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Los norcoreanos detrás de Global Seafood: trabajo en cautiverio, jornadas de 16 horas y abusos sexuales

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En febrero de 2023, Donggang Jinhui Food, una empresa procesadora de marisco de Dandong (China), celebraba una fiesta. Había sido un año de éxitos: la sociedad había inaugurado una nueva factoría de gran tamaño en sus instalaciones de la ciudad y había duplicado la cantidad de calamares que exportaba a Estados Unidos. Los vídeos del acontecimiento, publicados en Douyin, la versión china de Tiktok, muestran cantantes, instrumentistas, bailarines, fuegos artificiales y luces estroboscópicas. Un aspecto crucial del éxito de la empresa había sido su utilización de trabajadores norcoreanos, enviados por el Estado a trabajar en fábricas chinas, en condiciones de cautiverio, para ganar dinero para su Gobierno.

Los vídeos publicados por la compañía muestran máquinas rotuladas en coreano y a los trabajadores explicando también en coreano cómo limpiar y pesar los calamares. En la fiesta, la empresa reprodujo canciones de pop muy conocidas en Pyongyang, como La gente trae gloria a nuestro partido, escrita por el poeta laureado de Corea del Norte Yun Du-gun, e Iremos al monte Paektu, una referencia al lugar de nacimiento de Kim Jong-Il, el mitificado líder del país fallecido en 2011. Entre el público, decenas de trabajadores se balanceaban al ritmo de la música, ondeando diminutas banderas norcoreanas.

Uno de los vídeos proyectados durante el acto incluía imágenes de drone de su recinto amurallado de 8,5 hectáreas, que cuenta con instalaciones de procesamiento y almacenamiento en frío y una residencia de siete pisos para los trabajadores. En él se destacaba el aumento de la clientela de la empresa en Occidente y se mostraba una amplia gama de certificaciones occidentales, de empresas como el Marine Stewardship Council y Sedex.

Entrada a Dandong Taifeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023Entrada a Dandong Taifeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023

Un comerciante de marisco que trabaja con la empresa calcula que actualmente emplea entre 50 y 70 trabajadores norcoreanos; los artistas de la fiesta llevaban los colores de Corea del Norte y la bandera del país ondeaba detrás de ellos. Cuando las imágenes se publicaron en Internet, el autor de un comentario –aparentemente perplejo, porque es ilegal que las empresas chinas empleen mano de obra norcoreana– preguntaba: “¿No tenéis prohibido grabar esto?”.

Las instalaciones de Jinhui, como muchas otras, dependen enormemente de un amplio programa de trabajo forzado norcoreano. Este está dirigido por un organismo secreto del Gobierno llamado Sala 39, que financia todo tipo de actividades ilícitas en el extranjero, desde el blanqueo de dinero a ciberataques, según el Departamento de Estados de EE UU. Corea del Norte comenzó a enviar trabajadores a China en cantidades significativas en 2012; ese año, más de 40.000 coreanos recibieron visados especiales.

Una parte de sus salarios se la queda el Gobierno, que de esta manera financia las actividades de la Sala 39 y proporciona una fuente vital de divisas para el régimen. Naciones Unidas calculaba en 2017 que el país ingresaba entre 1.200 y 2.300 millones de dólares anuales a través del programa (entre 1.009 y 2.125 millones de euros, aproximadamente).

Los trabajadores clasifican mariscos en Dandong Taifeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023Los trabajadores clasifican mariscos en Dandong Taifeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023

Aquel año, después de que Corea del Norte llevara a cabo pruebas con armas nucleares, Naciones Unidas impuso varias sanciones, y declaró ilegal que las empresas extranjeras utilizaran trabajadores norcoreanos, asumiendo que su trabajo es forzado y sus salarios financian al régimen. Ese mismo año, Estados Unidos aprobó la estricta Ley para Contrarrestar a Adversarios de Estados Unidos Mediante Sanciones (CAATSA, por sus siglas en inglés), que impone fuertes multas a las empresas que importan productos vinculados a la mano de obra norcoreana.

