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SOCIEDAD

Guerra por el oro entre indígenas del Norte: una comunidad diaguita pide que le reconozcan la tierra para dejar pasar a una minera

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Entre los ruidos de una Buenos Aires cada vez más caótica, un grupo de personas busca mojones para no perderse. Son más ágiles en la inmensidad de los cerros, sobre la tierra yerma de la Puna, frente a la adversidad de una tormenta eléctrica repentina. No entre colectivos, bocinazos y protestas.

Se mueven, entonces, con cautela. Visitan despachos oficiales y esperan ser recibidos. Los mantiene expectantes, además, el devenir de la ley bases en el Senado. Sobre todo el capítulo que versa sobre las grandes inversiones extranjeras, conocido como RIGI. Esperan que se apruebe tal como pide el oficialismo porque están convencidos que detrás de la normativa llegarán a la tierra que habitan inversiones importantes. Creen que esos capitales podrían cambiar su suerte, su destino, la vida cotidiana misma. Parece una incorreción política o un desafīo a los tantos otros grupos que piensan lo contrario.

caciques a favor de la Minería Catamarca ministerio foto Ariel Grinberg – FTP CLARIN _ARI1054.JPG Z AGrinberg

Son los habitantes de la comunidad originaria de Aguas Calientes, ubicada en el Norte de Belén, a más de 4.500 metros sobre el nivel del mar, provincia de Catamarca. Descendientes de la etnia diaguita. Habitan suelos quietos en la superficie, soplados por el viento, pero abundantes en oro y cobre por debajo.

Contra el discurso ambientalista más expandido y fundamentado, ven con buenos ojos que una minera se asiente en sus territorios y haga lo que sabe con el oro y el cobre: tomarlos, procesarlos, exportarlos, llevarlos. Podrian ser verdaderos indígenas libertarios.

Catamarca abraza la actividad minera. Su gobernador, Raúl Jalil, es un férreo defensor de este tipo de inversiones. Sus senadores tienen la orden de votar a favor de todo aquello que libere y desregule las inversiones y la actividad. Uno de los dos proyectos extractivos de litio que existen plenamente operativos en la Argentina está en Catamarca, ademas de Mara-Agua Rica, el gran proyecto de cobre y oro. Pero hay muchos más de menor calibre, pero gravitantes.

Muchas comunidades, como la de Aguas Calientes, creen que vender los minerales del subsuelo es el camino para comenzar a crecer, para que haya una ruta, un hospital, obras, un derrame monetario. Otras comunidades, reunidas en la Unión de Pueblos Diaguitas, en cambio, piensan lo contrario, que nada de eso ha ocurrido nunca y no ocurrirá ahora y luchan en la Justicia y en los territorios para impedirlo, con diferentes resultados.

caciques a favor de la Minería Catamarca ministerio foto Ariel Grinberg - FTP CLARIN _ARI1038.JPG Z AGrinbergcaciques a favor de la Minería Catamarca ministerio foto Ariel Grinberg – FTP CLARIN _ARI1038.JPG Z AGrinberg

Los de Aguas Calientes, que han llegado a Buenos Aires, nada malo ven, si lo que vuelve a cambio es el progreso consumado que durante tantos años les ha resultado esquivo. Contactan a Clarín. Se encuentran en medio del caos desenfrenado del centro porteño.

En el INAI del Gobierno de Javier Milei han sido bien recibidos. Los funcionarios se han comprometido a visitar pronto las comunidades. Ya tienen personería jurídica pero falta el trámite de determinación territorial. Si eso se consuma, podrán disponer libremente de sus tierras. Eso han venido a pedirle al Gobierno. A las 20 toman el micro de regreso en Retiro. Vuelven con la promesa de que su reclamo será atendido.

En Aguas Calientes viven 39 familias, unas 200 personas. Las necesidades son inmensas. El Estado no ha llegado prácticamente nunca. “Hay cada vez más jóvenes y no queremos que se nos sigan yendo”, dice el cacique Bernardo Gutiérrez. “Creemos que los tiempos han cambiado y que las mineras son para nosotros una oportunidad”, asume. Es una mirada incorrecta, que desafía al amplio y diverso abanico de ideologías que rechazan a la minería en la Argentina.

