Los católicos de todo el mundo están profundamente divididos por la reciente declaración del Vaticano que otorga a los sacerdotes más libertad para bendecir a las parejas del mismo sexo. Los partidarios de la inclusión LGBTQ dan la bienvenida a la medida. Pero algunos obispos conservadores atacan la nueva política como una traición a la condena de la Iglesia a las relaciones sexuales entre parejas homosexuales o lesbianas.

Sorprendentemente, el estallido del debate en las filas católicas coincide con acontecimientos en otras dos denominaciones cristianas internacionales (la Comunión Anglicana global y la Iglesia Metodista Unida) que se están fracturando por diferencias en las políticas relacionadas con LGBTQ.

En conjunto, es un ejemplo dramático de cómo –en una religión que enfatiza el amor de Dios por la humanidad– las divisiones sobre el matrimonio, la sexualidad y la inclusión de gays y lesbianas están resultando insuperables en el futuro previsible en muchos sectores del cristianismo.

La Iglesia católica vive una crisis sorpresiva por las reacciones de cientos de obispos y conferencias episcopales enteras que han condenado el documento pontificio Fiducia Supplicans que autoriza la bendición de parejas del mismo sexo aclarando que se trata de un gesto pastoral que no influye en las bendiciones y acciones litúrgicas.

El matrimonio católico entre un hombre y una mujer está a salvo, sostienen el Papa y el cardenal también argentino Víctor “Tucho” Fernández, que llegó a Roma en Julio para convertirse en el brazo derecho del pontífice como prefecto de la Doctrina de la Fe.

Aunque el documento ideado por Fernández y aprobado por el Papa, junto a las aclaraciones posteriores en un comunicado de prensa firmado por el cardenal argentino, establecen que la bendición a homosexuales católicos, en particular parejas, representan un gesto pastoral y no ritual, sagrado, que no tienen nada que ver con un matrimonio católico, el huracán de protestas abarca una buena parte del catolicismo mundial, con un pico de reacción muy fuerte: la de las iglesias africanas.

Africa es el continente donde más se expande la fe católica. Allí la rebelión de las conferencias episcopales y de sacerdotes y feligreses adquiere dimensiones preocupantes. La base de esta crisis que afecta la autoridad del pontífice argentino es la propia cultura histórica de los africanos, contrarios a las actividades homosexuales.

Ryan Burge, profesor de ciencias políticas en la Universidad Eastern Illinois y pastor de una iglesia bautista, dice que se ha vuelto cada vez más difícil para las denominaciones cristianas acomodar a clérigos y congregaciones con puntos de vista opuestos sobre las relaciones entre personas del mismo sexo, en especial porque esos matrimonios se han vuelto legales en gran parte de hemisferio occidental.

“Muchas denominaciones se encuentran en una posición en la que hay que tomar una decisión; ya no se puede ser indeciso”, dijo Burge, especialista en demografía religiosa. “Esa es la tensión que enfrentan: cómo mantener a los conservadores mayores y al mismo tiempo atraer a los más jóvenes”.

Para las denominaciones globales –en particular los católicos, los anglicanos y los metodistas unidos– Burge ve otra fuente de tensión: parte de su mayor crecimiento en las últimas décadas se ha producido en países africanos socialmente conservadores donde las relaciones entre personas del mismo sexo son tabú.

“Los obispos africanos tienen esta munición”, dijo Burge. “Le dicen a Occidente: ‘Nosotros somos los que estamos creciendo’. Tú tienes el dinero, nosotros tenemos los números’”.

Entre las denominaciones cristianas, la Comunión Anglicana ocupa el segundo lugar después de la Iglesia Católica en extensión geográfica. Las divisiones sobre el matrimonio, la sexualidad y la inclusión LGBTQ han perturbado la comunión durante años y se ampliaron el 17 de diciembre, cuando sacerdotes de la Iglesia de Inglaterra ofrecieron por primera vez bendiciones oficialmente sancionadas a las parejas del mismo sexo.

La prohibición de la Iglesia de Inglaterra sobre las bodas religiosas para parejas homosexuales persiste, pero la decisión de permitir las bendiciones ha enfurecido a varios obispos anglicanos conservadores de África, Asia, América Latina y el Pacífico.

En la Iglesia Metodista Unida se está produciendo una ruptura a cámara lenta.

Hace unos años, era la tercera denominación más grande en los Estados Unidos, pero una cuarta parte de las congregaciones estadounidenses recibieron recientemente permiso para irse debido a disputas que involucran políticas relacionadas con LGBTQ.

Fuentes: The Associated Press