicios anteriores alternaron su apoyo entre candidatos demócratas y republicanos, lo que refleja su capacidad de inclinar el resultado final.

Además de la votación anticipada —una herramienta que decenas de estados permiten con fechas límite específicas—, los ciudadanos estadounidenses podrán emitir su sufragio el día de las elecciones. Así, el martes 5 de noviembre será la última oportunidad para votar. Las urnas se abrirán en diferentes horarios en cada estado, generalmente a partir de las 6 hs u 8 hs hasta las 20 hs en la mayoría de las jurisdicciones, aunque esto puede variar según el caso.

Se comenzarán a publicar los resultados preliminares a partir del cierre de los comicios. De todos modos, el proceso para obtener los números definitivos puede prolongarse porque cada estado tiene su propio horario de votación y reglas sobre el conteo de boletas. Con base en lo ocurrido en las últimas elecciones presidenciales, la primera tanda de resultados suele comenzar a fluir entre las 19 y las 22 (hora del Este). Sin embargo, es probable que las tendencias se conozcan un poco antes gracias a los resultados de las encuestas.

“Kamala Harris avanza por poco en nuestro pronóstico electoral final. A pesar de ello, esta carrera aún no está lejos de ser una moneda al aire”.

“Las posibilidades de que la candidata demócrata gane aumentaron del 50% al 56%. Su nueva ventaja es tan pequeña que apenas se la puede llamar ventaja, y no sería una sorpresa que Donald Trump gane por un margen decisivo”. Agrega el diario estadounidense The Economist.