En estos tiempos de antipolítica, el ex presidente socialista francés François Hollande se ha transformado en el segundo político más popular del país. Los franceses añoran su gran humor, su cara de caricatura, su bonhomía, su excelente relación con Jacques Chirac, los periodistas y su scooter del ”in fraganti” presidencial más famoso con Julie Gayet, su actual esposa y actriz .

Con las encuestas en la mano, François se prepara para regresar al ruedo presidencial y derrotar a su ex pupilo y ex secretario general de la presidencia, el actual jefe de estado Emmanuel Macron en el 2027.

Una campaña que se ha iniciado espontáneamente con su objeto más querido: su scooter, ese ciclomotor de tres ruedas, igual al que condujo toda su vida fuera del palacio, con el que el llevaba las medialunas del desayuno a su amante,Julie Gayet, que estaba en una “garsoniere”, a 150 metros del palacio del Eliseo, cuando el aun seguía viviendo con la periodista de Paris Match, Valerie Trierweiler.

El ciclomotor sale a subasta pública, tras ser vendido por el Eliseo, con un slogan: “El scooter del escándalo”. François Hollande lo usaba para salir anónimamente del palacio, sin custodia, regularmente. Siempre condujo uno. El histórico casco negro es suyo y no está en venta .

François Hollande se prepara para regresar 10 años después de «l’affaire del scooter” y los coleccionistas se lo disputan como medialunas calientes. El ciclomotor que la prensa ridiculizó hoy se ha convertido en un objeto de deseo.

Una década después, el líder más impopular del país en la historia moderna ha vuelto a gozar de tal encantamiento, que el famoso ciclomotor que conducía con un gran casco negro, detrás de su guardaespaldas, está siendo vendido en una subasta como pieza de colección, con ofertas a partir de 10.000 euros.

El famoso “scooter du escándalo”, un Piaggio gris de tres ruedas de 2009, con 34.000 kilómetros, que llegó a simbolizar la impopularidad de la era Hollande de 2012-2017, fue puesto a la venta por Patrick Sionneau, su último propietario, en la región central de Loir-et-Cher. El Eliseo lo había vendido en el 2015.

“El vehículo del parque de motor de palacio debería alcanzar un buen precio porque los franceses están fascinados por el transporte de sus líderes, desde el Vizir, el caballo de Napoleón Bonaparte, hasta el Citroën DS de Charles de Gaulle”, dijo Aymeric Rouillac, el subastador del scooter, a la revista Paris Match.

Hollande siempre se ha caracterizado por su extraordinario sentido del humor, con su cara imperturbable. Fiel a él , Hollande, certificó la autenticidad de su Piaagio a Patrick Sionneau (71) , que se lo había regalo a su esposa Manola (71) en el aniversario de sus 50 años de casados.

“Certificó que es el scooter correcto», autenticó Hollande. Luego firmó una foto con: “A Patrick y Manola, que tienen la suerte de montar en mi scooter para aumentar su felicidad”.

Hollande ha recuperado su popularidad cuando Macron tiene una mala imagen entre el 70 por ciento de los franceses. Multitudes asisten a las conferencias del ex presidente Hollande y a las firmas de sus libros más vendidos.

Como ingenioso veterano político se lo disputan los programas de televisión. Esta semana publicó «Su Europa», una guía ilustrada sobre la UE para jóvenes. Los jóvenes le tienen cariño, simpatía.

“Para los que tienen entre 18 y 25 años, yo fui el presidente de su infancia. Estaban Papá Noel y el presidente. Me he mantenido agradable”, recuerda Hollande, con gracia.

Un regreso a la política activa saldaría sus cuentas con Macron, el joven y extravagante protegido, que sirvió como ministro de Economía de Hollande, hasta que se separó en 2016 para lanzar su campaña centrista para la presidencia. Ha dejado claro que no ha perdonado la “traición” de Macron, que alteró el panorama político, casi demoliendo a los socialistas como partido nacional.

“Macron, que lucha contra su profunda impopularidad, carece de toda convicción política y ha “roto un sistema político”, dijo Hollande el año pasado. El exlíder de los socialistas de 1999 a 2008 es rechazado por su antiguo partido, una sombra más izquierdista de lo que era antes y completamente diluido.

Probablemente esa sea su mayor ventaja, en un escenario electoral donde se proyecta la ultraderechista anti europea Marine Le Pen y su Reagrupación Nacional y el centrista Edward Philippe. Un social demócrata pragmático, acuerdista, pro europeo y con experiencia de estadista no estaba en el panorama. Hollande puede ayudar a reconstruir a al partido socialista.

Su actual líder, Olivier Faure, culpa a Hollande por la debacle de 2017. Recordó esta semana el “estado de ánimo de abatimiento” que se apoderó del partido, en enero de 2014, cuando estalló el “scooter-gate”, después de que las imágenes fueran publicadas por Closer, un semanario de celebridades.

Han pasado diez años desde que François Hollande confirmó su separación de Valérie Trierweiler, la primera dama, tras las revelaciones de su romance con una popular y conocida actriz. El libro de venganza que ella escribió después la volvió millonaria.

Esa revelación en 2014 de las citas de Hollande con Julie Gayet, una actriz, mientras Valérie Trierweiler, su pareja, era la primera dama, provocó agitación interna en palacio.

Después de que Trierweiler fuera expulsada del Eliseo y trasladada al departamento psiquiátrico del hospital La Salpetriére , ella escribió “Merci pour ce moment “(Gracias por este momento), un libro de venganza, al cual se le atribuye el mérito de haber provocado que Hollande abandonara su candidatura a la reelección.

Con 69 años, el socialista, sin dieta electoral aun para bajar sus kilos demás y disfrutando de la buena mesa en largas y divertidas sobremesas con periodistas, está saboreando un renacimiento.

Según la encuesta mensual Ifop-Match, acaba de convertirse en la segunda figura política más popular de Francia, después de Édouard Philippe, el primer primer ministro de centroderecha durante la presidencia de Macron. Eso contrasta con el cuatro por ciento de aprobación para Hollande en una encuesta de 2017.

El pragmático Hollande cree que tiene posibilidades de regresar después de que Emmanuel Macron deje el cargo en 2027, al final del límite presidencial de dos mandatos. Un mundo dado vuelta, con la guerra de Ucrania y la posibilidad de una victoria rusa amenazando a Europa, el conflicto en Medio Oriente, la resurrección del ISIS, Francia con “urgencia atentado” como cuando él gobernó, Gran Bretaña en caótico estado posBrexit sería la herencia a recibir si François Hollande regresa al Eliseo.