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Sembrando Esperanza, la fundación con la que Luis Díaz deja «huella social» en su pueblo

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Barrancas (Colombia), 4 nov (EFE).- Mientras los ojos del mundo del fútbol están puestos en el drama que viven desde hace una semana Luis Díaz y su familia por el secuestro de su padre, en Barrancas, su pueblo natal, sus paisanos reconocen la «huella social» que dejan el jugador colombiano del Liverpool y sus parientes con su Fundación Sembrando Esperanza.

Asentada en la cuenca del río Ranchería y sobre la mina de Carbón de El Cerrejón, mineral del cual depende en gran parte su economía, así como del comercio, Barrancas está en el departamento de La Guajira, uno de los más pobres de Colombia y en donde casi a diario mueren niños por desnutrición.

En ese ambiente y con las mismas carencias alimentarias de la mayoría de los niños del pueblo, creció y se hizo futbolista Luis Fernando Díaz, impulsado por su padre, Luis Manuel, que vio cómo su hijo comenzó a abrirse paso en el mundo del balón con su brillante desempeño en un torneo de pueblos indígenas en el que integró un equipo de los wayúu, predominantes en la zona.

Su talento y velocidad los descubrió otro ídolo del fútbol colombiano, Carlos «El Pibe» Valderrama, que lo llevó, tras un breve paso por el Barranquilla Fútbol Club, al Junior, equipo grande de la misma ciudad, donde ganó proyección nacional para dar el salto a la selección colombiana y luego al Oporto y al Liverpool.

El éxito no lo alejó de su gente y, por el contrario, apoyado por su familia, en especial por su padre y su tío Josher Brito, Luis Díaz creó en 2019 la Fundación Sembrando Esperanza, con la que busca mejorar la calidad de vida de los niños de Barrancas y otras poblaciones cercanas mediante actividades deportivas, sociales, culturales y económicas.

A sus 15 años, Wilber Andrés Brito Vidal, quien hace parte de una de las escuelas de fútbol apoyadas por la Fundación, sueña con emular a Luis Díaz y convertirse no solo en jugador profesional, sino también demostrar, como lo hizo su paisano, que «otro guajiro puede llegar al primer nivel del fútbol mundial».

En la misma cancha de fútbol desde la cual minutos antes despegó el helicóptero de la Policía Nacional utilizado para buscar a Luis Manuel Díaz, secuestrado hace una semana por la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), Wilber Andrés, junto a otros 30 muchachos, inicia sus prácticas sin dejar de pensar que «Mane», como lo conocen, los visita para aconsejarlos no solo sobre el deporte sino también sobre la vida.

«Él, muy seguido está llegando a las escuelas para ver el proceso que llevamos como escuela y como futbolistas individuales; nos da consejos y nos saca adelante» expresa a EFE Wilber Andrés y recalca: «Nos dice que tengamos una mentalidad muy fuerte, que no nos rindamos, que tenemos que ser perseverantes».

Los entrenamientos los hacen por las tardes, tres veces por semana, y el propósito de la fundación para estos jóvenes con talento y habilidad especial es promover su desarrollo integral como atletas de alto rendimiento, el fortalecimiento de sus valores, la ética y la moral para que puedan materializar sus sueños.

Óscar Alba, instructor de la escuela de fútbol Real Barrancas, destaca el apoyo que la Fundación Sembrando Esperanza, con Luis Manuel Díaz al frente, les ha dado, no solamente a los jóvenes del pueblo sino de otras localidades cercanas.

«Es importante la manera como están ayudando para apoyar a los muchachos con aportes económicos, sociales y en especie que les permite mejorar la calidad de vida de los más necesitados», explica a EFE el instructor.

Esa armonía con la que se vive en Barrancas se convirtió en angustia el pasado 18 de octubre cuando el ELN secuestró al padre del ídolo y benefactor del pueblo, cuyos habitantes están a la expectativa de que, tras admitir la autoría del delito, el grupo guerrillero cumpla con el anuncio de que lo dejarán en libertad.