En Buenos Aires. Los de Aguas Calientes con Clarin.  foto Ariel Grinberg En Buenos Aires. Los de Aguas Calientes con Clarin. foto Ariel Grinberg

Tres familias que pertenecían a la comunidad se han escindido. Han creado otra comunidad llamada Peñas Negras. Carecen de reconocimiento jurídico. Pero impiden que avancen los proyectos de exploración. Se oponen a la minería y no dejan a nadie pasar. Ese es el otro foco crítico de la situación en la zona.

Gutiérrez, que vino en 2011 por última vez a Buenos Aires, dice. “Nosotros estamos convencidos de que la vida va a cambiar. No queremos que se vayan los jóvenes por falta de trabajo”.

Ofrece un video en el que hablan otras integrantes de la comunidad. Una mujer, llamada Julia, se compara con lo que ocurre en Laguna Blanca, donde la minería avanza. Lamenta que eso no ocurra todavía en su comunidad. “Tienen una buena posta. Tienen un club. Tienen ambulancia. Tienen un camino. Tienen escuela secundaria. Tienen un comedor infantil. Tienen medios de transporte. Tienen de todo ahí, en Laguna Blanca, y nosotros también lo necesitamos. La gente de Aguas Calientes no tiene nada. No tenemos ni un árbol, ni un álamo, ninguna cosa, no tenemos nada. Los de Peñas Negras no quieren que pasen las mineras del litio y nos perjudican a nosotros, que si queremos porque en esta comunidad necesitamos prosperar. No vengan a mentir, vengan a ver la realidad. Los que buscan impedir a las mineras no son de aquí. Quiero que la Justicia venga y vea la realidad. Necesitamos que pase la empresa minera”.

Según cuentan ellos mismos, la empresa de capitales australianos Elevado Gold S.A. mantiene con la comunidad un intenso trabajo de relacionamiento pese a que se vieron obligados a suspender las tareas que se llevaban adelante luego de un ataque cometido por un grupo de personas pertenecientes a la escisión de Peñas Negras.

Los australianos llegaron en 2017. Varios de sus empleados han sido atacados por miembros de Peñas Negras. Señalan que detrás de esos ataques hay una abogada, que se opone violentamente a la minería llamada Andrea Morales Leanza. Los trabajos de prospección avanzan y se obturan una y otra vez debido a los ataques frecuentes.

Son ataques con hondas y piedras. El gobierno instaló un destacamento policial en la zona. Cada vez que se avanza para tomar una muestra, la situación se descontrola. Es disonante lo que ocurre: policías vestidos de anti disturbios controlan el monte y se cruzan con los que se oponen. Del otro lado, los que aprueban la minería exigen custodia para que las tareas sigan.

Frente a esto, el Gobierno tomó la decisión de suspender momentáneamente los trabajos para buscar una solución a través del diálogo; esto hizo que los 30 trabajadores quedaran por el momento sin empleo. Por eso se comenzaron a movilizar; para que se reactive. Por eso llegaron a Buenos Aires. Los de Aguas Calientes dicen que ya no pueden más. Quieren decidir sobre el espacio que consideran propio. La expectativa los embriaga. Creen haber aprovechado el viaje relámpago a la capital. Se suben al micro que los llevará de regreso a la puna, a su mundo de calma, nunca exento de conflictividad y tensiones, pero con la esperanza de que algo se destrabe. Para bien. O para mal.

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Video | Un violento enfrentamiento entre dos bandas en la estación Merlo del tren Sarmiento terminó con 11 detenidos

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Un violento enfrentamiento ocurrió este sábado por la mañana entre la Policía Federal Argentina (PFA) y pasajeros en la estación Merlo del Tren Sarmiento, que terminó con once detenidos por atentado y resistencia a la autoridad. Según pudo averiguar LA NACION, fue luego de que una pelea entre dos bandos de afiladores en el primer vagón de la formación que incluyó golpes con palos y hasta una gomera. Un efectivo intervino sacando su arma reglamentaria y luego redujeron a los agresores con sus tonfas.