La ley establece una “presunción refutable” que califica el trabajo realizado por norcoreanos como trabajo forzado, a menos que se demuestre lo contrario. No obstante, China ha seguido importando en masa trabajadores norcoreanos, que proporcionan mano de obra barata; según cálculos del Departamento de Estado estadounidense, actualmente hay más de 100.000 trabajando en el país. Suelen estar empleados en empresas de construcción, fábricas textiles y compañías de software. Y muchos también procesan pescado y marisco. En 2022, según un recuento del Gobierno chino publicado accidentalmente en internet, había hasta 80.000 trabajadores norcoreanos solo en la ciudad de Dandong, centro neurálgico del sector pesquero.

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Entrada a Donggang Xin Xin.  Foto: The Outlaw Ocean Project, Late 2023Entrada a Donggang Xin Xin. Foto: The Outlaw Ocean Project, Late 2023

Este año, me puse en marcha con un equipo de investigadores para documentar el empleo de norcoreanos en este sector. Revisamos documentos gubernamentales filtrados, material promocional de empresas, imágenes por satélite, foros en línea y noticias locales. Visionamos centenares de vídeos de teléfonos móviles publicados en Douyin, Bilibili (un sitio chino para compartir vídeos) y WeChat (una popular plataforma china de mensajería). En algunos, se hablaba explícitamente de la presencia de norcoreanos; en otros casos, pedimos a expertos que revisaran las imágenes en busca de acentos norcoreanos, uso del idioma y otros marcadores culturales.

Informar en China resulta muy difícil para los reporteros occidentales, pero enviamos investigadores chinos a visitar fábricas, hablar con los directivos y filmar las líneas de producción. También envié en secreto, a través de intermediarios, preguntas a 20 trabajadores y cuatro directivos norcoreanos sobre su estancia en las fábricas chinas.

El Outlaw Ocean Project entrevistó en secreto a dos docenas de norcoreanos (veinte trabajadores y cuatro gerentes) para escribir sobre su estancia en las fábricas chinas. Esta es una foto de un cuestionario respondido por un trabajador que pasó dos años en una planta de mariscos en China. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023El Outlaw Ocean Project entrevistó en secreto a dos docenas de norcoreanos (veinte trabajadores y cuatro gerentes) para escribir sobre su estancia en las fábricas chinas. Esta es una foto de un cuestionario respondido por un trabajador que pasó dos años en una planta de mariscos en China. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023

Los trabajadores, en su mayoría mujeres, relataban un amplio patrón de cautiverio y violencia en las fábricas. Cuentan que vivían retenidos en recintos rodeados de alambradas de espino, bajo la vigilancia de agentes de seguridad. Varios describían además las bofetadas y puñetazos que les propinaban los encargados por no trabajar lo suficiente o no seguir las órdenes, y que eran sometidos a severos castigos si intentaban escapar.

“A menudo advertían de que, si pillaban a alguno huyendo, le matarían sin dejar rastro”, escribía un trabajador. Otra de sus compañeras narraba: “El momento peor y más triste fue cuando me obligaron a mantener relaciones sexuales cuando nos llevaron a beber”. Casi todas ellas declaraban haber sufrido agresiones sexuales a manos de sus jefes.

En total, identifiqué al menos 15 centros de procesamiento de pescado y marisco que, en conjunto, han utilizado a más de mil trabajadores norcoreanos desde 2017. Gran parte del pescado y marisco procesado en estas factorías acaba después en Estados Unidos. China niega oficialmente que estos trabajadores estén en el país. Pero su presencia es un secreto a voces. “Son fáciles de distinguir”, escribía un residente de Dandong en un comentario en Bilibili. “Todos llevan uniformes, tienen un líder y obedecen órdenes”.

