ECONOMIA
Caputo inyecta pesos a la economía y ahora apunta a «patear» deuda sin generar turbulencia

El equipo de Toto Caputo ha logrado algo inédito: sea cual sea la respuesta del mercado a sus licitaciones de deuda, siempre festeja. Cuando renueva los vencimientos y se queda con un plus de pesos a su favor, lo presenta como una absorción de dinero excedente. Cuando no llega a «rollear» toda la deuda, afirma que es un síntoma positivo, porque como la economía está recuperándose los bancos necesitan liquidez para financiar a las empresas.
Si se emite un bono dólar linked y no hay demanda, se festeja el hecho de que el mercado no teme a una devaluación. Y si aparecen compradores por $1 billón, se presenta el hecho como una estrategia para evitar que los pesos vayan a presionar al tipo de cambio.
Si la tasa cae, lo festeja como un síntoma de disminución en la percepción de riesgo por parte de los inversores, y si la tasa sube lo interpreta como una señal de alta demanda por deuda local, y por lo tanto un síntoma de estabilidad cambiaria.
Sin embargo, desde el otro lado del mostrador, no todos comparten la misma visión, sobre todo cuando ocurre, como en las últimas licitaciones, que el Tesoro no pueda «rollear» el total de la deuda que vence, lo que implica que haya una inyección de pesos al mercado, que eventualmente podrían presionar los precios o buscar refugio en el dólar. Por eso el mercado está atento para ver si en las nuevas licitaciones -la primera es este miércoles, ante vencimientos de $5,5 billones- se revela un cambio de tendencia.
El «punto Anker» y la inyección de pesos
La primera vez que se expuso esa situación como un hecho positivo fue en septiembre del año pasado, cuando los funcionarios explicaron que se estaba llegando al «punto Anker» en el que la economía se remonetizaba después de haber repudiado al peso hasta hacer que la base monetaria se desplomara a menos de un 5% del PBI.
«Estamos logrando que los bancos vuelvan a trabajar de bancos», afirmaba entonces Toto Caputo. Sin embargo, no siempre se mantuvo esa actitud: cuando hace dos meses empezó a quedar en evidencia el nerviosismo del mercado por la situación cambiaria y se produjo un éxodo desde las letras del Tesoro hacia las coberturas del mercado de futuros del dólar, el ministro no dudó en dar un volantazo: concentró el menú de bonos en letras de vencimiento corto y subió las tasas de interés para que el «rolleo» estuviera cerca del 100%.
Pero claro, ahora ya sin cepo, la renovación se torna naturalmente más complicada. Los analistas interpretaron que, al perder una «demanda cautiva» y al endurecerse las condiciones de liquidez -por el cierre de los pases activos del BCRA-, los bancos empezaron a tener una mayor volatilidad.
Lo cierto es que tras el levantamiento del cepo se logró un «rolleo» de sólo 75,71% de los vencimientos por $6,6 billones. Lo que implica, mirando la parte del vaso vacía, que se inyectaron pesos al mercado $1,6 billón.
Fue allí cuando en el mercado empezaron a expresarse dudas sobre la política monetaria: para empezar, la famosa pregunta retórica –«¿con qué pesos?»– que usaban los funcionarios para desmentir un riesgo de compara masiva de dólares, ya perdía fuerza, dado que se expandía la cantidad de dinero ante cada «rolleo» inferior al 100%.
Y, además, el otro argumento del gobierno -que esa inyección no alteraba la base monetaria amplia, porque no se hacían con emisión sino con parte del superávit fiscal- empezaba también a generar dudas, dado que los depósitos del Tesoro en el BCRA empezaban a adelgazar.
La remonetización polémica
Fue entonces cuando llegó la polémica jugada del Central para darle más pesos a Caputo y sus muchachos.
El BCRA comunicó que había tenido una ganancia de $19,4 billones en el ejercicio 2024, lo que le había permitido poner a disposición del Tesoro $11,7 billones. Ese dinero queda depositado en la cuenta que el Tesoro tiene en el BCRA y sólo pueden tener un uso: cancelar deuda.
Se generaron dos polémicos en torno a esta cuestión: la primera es qué tan real podía ser considerada esa «ganancia» para un Banco Central que, según el propio gobierno, tenía patrimonio negativo -de hecho, ese fue el argumento para solicitar la ayuda del Fondo Monetario Internacional-.