Hugo Penso Correa

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Video | Un violento enfrentamiento entre dos bandas en la estación Merlo del tren Sarmiento terminó con 11 detenidos

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Un violento enfrentamiento ocurrió este sábado por la mañana entre la Policía Federal Argentina (PFA) y pasajeros en la estación Merlo del Tren Sarmiento, que terminó con once detenidos por atentado y resistencia a la autoridad. Según pudo averiguar LA NACION, fue luego de que una pelea entre dos bandos de afiladores en el primer vagón de la formación que incluyó golpes con palos y hasta una gomera. Un efectivo intervino sacando su arma reglamentaria y luego redujeron a los agresores con sus tonfas.

A las 9.20 la PFA fue notificada de incidentes en la estación de Merlo, que comenzaron luego de que uno de los bandos de afiladores robara una bicicleta de sus contrincantes. Un video del hecho se viralizó en redes sociales que muestra el altercado de al menos once hombres adentro del vagón. Allí, los dos bandos se dividían entre la parte frontal y trasera del coche.

Algunos de los agresores se protegían escondiéndose en la parte de afuera del tren. En la grabación se ven personas corriendo y se escuchan gritos entre los involucrados, pero también de otros pasajeros que violentamente arengaban a los uniformados que les “peguen un tiro” a los hombres que se peleaban.

Mientras tanto, tres efectivos observaban parados desde afuera del vagón y les gritaban que se bajen, todo mientras desde el altavoz el personal pedían la presencia del personal policial. “Flaco, bajate, dale correte”, exclamaba uno. Algunos de los involucrados que se encontraban en la puerta del vagón argumentaban que los efectivos tenían que frenar a los agresores del otro bando. “Mira, le rompió la cabeza”, marcaba uno en referencia a su compañero, que tenía la frente ensangrentada. “Amigo, mirá”, añadió el agredido mientras señalaba la herida.

En ese momento, mientras la Policía continuaba sin intervenir, los hombres salieron corriendo del final del vagón y se dirigieron a la parte delantera, donde se encontraba el otro bando con quien se enfrentaban. “Son menos, son menos, dale”, gritaba uno. Allí, algunos pasajeros intentaron descender del tren, pero los afiladores no los dejaron e inmediatamente empezaron a golpear a otros de los agresores con palos.

Los detenidos en la Comisaría 1era de Merlo

“Vayan para allá, cálmense”, contestó el efectivo, pidiéndoles que se dirijan al sector de los molinetes para separar el altercado. Todo mientras otros pasajeros gritaban insultos alrededor de la escaramuza y alentaban al uniformado a que le dispare a los agresores: “Pegale un tiro. Son negros, no perdemos nada, matalos”. Aun así, ante la falta de respuesta, sacó su arma y mientras les apuntaba les ordenó que se tiren al piso.

Varios de los involucrados empezaron a correr mientras dos policías, uno de los cuales se encontraba de civil, también sacaban sus armas. Allí, el enfrentamiento se desplazó hacia afuera del vagón. Entonces, uno de los afiladores le reclamó a un pasajero que dejara de filmar, pero el hombre le contestó que lo hacía a pedido de los efectivos. “Me pidió el poli que filme”, aseguró.

Los detenidos en la Comisaría 1era de Merlo

Una vez afuera del tren, los policías comenzaron a golpear a los violentos con patadas y tonfas. Esto fue hasta que uno de los hombres cayó sobre uno de los molinetes tras los golpes, lo que alteró a otros afiladores que le gritaban “tiene quince años”. Aunque algunos efectivos continuaron, uno en particular pasó los molinetes y siguió con su accionar al grito de “tomatela”. El hombre le contestaba: “Me voy, me voy. Estás mal de la cabeza”. Tras ese altercado, los afiladores se acercaron al vagón con los efectivos para identificar a los agresores restantes.

Los detenidos en la Comisaría 1era de Merlo

En el medio de la plataforma, otros efectivos revisaban a varios hombres demorados mientras les preguntaban si tenían algún tipo de arma. Los que se encontraban en el piso se quejaban con los efectivos por liberar a algunos afiladores del otro bando. “Aquellos fueron”, gritaban. El hecho terminó con once detenidos y fue grabado por un pasajero que le ofreció el video a uno de los efectivos. “Yo filmé casi todo como pediste. Si lo necesitás, me decís”, señaló.

Los aprehendidos, algunos de los cuales terminaron heridos, fueron trasladados a la Comisaría 1.ª de Merlo, donde el jefe de servicio realizará la consulta judicial correspondiente.

El altercado entre la Federal y los afiladores. Foto: captura

LA NACION

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