Oficina del gerente norcoreano en Donggang Haimeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, Late 2023Oficina del gerente norcoreano en Donggang Haimeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, Late 2023

A finales de 2023, un investigador de mi equipo encontró en una instalación china llamada Donggang Haimeng Foodstuff a un gerente norcoreano sentado ante un escritorio de madera con dos banderitas, una de China y otra de Corea del Norte. Las paredes, tras el escritorio, estaban vacías, excepto por dos retratos de los anteriores líderes norcoreanos, Kim Il Sung y Kim Jong Il. El gerente llevó al investigador a la cafetería de empleados para que comiera un plato norcoreano de fideos fríos llamado Naengmyeon, y luego le enseñó la planta de procesamiento.

Allí, varios centenares de mujeres norcoreanas vestidas de pies a cabeza con uniformes rojos, delantales rosas y botas de lluvia blancas estaban en pie, hombro con hombro, alrededor de unas largas mesas metálicas bajo unas luces fuertes, encorvadas sobre cestas de plástico de marisco donde cortaban y clasificaban a mano los productos. La fábrica ha exportado miles de toneladas de abadejo a importadores que abastecen a grandes minoristas estadounidenses, como Walmart y ShopRite. (Ni Walmart ni ShopRite respondieron a las solicitudes de comentarios al respecto).

Planta de procesamiento de Donggang Haimeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, Late 2023Planta de procesamiento de Donggang Haimeng. Foto: The Outlaw Ocean Project, Late 2023

China se esfuerza por ocultar a toda costa el empleo de trabajadores norcoreanos. A finales de noviembre, después de que los investigadores de mi equipo visitaran varios centros de procesamiento pescado de Dandong, las autoridades locales distribuyeron panfletos con severas advertencias. Uno de ellos señalaba: “Las personas que intenten ponerse en contacto con trabajadores norcoreanos, o acercarse a los lugares de trabajo de estos, serán tratadas como si participaran en actividades de espionaje que ponen en peligro la seguridad nacional y serán castigadas severamente”. Aquellos que colaboraran con medios de comunicación extranjeros, también avisaban, se enfrentarían a cargos en virtud de la Ley contra el Espionaje.

Dandong, una ciudad de dos millones de habitantes, está situada a orillas del río Yalu, que bordea la frontera entre China y Corea del Norte. El puente de la Amistad Sinocoreana une Dandong con la ciudad norcoreana de Sinuiju. Un segundo puente, bombardeado durante la guerra de Corea, solo cruza parcialmente el río y sirve de mirador para que los residentes chinos puedan observar a los norcoreanos que viven a menos de 600 metros. El puente de la Amistad es una de las pocas puertas de entrada del Reino Ermitaño al resto del mundo; cerca del 70% de todas las mercancías intercambiadas entre los dos países viajan a través de él.

Trabajadores norcoreanos viajan en un autobús que regresa de Dandong a Corea del Norte a través del Puente de la Amistad entre China y Corea en 2023. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023Trabajadores norcoreanos viajan en un autobús que regresa de Dandong a Corea del Norte a través del Puente de la Amistad entre China y Corea en 2023. Foto: The Outlaw Ocean Project, finales de 2023

Los grandes almacenes de Dandong guardan listas de los productos preferidos por los clientes norcoreanos. Las tiendas de recuerdos venden ginseng norcoreano, cerveza y cigarrillos de la marca 7.27 (que hace referencia a la fecha en que se firmó el armisticio en la Guerra de Corea). La ciudad alberga un museo sobre la guerra, llamado oficialmente Sala Conmemorativa de la Guerra para Resistir la Agresión de Estados Unidos y Ayudar a Corea. En las excursiones en barco, los turistas chinos compran bolsas de galletas para lanzárselas a los niños del lado norcoreano del río.

El Gobierno de Kim Jong-un selecciona cuidadosamente a los trabajadores para enviarlos a las fábricas de Dandong y otros lugares de China. El proceso suele estar supervisado por funcionarios de la Sala 39, que valoran la lealtad política de los solicitantes para reducir el riesgo de deserciones.

