El protagonismo internacional de Javier Milei alcanzará su pico en los próximos días: después de su encuentro con Donald Trump en los festejos post electorales y tras haber llegado a la tapa de biblias de las finanzas globales como The Economist y Financial Times, el presidente será el anfitrión del principal foro de la «nueva derecha libertaria», que se reunirá en Buenos Aires.

Milei está decidido a que la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), que tendrá lugar martes y miércoles en el Hotel Hilton de Puerto Madero y abierta al público -previo pago de una entrada de u$s100– se transforme en un trampolín para confirmar su nuevo rol internacional y, al mismo tiempo, para consolidar su aparato político propio a nivel nacional.

La programación del evento da pistas al respecto. Hablarán funcionarios de las posiciones más relevantes, como la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y el ministro de Economía, Luis Toto Caputo. Esto implica que Milei está pensando en este acto como una especie de evaluación de la gestión al cumplirse casi un año de gobierno, y que acaso haga anuncios sobre la agenda 2025, el año clave por las elecciones legislativas.

Los títulos de las conferencias son elocuentes sobre la mezcla de visión ideológica y de agenda de corto plazo que se quiere transmitir. Bullrich expondrá su política: «el que las hace, las paga». Mientras que Caputo titulara su ponencia: «Batalla cultural económica, el fin del socialismo».

Y en el plano internacional, habrá una constelación de figuras ligadas al «trumpismo», empezando por Lara Lea Trump, nuera del presidente electo y conductora de uno de los podcast más influyentes de la derecha estadounidense. Los organizadores del evento se encargaron de circular la versión de que habría grandes sorpresas, lo cual dio pie a que se mencionara la posibilidad de que, sin previo aviso, llegara a Buenos Aires alguna celebridad de la talla de Elon Musk.

La reivindicación del Gordo Dan

Pero acaso el detalle más llamativo en la programación de la reunión, para quien busque pistas sobre los planes de Milei en el ámbito doméstico, es la participación del controvertido Daniel Parisini, mejor conocido en las redes sociales por su nombre de guerra «Gordo Dan».

Había surgido una especulación de que Milei trataría de tomar distancia del líder de los cibermilitantes libertarios, después del muy comentado acto de presentación de la agrupación «Las Fuerzas del Cielo», donde todo resultó irritante para la corrección política -blasones y cruces gamadas de estilo fascista, cánticos insultantes de estilo barra brava, llamamientos a profundizar la grieta con los «zurdos hijos de puta» y, sobre todo, la autodefinición de «brazo armado del gobierno»-.

Las versiones que circularon en los ámbitos políticos indicaban que ese acto no solamente había molestado a los aliados del gobierno, como el macrismo y la Unión Cívica Radical, sino a la interna de La Libertad Avanza, empezando por la poderosa secretaria de la presidencia, Karina Milei.

La hermana del presidente está abocada a organizar la estrategia electoral para las legislativas 2025, con especial foco en el bastión peronista del conurbano bonaerense. Y la estrategia incluye algunas prácticas tradicionales, como la intensificación de la presencia «territorial», lo cual implica la búsqueda de aliados, desde punteros hasta aspirantes a intendentes, muchos de ellos con un pasado de militancia peronista.

Karina, según comentaron referentes del ala más «política» del gobierno, creía que la irrupción de «Las Fuerzas del Cielo», y los discursos agresivos de Parisini y del ideólogo libertario Agustín Laje, no sólo no habían ayudado a Milei, sino que habían empañado uno de los mejores momentos del gobierno, que disfrutaba una seguidilla de buenas noticias en el plano de la economía.

Sin embargo, la inclusión del «Gordo Dan» como orador en la CPAC pone en duda que Milei esté tomando distancia de su ala más radicalizada. Más bien al contrario, el mensaje que transmite es que alentará a todos aquellos que sumen a su causa, ya sea en la «rosca» tradicional o en la «batalla cultural» para imponer agenda en las redes sociales.

De hecho, también es elocuente el título de la exposición que hará Parisini: «El rol de las redes sociales libres en el mundo y por qué los comunistas las quieren prohibir».

Milei, líder antiglobalista

Milei tendrá a su cargo el cierre del evento, el miércoles, y su plan es claro: reforzar su posición de referente global de las ideas libertarias. Aun cuando sus rivales le marquen la contradicción de su prédica «austríaca» con las prácticas proteccionistas que está adoptando Trump -la propia Cristina Kirchner fue la más aguda en señalar esas diferencias-, el presidente argentino decidió apostar fuerte por el alineamiento con el nuevo gobierno estadounidense.

Si bien puede haber diferencias en el plano comercial, la coincidencia es total a la hora de la «batalla cultural».