Y el segundo debate apuntó a si, al usar esos pesos para cancelar deuda, se estaba quebrando la regla de congelamiento monetario que el propio gobierno se había fijado. En definitiva, cuando se cancela deuda se inyectan pesos al mercado, y en este caso no tendrán como contrapartida un ingreso de dólares al BCRA.
Esa duda se acrecentó con la última licitación de abril para cancelar $7,5 billones, en la que apenas se convalidó un «rolleo» del 70%. En otras palabras, acaba de inyectarse al mercado liquidez por $2,25 billones.
Para los expertos del mercado financiero, lo que está haciendo el gobierno es fomentar una remonetización de la economía. Si bien la cantidad de dinero ha subido, todavía está muy lejos de sus promedios históricos: las últimas cifras marcan una base monetaria equivalente al 4,2% del PBI y un M2 -es decir, sumando los ahorros en plazo fijo- de 10,5%. Pero es una estrategia no exenta de riesgos, en una economía aún no estabilizada del todo.
Con «rolleo» abajo del 80% hay problemas
Algunos ven la estrategia de «rollear» por debajo del total de los vencimientos como una forma de emitir dinero sin que tenga un efecto inflacionario. Claro que, para ello tendría que concretarse el tema sobre el cual más se especula en este momento: la emisión de un bono que se suscribe con dólares pero es pagadero en pesos.
Si se lograra esa combinación, entonces el gobierno habrá encontrado la ingeniería para aumentar la cantidad de pesos y además acumular reservas en el BCRA sin faltar a su promesa de no comprar dólares dentro de la banda.
Pero mientras se discute sobre ese punto, el calendario marca una fría realidad: sólo en los próximos tres meses hay vencimiento de deuda por $40 billones. Lo cual lleva a la cuestión de si la estrategia de no renovar la deuda puede traer el efecto colateral de mayor presión sobre los precios.
Hablando en números: ¿cuál sería el límite para esa estrategia? Algunos analistas argumentan que el Tesoro debería «rollear» no menos de 80% promedio desde aquí hasta las elecciones legislativas de octubre.
«Es exigente, pero cumplible. Dependerá de la dinámica del mercado en el período pre electoral para ver si eso implica una exigencia mayor sobre las tasas de interés o no», advierte un informe de la gestora de fondos Mega QM, que estima en un 27,5% de los vencimientos la cantidad de pesos actualmente en poder del Tesoro.
¿Tasas para arriba o para abajo?
En el texto del acuerdo con el FMI, se anunció que la preferencia será la extensión de vencimientos, algo que todavía parece lejano, dado que en las últimas licitaciones la demanda de títulos públicos se concentró en los vencimientos de corto plazo, una demostración de la incertidumbre todavía reinante.
«La estrategia de financiamiento seguirá enfocándose en reducir los riesgos de refinanciamiento de la deuda en pesos, extendiendo los vencimientos y reemplazando gradualmente los títulos vinculados a la inflación y al tipo de cambio por instrumentos de tasa fija a medida que avance la desinflación», indica el acuerdo.
De manera que la otra señal a la que estará atento el mercado es a la tendencia de las tasas de interés en pesos. ¿Qué prefiere el gobierno? Por un lado, lo lógico en una economía en sendero de desinflación sería una tasa en baja. Sin embargo, hay fuerzas que la llevan a la suba, entre ellas la mayor demanda de crédito.
Pero, además, hay en este momento un condimento especial. Dentro de su plan para que los dólares se vuelquen a la economía -y que indirectamente terminen reforzando las reservas del BCRA- hay una condición ineludible: la tasa para financiarse en dólares debe ser más conveniente que la de pesos.
De esa forma, se espera que continúe el movimiento alcista en los depósitos bancarios, que quebraron la tendencia a la baja y en dos semanas de abril recuperaron más de u$s1.000 millones, para ubicarse actualmente en torno de u$s31.000 millones.
La sospecha generalizada de que el BCRA intervino para aplastar la curva de futuros del dólar hizo que los inversores volvieran a pensar en la «tasa sintética», que permite simultáneamente hacer una alta tasa en pesos y cubrirse de una eventual devaluación.
La operatoria consiste en vender dólares y colocarse en pesos para aprovechar la tasa de títulos públicos -las Lecap, por ejemplo-, y en simultáneo comprar un contrato de dólar futuro para asegurarse un tipo de cambio. En otras palabras, lo que se gana por comprar el título público es mucho más que lo que cuesta ese «seguro» contra la devaluación.