A los candidatos se les examina incluso por su estatura: el país padece desnutrición crónica y el Estado prefiere candidatos que midan más de 1,65 metros, para evitar la vergüenza oficial de ser representado en el extranjero por personas de baja estatura. (El Gobierno norcoreano no respondió a las solicitudes de comentarios para este artículo).

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Una vez seleccionados, los solicitantes reciben formación previa, que puede durar un año y a menudo incluye clases impartidas por el Gobierno que abarcan desde las costumbres y la etiqueta chinas hasta las “operaciones enemigas” y las actividades de los servicios de espionaje de otros países.

El Departamento de Pesca de Corea del Norte se coordina con el Ministerio de Recursos Humanos y Seguridad Social de China para enviar trabajadores a las empresas marisqueras chinas. (Estos organismos tampoco respondieron a las solicitudes de comentarios).

La logística suele correr a cargo de empresas privadas chinas de “envío”, y las colocaciones a veces se negocian por internet. En un vídeo publicado en Douyin el pasado mes de septiembre, por ejemplo, un usuario anunciaba la disponibilidad de 2.500 norcoreanos que “querían encontrar algún trabajo manual”.

Un grupo de mujeres norcoreanas en las calles de Dandong, China, en marzo de 2023, siendo supervisadas por un vigilante del gobierno. El uso de tales trabajadores en China viola las sanciones de la ONU. Foto:  Living in North Korea/The Outlaw Ocean Project, marzo de 2023Un grupo de mujeres norcoreanas en las calles de Dandong, China, en marzo de 2023, siendo supervisadas por un vigilante del gobierno. El uso de tales trabajadores en China viola las sanciones de la ONU. Foto: Living in North Korea/The Outlaw Ocean Project, marzo de 2023

El autor de un comentario preguntaba si podrían enviarlos a fábricas pesqueras al otro lado de la frontera, en Dandong, y el autor aceptó. Otra publicación anunciaba no hace mucho la disponibilidad de 5.000 trabajadores norcoreanos y recibió 21 respuestas. “¿Hay algún jefe que sepa hablar mandarín?”, preguntaba un interesado, a lo que el autor del post respondía: “Hay un jefe de equipo, gestores y un traductor”.

Los puestos de trabajo en China son muy codiciados en Corea del Norte, porque suelen ir acompañados de contratos que prometen un salario mensual de 270 dólares, frente a los tres dólares al mes que se pagan por un trabajo similar en Corea del Norte. Los trabajadores seleccionados firman contratos de dos o tres años. Pero cuando llegan a China, los gerentes suelen confiscarles los pasaportes. Si los trabajadores intentan escapar o quejarse a personas ajenas a las fábricas, sus familias pueden sufrir represalias.

En las fábricas, los trabajadores norcoreanos llevan uniformes de un color diferente al de los trabajadores chinos. “Sin esto”, me escribía un director de planta que trabajó en Donggang Jinhui Food durante varios años, “no podemos saber si uno desaparece”.

Un grupo de mujeres norcoreanas en las calles de Dandong, China, en marzo de 2023, siendo supervisadas por un vigilante del gobierno. El uso de tales trabajadores en China viola las sanciones de la ONU. Foto: Living in North Korea/The Outlaw Ocean Project, marzo de 2023Un grupo de mujeres norcoreanas en las calles de Dandong, China, en marzo de 2023, siendo supervisadas por un vigilante del gobierno. El uso de tales trabajadores en China viola las sanciones de la ONU. Foto: Living in North Korea/The Outlaw Ocean Project, marzo de 2023

El trabajo en sí es incesante. Los turnos en las factorías de marisco son de entre 14 y 16 horas. Los empleados tienen hasta un día libre al mes y pocas vacaciones o días por enfermedad, si es que tienen alguno. Las mujeres duermen en literas en dormitorios cerrados, a veces 30 por habitación.