A las 9.20 la PFA fue notificada de incidentes en la estación de Merlo, que comenzaron luego de que uno de los bandos de afiladores robara una bicicleta de sus contrincantes. Un video del hecho se viralizó en redes sociales que muestra el altercado de al menos once hombres adentro del vagón. Allí, los dos bandos se dividían entre la parte frontal y trasera del coche.

Algunos de los agresores se protegían escondiéndose en la parte de afuera del tren. En la grabación se ven personas corriendo y se escuchan gritos entre los involucrados, pero también de otros pasajeros que violentamente arengaban a los uniformados que les “peguen un tiro” a los hombres que se peleaban.

Mientras tanto, tres efectivos observaban parados desde afuera del vagón y les gritaban que se bajen, todo mientras desde el altavoz el personal pedían la presencia del personal policial. “Flaco, bajate, dale correte”, exclamaba uno. Algunos de los involucrados que se encontraban en la puerta del vagón argumentaban que los efectivos tenían que frenar a los agresores del otro bando. “Mira, le rompió la cabeza”, marcaba uno en referencia a su compañero, que tenía la frente ensangrentada. “Amigo, mirá”, añadió el agredido mientras señalaba la herida.

En ese momento, mientras la Policía continuaba sin intervenir, los hombres salieron corriendo del final del vagón y se dirigieron a la parte delantera, donde se encontraba el otro bando con quien se enfrentaban. “Son menos, son menos, dale”, gritaba uno. Allí, algunos pasajeros intentaron descender del tren, pero los afiladores no los dejaron e inmediatamente empezaron a golpear a otros de los agresores con palos.

Los detenidos en la Comisaría 1era de Merlo

“Vayan para allá, cálmense”, contestó el efectivo, pidiéndoles que se dirijan al sector de los molinetes para separar el altercado. Todo mientras otros pasajeros gritaban insultos alrededor de la escaramuza y alentaban al uniformado a que le dispare a los agresores: “Pegale un tiro. Son negros, no perdemos nada, matalos”. Aun así, ante la falta de respuesta, sacó su arma y mientras les apuntaba les ordenó que se tiren al piso.

Varios de los involucrados empezaron a correr mientras dos policías, uno de los cuales se encontraba de civil, también sacaban sus armas. Allí, el enfrentamiento se desplazó hacia afuera del vagón. Entonces, uno de los afiladores le reclamó a un pasajero que dejara de filmar, pero el hombre le contestó que lo hacía a pedido de los efectivos. “Me pidió el poli que filme”, aseguró.

Los detenidos en la Comisaría 1era de Merlo

Una vez afuera del tren, los policías comenzaron a golpear a los violentos con patadas y tonfas. Esto fue hasta que uno de los hombres cayó sobre uno de los molinetes tras los golpes, lo que alteró a otros afiladores que le gritaban “tiene quince años”. Aunque algunos efectivos continuaron, uno en particular pasó los molinetes y siguió con su accionar al grito de “tomatela”. El hombre le contestaba: “Me voy, me voy. Estás mal de la cabeza”. Tras ese altercado, los afiladores se acercaron al vagón con los efectivos para identificar a los agresores restantes.

Los detenidos en la Comisaría 1era de Merlo

En el medio de la plataforma, otros efectivos revisaban a varios hombres demorados mientras les preguntaban si tenían algún tipo de arma. Los que se encontraban en el piso se quejaban con los efectivos por liberar a algunos afiladores del otro bando. “Aquellos fueron”, gritaban. El hecho terminó con once detenidos y fue grabado por un pasajero que le ofreció el video a uno de los efectivos. “Yo filmé casi todo como pediste. Si lo necesitás, me decís”, señaló.

Los aprehendidos, algunos de los cuales terminaron heridos, fueron trasladados a la Comisaría 1.ª de Merlo, donde el jefe de servicio realizará la consulta judicial correspondiente.

El altercado entre la Federal y los afiladores. Foto: captura

LA NACION

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