La estrategia no está exenta de controversia. Si bien se está mostrando efectiva para restar presión sobre el tipo de cambio, no faltan las acusaciones de que es un plan enfocado en el corto plazo y con bajas probabilidades de poder sostenerse tras las elecciones.
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ECONOMIA
Las tarifas, por las nubes, y este es impacto en el bolsillo, según el último relevamiento

Sin subsidios, un hogar del AMBA gastó $193.329 en servicios y transporte en julio. Representa el 60% del salario mínimo, con subas de hasta 71%
21/07/2025 – 09:32hs
En julio, los hogares del Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) volvieron a sentir el impacto del aumento en los servicios. Según el Observatorio de Tarifas y Subsidios del IIEP (UBA-CONICET), una familia tipo sin subsidios debió destinar $193.329 para cubrir electricidad, gas, agua y transporte. El monto implicó una suba del 5,4% respecto al mes anterior y representó el 60% del salario mínimo, fijado en $317.800.
Dos factores explican este aumento: por un lado, la implementación de nuevos cuadros tarifarios; por el otro, un incremento en el nivel de consumo, impulsado por las bajas temperaturas del invierno. El relevamiento detalla que el gasto promedio fue de:
- $45.993: en electricidad
- $46.693: en gas
- $30.861: en agua
- $69.783: por persona en transporte
El transporte, el rubro que más presiona
En julio, el boleto de colectivo en líneas que circulan dentro de la Ciudad se ajustó por IPC + 2%, lo que significó un alza del 3,5%. Pero las líneas interjurisdiccionales —reguladas por Nación— subieron por segundo mes consecutivo un 7%. Como resultado, el aumento ponderado del transporte fue del 5,1% mensual.
Desde la IIEP destacaron que «el incremento del 5,4% mensual en la canasta de servicios se explica tanto por los ajustes tarifarios como por el mayor consumo de energía eléctrica y gas natural durante el invierno».
Así las cosas, en la comparación interanual, el costo de la canasta se disparó un 40%, apenas por encima del IPC estimado para el mismo período (36%). Estos datos marcan una tendencia de convergencia entre tarifas e inflación. Sin embargo, advierten que el consumo invernal de energía es determinante para el valor final de las facturas.
Aumento de servicios vs. salarios
En términos interanuales, el transporte encabezó los aumentos con una suba del 71%, y se consolidó como el rubro que más traccionó el alza en la canasta de servicios. Lo siguieron el agua, con un 33%, y tanto el gas como la electricidad, con incrementos del 26% cada uno.
El gasto en colectivos, por sí solo, explicó el 21% del aumento total registrado en el año, en tango que el gas y la electricidad aportaron 7 puntos cada uno, y el agua, los 5 restantes.
Desde 12/ 2023 hasta 7/2025, el costo de la canasta de servicios en el AMBA se disparó un 597%, muy por encima del aumento general de precios, que fue del 154%. Esto refleja un desfasaje cada vez más marcado entre tarifas y salarios reales, aún en un contexto de recorte de subsidios.
En promedio, los usuarios del AMBA cubren solo el 50% del costo real de los servicios con sus tarifas; el Estado asume el resto. Si bien la cobertura tarifaria depende del tipo de servicio y del perfil del hogar, en julio se registró una mejora: alcanzó el 50%, lo que representa un aumento de tres puntos porcentuales respecto al promedio de los últimos 18 meses.
Según el informe, «el aumento en la cobertura tarifaria responde al traslado parcial de los mayores costos de generación. Incluso los hogares del segmento N1 —de ingresos más altos— continuaron recibiendo subsidios en sus facturas eléctricas».
Al contrastar el costo de la canasta de servicios con el salario promedio registrado en julio —estimado en $1.471.842—, se observa que representó el 13,1% del ingreso. Dentro de esa canasta, el transporte se destacó como el rubro de mayor peso, concentrando el 36% del gasto total. Esta diferencia se vincula, en parte, al aumento en el consumo de gas y electricidad típico de los meses de invierno.