Tienen prohibido sintonizar la televisión o la radio locales y salir del recinto de la fábrica sin compañía. El correo es examinado por agentes de seguridad norcoreanos que también “vigilan la vida cotidiana y presentan informes oficiales”, me escribía un director de planta que pasó varios años en las instalaciones de Dalian Haiqing.

En realidad, los trabajadores suelen percibir menos del 10% del salario que se les promete en sus contratos. Uno de ellos, al que tuvimos acceso, estipulaba que se descontarían 40 dólares cada mes para pagar la comida; además de dinero para pagar la electricidad, el uso de los dormitorios, la calefacción, el agua, el seguro y los pagos por “lealtad” al Gobierno. Lo que queda suele ser menos de 30 dólares al mes.

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El Ministerio de Asuntos Exteriores chino no ha respondido a nuestras preguntas para este artículo. Sin embargo, en el pasado, el Gobierno ha rebatido las críticas por su relación con Corea del Norte. El embajador chino escribió el año pasado en una carta a Naciones Unidas que China ha acatado las sanciones, pese a haber sufrido “grandes pérdidas” por ello. También insistía en que se han llevado a cabo “investigaciones exhaustivas” sobre las acusaciones de incumplimiento.

Un portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores declaró además que China y Corea del Norte siempre han sido “amigos cercanos”, y añadió: “Estados Unidos debe reflexionar sobre sus errores, asumir sus responsabilidades, dejar de imponer sanciones y [aplicar] disuasión militar, y tomar medidas prácticas para reanudar un verdadero diálogo.”

Las imágenes de la reunión anual de Donggang Jinhui en febrero de 2023, publicadas en las redes sociales, mostraron la influencia de Corea del Norte en la empresa; Durante la ceremonia, los trabajadores norcoreanos ondearon banderas norcoreanas en miniatura, y algunas de las actuaciones de la ceremonia tuvieron lugar frente a una pantalla enorme que mostraba una bandera norcoreana ondeando. Foto: Douyin/The Outlaw Ocean Project, febrero de 2023)Las imágenes de la reunión anual de Donggang Jinhui en febrero de 2023, publicadas en las redes sociales, mostraron la influencia de Corea del Norte en la empresa; Durante la ceremonia, los trabajadores norcoreanos ondearon banderas norcoreanas en miniatura, y algunas de las actuaciones de la ceremonia tuvieron lugar frente a una pantalla enorme que mostraba una bandera norcoreana ondeando. Foto: Douyin/The Outlaw Ocean Project, febrero de 2023)

Nuestra investigación descubrió que uno de los mayores procesadores de pescado blanco del mundo, Dalian Haiqing Food, utiliza mano de obra norcoreana. Encontramos entre 50 y 70 trabajadores norcoreanos en sus instalaciones. Unos de ellos, que lleva varios años trabajando en Haiqing, relataba: “Lo peor fue cuando obligaron a las trabajadoras vírgenes a prostituirse, alegando que tenían que cumplir las cuotas establecidas por el Estado para ganar divisas”.

En este link pueden consultar, en inglés, la correspondencia que The Outlaw Ocean Project ha intercambiado con todas las compañías nombradas en sus investigaciones sobre la industria pesquera china.

Barco calamarero chino ondeando bandera coreana de noche. Foto:  The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019Barco calamarero chino ondeando bandera coreana de noche. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019

Corea del Norte no solo exporta a sus trabajadores. También exporta pescado capturado en sus aguas, otro medio por el que el Gobierno se asegura divisas. Las empresas chinas suelen comprar este pescado, porque tiende a ser más barato que el capturado en aguas chinas.

A veces, los barcos chinos pagan licencias ilegales para pescar en aguas norcoreanas. Otras veces, compran pescado en el mar, a barcos norcoreanos. Una carta de un comerciante norcoreano a una empresa pesquera china, filtrada en 2022, proponía vender 10.000 toneladas de calamar por 18 millones de dólares y 500 toneladas de gasóleo para barcos. Y, en algunas ocasiones, el marisco se transporta en camiones a China. Todo este comercio es un secreto a voces.

