Liverpool atraviesa el final de una era y la crisis interna, disimulada hasta ahora, empieza a aflorar de manera pública. El clima caliente se hizo patente sobre el final del empate 2-2 contra West Ham, resultado que prácticamente los baja de la pelea por el título en la Premier League, cuando Mohamed Salah y Jurgen Klopp tuvieron un fuerte cruce al borde del campo de juego.

El delantero egipcio, suplente en la visita a Londres, se preparaba para ingresar al campo de juego cuando, a los 77 minutos, West Ham empató el encuentro 2-2. Inmediatamente se produjo un ida y vuelta con Klopp que despertó la bronca del capitán Salah. Empezaron con gestos ampulosos y la discusión fue subiendo de tono, tanto que tuvo que intervenir el uruguayo Darwin Núñez para separarlos. Uff…

Un rato más tarde, en zona mixta, Salah se negó a realizar declaraciones pero tiró a la pasada: “Si hablo hoy habrá fuego”. La inminente partida de Kloop (está al frente del equipo desde el 2016) al final de la temporada dejó al descubierto un clima complicado en el Liverpool, sobredimensionado además por el magro rendimiento deportivo: fue eliminado en la Europa League y también quedó relegado en la Premier.

Lógicamente, el tema también apareció en la conferencia del técnico alemán, quien prefirió no ahondar demasiado en lo ocurrido. «Hablamos de eso en el vestuario. Mi sensación es que con eso está terminado para mí. Eso es todo, ya está».