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ECONOMIA
Vuelos en vacaciones: gremios se movilizan y ponen en suspenso los servicios en Aeroparque

El malestar entre los gremios aeronáuticos no deja de incrementarse tras la serie de medidas que el Gobierno aprobó con el fin de cambiar los regímenes de descanso y la operatoria en ese ámbito. De ahí, en rechazo a esa modificaciones, cinco gremio concretarán una asamblea que, a realizarse en el Aeroparque porteño, podría complicar los servicios en horas del mediodía. En concreto, la medida tiene lugar en oposición al decreto 378/2025 que, entre otros aspectos, fija un recorte en la cantidad de horas de descanso del personal y, en simultáneo, reduce el período de vacaciones anuales. Este cambio se alínea con otras disposiciones aprobadas por La Libertad Avanza (LLA), como por ejemplo que las empresas puedan operar en la Argentina con personal extranjero.
Según indicaron las organizaciones sindicales, la protesta comenzará a las 11 de la mañana e incluirá una conferencia de prensa. De la medida tomarán parte la Asociación del Personal Aeronáutico (APA), la Unión del Personal Superior y Profesional de Empresas Aerocomerciales (UPSA), la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), la Asociación de Técnicos y Empleados de Protección y Seguridad a la Aeronavegación (Atepsa) y ATE ANAC.
Los sindicatos aéreos se mantienen en alerta y movilización
Vale señalar que desde Aeropuertos Argentina, concesionaria de Aeroparque, se indicó que la manifestación no debería interferir con el flujo de pasajeros. Pero, dado el número de gremios que participarán de la asamblea, no se descartan demoras o complicaciones en una fecha clave para el turismo nacional.
Los sindicatos vienen activando distintas acciones con el fin de oponerse a las políticas que el Gobierno viene implementando para el segmento aeronáutico.
Así, ATEPSA, el gremio de los controladores aéreos, se mantiene en alerta y movilización tras 15 despidos ocurridos en la Empresa Argentina de Navegación Aérea (EANA), donde rige una conciliación obligatoria.
Por otro lado, la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) que lidera el controvertido Pablo Biró anunció recientemente un paro nacional para el 19 de julio que sólo pudo ser desactivado, también, a partir de una conciliación obligatoria pedida por Aerolíneas Argentinas.
A la par de rechazar el nuevo marco regulatorio, los gremios denuncian despidos y reclaman mejoras salariales. En ese sentido, Marcelo Belelli, referente de ATE ANAC, afirmó que ese organismo ya acumula más de 100 despidos desde que se inició la gestión presidencial de Javier Milei. Y que los sueldos de ese nicho presentan un retraso frente a la inflación del orden del 45 por ciento.
Qué dice el decreto al que se oponen los aeronáuticos
A través del decreto 378/2025, el Gobierno fijó cambios en el Código Aeronáutico que contemplan, por mencionar un primer punto, que las compañías ostenten la potestad de establecer los tiempos de servicio de vuelo y los períodos de descanso.
Se estableció que las horas mínimas de, precisamente, descanso se ubiquen en torno a las 30 semanales, en lugar de las 36 que regían previo al decreto. LLA argumentó que eso permitirá reducir los costos operativos de las aerolíneas, que demandarán menos personal.
Además, pilotos y tripulaciones acumularán 1.000 horas de labor al año cuando antes el tope era de 800. También el régimen diario subirá de 8 a 10 horas. Otro aspecto clave refiere a las vacaciones, que en lugar de 30 días en el año pasarán a totalizar 15 y que deberán tomarse de forma consecutiva.
Ya en cuanto a cuestiones puntuales, se fijó que las tripulaciones de vuelo con tres pilotos podrán extender hasta 17 horas el tiempo máximo de vuelo si cuentan con un asiento reclinable con ángulo mayor a 40° en un área separada de la del trabajo.
En cambio, las tripulaciones con cuatro pilotos «podrán extenderse hasta 19 horas, siempre que cuenten con un espacio horizontal y reclinable, en un área distinta a la de los pasajeros».
En mayo pasado, el oficialismo también activó cambios en el Código Aeronáutico que, entre otros aspectos, permiten que las aerolíneas que vuelan dentro del país operen con tripulaciones 100% extranjeras, se habilitó la opción de que las aeronaves presten servicios sin la intervención de técnicos argentinos.
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ECONOMIA
Renunció la número 2 del FMI, de estrecha relación con Argentina: los motivos de su salida y el mensaje de Caputo

La subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Gita Gopinath, anunció que dejará su cargo a fines de agosto para regresar a la Universidad de Harvard, donde retomará su actividad académica como profesora de economía.