El pasado octubre, un chino que decía llamarse Anji colgó un vídeo en Douyin anunciando cangrejos. Cuando un usuario escribió: “La mercancía no se puede enviar”, Anji respondió con emojis de risa. Anji explicó que dirigía una planta de procesamiento en Corea del Norte, mostrando su pasaporte chino y una tarjeta de residencia norcoreana, y dando información actualizada sobre los envíos que tenía previsto transportar en camión a través de la frontera.

Contactado por nuestro equipo, Anji asegura que dejó de importar marisco norcoreano en 2016 –aunque estos vídeos se publicaron en 2023– y añade: “No es asunto suyo, y no me importa quién sea”. El año pasado, un trabajador de un barco en un puerto de Dandong declaró a una cadena de noticias surcoreana: “El 80% de los productos marinos del muelle proceden de Corea del Norte.”

Parte del convoy de calamares chinos se dirigió a Corea del Norte en el Mar de Japón. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019Parte del convoy de calamares chinos se dirigió a Corea del Norte en el Mar de Japón. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019

Las empresas suelen afirmar que cumplen las normas laborales porque han superado “auditorías sociales”, realizadas por empresas que inspeccionan los centros de trabajo con el fin de detectar abusos. Pero estas auditorías son de dudoso valor. La mitad de las fábricas que utilizaban trabajadores norcoreanos estaban certificadas por el grupo de sostenibilidad Marine Stewardship Council, que solo concede la certificación si las empresas superan auditorías sociales u otras evaluaciones realizadas por terceros. Jackie Marks, responsable de relaciones públicas del MSC, asegura que esas auditorías sociales las realiza un tercero, no la propia organización.

El escepticismo ante este tipo de auditorías es cada vez mayor. En 2021, el Departamento de Estado de EEUU afirmó que las auditorías, especialmente en China, no son eficaces para detectar el trabajo forzado porque los auditores dependen de traductores del Gobierno y rara vez hablan directamente con los empleados. Los auditores también son reacios a enfadar a las empresas que los han contratado y los trabajadores se enfrentan a represalias si denuncian abusos.

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Flota de calamareros chinos en aguas de Corea del Sur en la bahía de la isla Ulleung. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019Flota de calamareros chinos en aguas de Corea del Sur en la bahía de la isla Ulleung. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019

Chris Smith, congresista estadounidense y especialista en China, señala: “Las auditorías sociales en las plantas de China crean un pueblo Potemkin [falsa fachada que intenta hacer que la realidad es mejor de lo que es], y las empresas marisqueras estadounidenses que se prestan a ellas deberían saberlo. La consecuencia es que millones de dólares, incluso federales, van a parar a factorías chinas que utilizan trabajadores norcoreanos, y ese dinero va a parar directamente a manos del régimen de Kim Jong-un, que lo utiliza para armar a nuestros adversarios y reprimir a su propio pueblo.”

A finales del año pasado, hice un esfuerzo por comunicarme más directamente con algunos de los trabajadores norcoreanos que se han visto atrapados en el programa. Los periodistas occidentales tienen prohibida la entrada en Corea del Norte, y los ciudadanos del país tienen estrictamente prohibido hablar con los reporteros. Por eso contraté a un equipo de investigadores en Corea del Sur y China que ayudan a los medios de comunicación locales y occidentales a informar sobre las condiciones en Corea del Norte.

Tienen contactos en Corea del Norte a los que recurren para sacar información del país, como han hecho en el pasado, cuando revelaron la escasez de alimentos, los cortes de electricidad en el país y las pintadas contra el Gobierno. A través de ellos, recopilamos una lista de dos docenas de norcoreanos que habían sido enviados a China, la mayoría de los cuales han regresado a su país; los trabajadores y directivos eran de distintas edades, procedían de diversas regiones del país y habían trabajado en al menos media docena de fábricas chinas.