La Conferencia de Acción Política Conservadora fue tradicionalmente una institución ligada al partido Republicano estadounidense, donde se repetían las consignas tradicionales del conservadurismo, en un contexto de cierta previsibilidad. Pero la irrupción de Trump en la política del país del norte, y las invitaciones a líderes europeos anti-globalistas le dieron un nuevo protagonismo a la CPAC.

Ahora llama más atención de la prensa mundial, porque se erigió en una voz de resistencia contra la agenda del «progresismo» o, para ponerlo en palabras de Milei, contra el «marxismo cultural». El presidente ya se había erigido en referente global de esa batalla cultural cuando, en el Foro de Davos -habitualmente criticado por fomentar en las élites globalistas el neoecologismo, la política de perspectiva de género y la cultura «woke»- denunció que la civilización occidental estaba en peligro, en un discurso que se viralizó.

Milei defiende la visión de que el peor riesgo para Occidente no está en rivales geopolíticos como China, Rusia o Irán, sino en el «enemigo interno», como el establishment cultural, los medios de comunicación y organizaciones como las mismísimas Naciones Unidas.

A partir de allí, Milei pasó a ser requerido en eventos de la derecha anti globalista, como la propia CPAC en Estados Unidos -donde por primera vez se encontraron Milei y Trump y el entonces candidato republicano le dijo, jugando con su propio eslogan de campaña «Make Argentina Great Again».

Otros eventos destacados fueron el acto proselitista de la ultraderecha española Vox -donde Milei tuvo el protagonismo absoluto, y no sólo por su histrionismo sobre el escenario sino porque se peleó en público con el presidente Pedro Sánchez– y varios foros de ideología libertaria en Europa y Estados Unidos.

Fue en esos eventos donde Milei se contactó con empresarios de alto perfil, como Elon Musk y celebridades de Silicon Valley, a quienes trató de tentar con inversiones en Argentina, en un adelanto de la estrategia diplomática que luego concretaría con el nombramiento del emprendedor Alec Oxenford en la embajada en Washington.

Bolsonaro y el riesgo de la Ficha Limpia

La agenda de la CPAC incluye a dirigentes políticos conservadores y a voceros de la batalla «anti woke». Entre los estadounidenses destacan Lara Trump, además del veterano Ron Paul -referente libertario y ex candidato por el partido Republicano- y nuevas figuras de ese espacio, como Kari Lake, el consultor político Barry Bennet y el «influencer» Ben Shapiro.

Estará también presente el líder del partido español Vox, Santiago Abascal, el mexicano Eduardo Velástegui y otros referentes de la derecha procedentes de Italia, Israel y Hungría.

Pero, entre los latinoamericanos, la mayor atención estará puesta en los brasileños Bolsonaro, padre e hijo, firmes aliados de Milei y protagonistas de la grieta contra el PT de Lula da Silva.

El «timing» de la presencia de Jair Bolsonaro en Argentina es muy particular. Llega justo cuando la caída del proyecto «Ficha Limpia» puso al Milei al borde de la ruptura con el macrismo. Y, entre los militantes libertarios, la justificación para no haber dado quorum fue, justamente, la necesidad de evitar un efecto boomerang como el que hoy sufre Bolsonaro, que está inhabilitado por la justicia para postularse a cargos electivos.

Desde ese punto de vista, existe la posibilidad de que el «lawfare» y el intento de «proscripcion judicial» que ahora denuncia el kirchnerismo se transforme en un arma de doble filo que pueda dejar fuera de la competencia a quienes hoy están en la vereda opuesta. El «Gordo Dan», que expondrá junto a Milei en la CPAC, fue uno de los que defendieron ese argumento con más énfasis.

Tanteando el nuevo Mercosur

También para Bolsonaro el «timing» es interesante: la presencia junto a Milei le garantiza repercusión internacional justo en el peor momento de la gestión de Lula, con un mercado que se muestra desconfiado de su política económica y el real devaluándose a niveles históricamente bajos.

Lo interesante es que, apenas dos días después de su encuentro fraternal con Bolsonaro, Milei volverá a verse cara a cara con Lula. Será en la cumbre presidencial del Mercosur, en Montevideo. Y será todo un desafío para el presidente argentino, que se debatirá entre enfatizar sus diferencias ideológicas o remarcar las coincidencias pragmáticas -después de todo, acaba de firmar un acuerdo para que Argentina se transforme en principal proveedor de gas natural para Brasil-.

También Milei se despedirá allí del uruguayo Luis Lacalle Pou, con quien comparte la visión liberal, y conocerá al recién electo Yamandú Orsi, que lidera el regreso de la izquierda en la vecina orilla -aunque no necesariamente abandonará la pretensión uruguaya de que el Mercosur se abra a acuerdos comerciales con terceras partes-.