Israel amenazó a Hamas con «intensos combates» en la Franja de Gaza y el fin del alto el fuego si no libera a más tardar el sábado a los rehenes que siguen en el territorio palestino.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, había amenazado el lunes con desatar un «infierno» en Gaza si no son liberados los rehenes israelíes de aquí al sábado, como marca el acuerdo de tregua que rige desde el 19 de enero.
«Trump debe recordar que hay un acuerdo [de tregua] que ambas partes deben respetar, y que esa es la única forma de hacer regresar a los prisioneros», dijo a AFP Sami Abu Zuhri, uno de los líderes de Hamas.
«El lenguaje de las amenazas no tiene ningún valor y no hace más que complicar aún más las cosas», enfatizó.
Hamas, en el poder en Gaza desde 2007, anunció el lunes que aplazaba de manera indefinida la próxima liberación de rehenes tras acusar a Israel de vulnerar el alto el fuego, mediado por Catar con la ayuda de Estados Unidos y Egipto.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, amenazó con «intensos combates».
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«Si Hamas no libera a nuestros rehenes antes del mediodía del sábado, el alto el fuego terminará y [el ejército israelí] reanudará los intensos combates hasta que Hamas sea derrotado definitivamente», dijo Netanyahu en un comunicado.
Un soldado israelí en un tanque en el lado israelí de la frontera con Gaza, en medio de un alto el fuego entre Israel y Hamas, visto desde Israel. Foto Reuters
Sin embargo no especificó si se trata de todos los rehenes cautivos en Gaza o del pequeño grupo que iban a se liberados el sábado como parte del acuerdo de alto el fuego.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, pidió liberar a los rehenes y «evitar a toda costa que se reanuden las hostilidades en Gaza».
La guerra y la tregua
La tregua detuvo más de quince meses de conflicto en la Franja de Gaza y permitió cinco intercambios de rehenes tomados por Hamás el 7 de octubre de 2023 por presos palestinos encarcelados en Israel.
La guerra estalló ese día con el ataque de Hamas en el sur de Israel, que resultó en la muerte de 1.210 personas, en su mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en datos oficiales israelíes.
Los milicianos islamistas también secuestraron a 251 personas, de las cuales 73 siguen en Gaza, incluidas 35 que habrían muerto, según el ejército israelí.
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La ofensiva lanzada en respuesta por Israel mató al menos a 48.209 personas en Gaza, también civiles en su mayoría, según datos del Ministerio de Salud del territorio, considerados fiables por la ONU.
Tras el anuncio de Hamas de aplazar la próxima liberación de rehenes, el gobierno del primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ordenó al ejército prepararse «para cualquier escenario».
Familiares de rehenes se concentraron el martes frente a la oficina de Netanyahu en Jerusalén con banderas israelíes y fotos de sus allegados.
“Está mejor, tratándose y descansando un poco”. Es el único mensaje que filtra a través de los muros discretos de la Casa de Santa Marta, el hotel del Vaticano, donde se aloja el Papa Francisco. Después de la impresión que causó el domingo el “hambre de aire” que sufrió Jorge Bergoglio mientras leía el domingo una homilía a 30 mil militares de todo el mundo en la plaza San Pedro, que lo obligó a interrumpirla, debido a la bronquitis que padece, ha quedado flotando la certeza de que los esfuerzos del Papa por cumplir con tantas obligaciones son excesivos.
Agravados por el Jubileo del Año Santo de 2005 al que acuden los fieles y se estima que serán en total 32 millones los que vienen a Roma a pasar las Puertas Santas.
Los médicos han conseguido que este lunes y martes sean dedicados a recuperar sus fuerzas. Sin dudas el problema de salud que más lo aqueja es el exceso de trabajo. En auxilio de un poco más de reposo ha llegado la celebración del 33mo. aniversario de la Jornada Mundial del Enfermo. La creó san Juan Pablo II, en 1992. Durante años mostró sus propios sufrimientos y aguantó hasta el final porque “de la Cruz no se desciende”, como afirmaba.
El 11 de febrero es la fecha de la primera aparición de la Virgen María en Lourdes, Francia, en 1858. Hace días que se han comenzado a movilizar en Italia y el resto de Europa las organizaciones católicas con cientos de miles de fieles en la estación de las peregrinaciones.
En todas las diócesis de Italia, bajo el lema “La esperanza no desilusiona”, habrá celebraciones y movimiento de los servicios de sostén y acompañamiento a los enfermos.
En un mensaje Francisco señaló el valor de los “simples gestos que dan el sentido del amor y de la acogida, fruto esencial de las misiones de tantos voluntarios, como está evidenciando el año jubilar, que son el signo más concreto y el más vivo testimonio de ser peregrinos de esperanza”.
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La enfermedad permite a quien la sufre “captar a quién la sufre, por más dolorosa y difícil de comprender, una oportunidad de encuentro con el Señor”, señala Francisco.
Miembros de las fuerzas del orden hacen fila el día en que el Papa Francisco dirige la Santa Misa por el Jubileo de las fuerzas armadas, la policía y el personal de seguridad en la Plaza de San Pedro. Foto Reuters
“La enfermedad deviene la ocasión de un encuentro que nos cambia, el descubrimiento de una roca a la que descubrimos que podemos anclarnos para afrontar las tempestades de la vida”.
“Nunca como en el sufrimiento nos damos cuenta que cada esperanza viene del Señor y que es por tanto ante todo, un don de acoger y cultivar, permaneciendo fieles a la fidelidad de Dios”.
Este miércoles es la cita semanal de la audiencia de los miércoles, en la que se espera que el Papa reaparezca mejorado y, sobre todo, más descansado tras los problemas de salud que mostró el domingo.
El descanso y los cuidados de los médicos deberían demostrar la importancia para la salud inevitablemente más frágil del pontífice de 88 años, que hace años padece problemas en las vías respiratorias que se manifiestan en las bronquitis que puntualmente padece en las temporadas frías. Las obligaciones del Jubileo de 2025 han puesto en crisis a un Papa que el domingo estaba exhausto en plena plaza de San Pedro, agobiado por la bronquitis.
La estructura de la Iglesia Católica prevé el gobierno absoluto del Papa, que implica una sobrecarga de trabajo impresionante. Basta pensar en la cantidad de audiencias, duplicadas ahora por el Año Santo. El Papa debe afrontar todos los problemas importantes, porque no hay mediadores o subpapas, que lo reemplacen. Menuda prueba a los 88 años y con los inevitables achaques de la edad.. Francisco trata de ocuparse de todo pero el tiempo pasa y las obligaciones aumentan en lugar de disminuir.