La noticia fue confirmada este lunes por la directora gerente del organismo, Kristalina Georgieva, quien elogió su paso por el Fondo en un contexto global complejo.
Gopinath, de perfil técnico y considerada una figura central dentro del staff del FMI, había ingresado al organismo en 2019 como economista jefe -la primera mujer en ocupar ese cargo- y fue promovida al segundo puesto más alto del organismo en enero de 2022. Durante su gestión, encabezó el trabajo analítico en áreas como política fiscal, monetaria, comercio internacional y deuda.
Renunció la número 2 del FMI y Luis Caputo la despidió en redes
En sus palabras de despedida, Gopinath expresó: «Estoy profundamente agradecida por mi tiempo en el FMI. Tuve el privilegio de trabajar con un equipo brillante y comprometido, colegas de la gerencia, el Directorio Ejecutivo y autoridades de distintos países. Ahora regreso a la academia, donde espero continuar investigando sobre finanzas internacionales y macroeconomía para afrontar desafíos globales, además de formar a la próxima generación de economistas».
Desde Argentina, el ministro de Economía Luis Caputo se despidió públicamente de Gopinath a través de la red X (ex Twitter): «Gracias por su arduo trabajo y apoyo a nuestro programa económico durante el último año y medio. También agradecemos profundamente su continua confianza en el equipo. Te deseamos todo lo mejor en Harvard«.
El mensaje de Luis Caputo sobre la salida de Gita Gopinath, la número 2 del FMI
Gopinath mantuvo una relación fluida con el equipo argentino que gestiona el acuerdo con el FMI y tuvo un rol relevante en los diálogos técnicos. En febrero de 2024 visitó Buenos Aires, donde se reunió con el presidente Javier Milei y con el propio Caputo, en el marco de un nuevo tramo de negociaciones.
Desde el organismo, Georgieva la describió como «una colega excepcional, una líder intelectual sobresaliente y una excelente gestora», destacando su capacidad para combinar análisis riguroso con propuestas concretas de política económica. Añadió que su aporte fue clave en tiempos marcados por «la pandemia, conflictos armados, crisis del costo de vida y profundas transformaciones en el comercio mundial».
Durante su paso por el Fondo, Gopinath fue también una de las autoras del plan de vacunación global desarrollado durante la pandemia, un documento que Georgieva consideró fundamental:
«Llenó un vacío importante a nivel mundial«, dijo. Además, lideró la creación del Marco Integrado de Políticas (IPF), herramienta con la que el Fondo busca asistir a países frente a crisis económicas complejas.
Su última actividad oficial fue en Durban, Sudáfrica, durante la cumbre del G20 de ministros de Finanzas y presidentes de bancos centrales, donde compartió espacio con la comitiva argentina encabezada por el secretario de Finanzas Pablo Quirno. Allí, Gopinath trazó un panorama global atravesado por desequilibrios persistentes.
Su última aparición oficial y el análisis de un «contexto complejo»
«Desde abril, los indicadores económicos reflejaron un contexto complejo influido por las tensiones comerciales», afirmó. Señaló que se detectó «una clara anticipación de operaciones ante el aumento de aranceles y cierto desvío del comercio«, aunque reconoció también que se percibió «una mejora en las condiciones financieras globales tras algunos acuerdos que redujeron los aranceles promedio».
Respecto a los precios, Gopinath consideró que «la caída de la demanda y el descenso en los precios de la energía apuntan a una baja sostenida de la inflación», aunque aclaró que «las trayectorias difieren entre países».
En su diagnóstico más preocupante, advirtió que «la incertidumbre comercial y geopolítica sigue siendo elevada», y alertó que «las valuaciones de activos volvieron a niveles exigentes, el apalancamiento sigue siendo elevado en algunos sectores del sistema financiero, y la presión periódica sobre los rendimientos de bonos soberanos y el funcionamiento de los mercados implica riesgos con potencial de impacto generalizado». Según explicó, este escenario se da «en un contexto de altos déficits fiscales y menor liquidez».
El regreso de Gopinath a Harvard marca el cierre de un ciclo que dejó huella en el FMI, con implicancias directas para países como Argentina, en un momento en que los desafíos financieros siguen siendo intensos a escala global.
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