Redacté una lista de preguntas y se las envié, a través de los investigadores, a sus contactos en Corea del Norte. Estos lograron entrevistarlos en secreto, individualmente para que ninguno conocieran la identidad de los demás ni lo que decían. Las reuniones solían tener lugar en campos abiertos, parques o en la calle, donde es más difícil que los agentes de seguridad utilicen micrófonos de vigilancia.

Ian observa la flota china a través de binoculares mientras se encuentra en un barco entre Corea del Norte y Corea del Sur. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019Ian observa la flota china a través de binoculares mientras se encuentra en un barco entre Corea del Norte y Corea del Sur. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019

A todos los trabajadores se les dijo que sus respuestas serían compartidas públicamente por un medio periodístico estadounidense. Se enfrentaban a un riesgo considerable, ya que, según los expertos, si les descubría probablemente serían ejecutados y sus familias enviadas a campos de prisioneros. Pero accedieron a hablar porque creen que es importante que el resto del mundo conozca lo que está ocurriendo.

Nuestros contactos norcoreanos transcribieron a mano sus respuestas, hicieron fotos y las enviaron, mediante herramientas encriptadas en línea y teléfonos por satélite, a los investigadores, que a su vez me las enviaron a mí. (Los trabajadores y directivos de China fueron entrevistados de forma similar).

Debido a estas capas de protección, es, por supuesto, imposible verificar completamente el contenido de las entrevistas. Pero hice que unos expertos revisaran las respuestas para asegurarme de que concuerdan con lo que se sabe sobre el programa de transferencia de mano de obra y con las entrevistas a desertores norcoreanos. (Más de dos meses después de concluir este proceso, nuestro equipo comprobó cómo estaban los entrevistadores y los entrevistados, y todos seguían a salvo).

En sus respuestas, los empleados describen un trabajo agotador, en fábricas malolientes y un ambiente de violencia habitual. “Nos daban patadas y nos trataban como a seres infrahumanos”, escribía una trabajadora que pasó cuatro años en una fábrica de marisco de Dandong. Pregunté a todas las mujeres si podían recordar algún momento feliz. La mayoría dijo que no había habido ninguno, pero casi todas tenían momentos tristes que contar. Una confesaba que su experiencia en una fábrica china hizo que “deseara morir”.

El patrón más llamativo era la descripción que hacían las mujeres de los abusos sexuales en las plantas.

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Vista aérea del barco fantasma a lo largo de un embarcadero en el Mar de Japón. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019Vista aérea del barco fantasma a lo largo de un embarcadero en el Mar de Japón. Foto: The Outlaw Ocean Project/Fotógrafo: Fábio Nascimento, mayo de 2019

De 20 trabajadoras entrevistadas, 17 señalaron que habían sido agredidas sexualmente por los jefes de planta. “Cuando no se salía con la suya [sexualmente], se enfadaba y me daba patadas”, decía una de su superior. Otras tres aseguraban que sus jefes las habían obligado a prostituirse.

“Siempre que pueden, flirtean con nosotras hasta la náusea y nos obligan a mantener relaciones sexuales por dinero, y es aún peor si eres guapa”, contaba una mujer que trabajó en Dalian Haiqing Food durante varios años.

Una antigua empleada de la planta de Jinhui afirma: “Incluso cuando no había trabajo durante la pandemia, el Estado exigía fondos por lealtad en divisas, así que los directivos obligaban a las trabajadoras a vender sus cuerpos”. En 2023, dos mujeres norcoreanas que trabajaban en fábricas textiles se suicidaron.

A finales de 2023, los Gobiernos chino y norcoreano empezaron a negociar el envío de la siguiente oleada de trabajadores a las fábricas chinas. Según Hyemin Son, una desertora norcoreana que trabaja para Radio Free Asia, los intermediarios laborales norcoreanos pedían a las empresas chinas un anticipo de unos 130 dólares por trabajador. El precio había subido, le dijo un intermediario laboral, porque “las empresas chinas no pueden operar sin mano de obra norcoreana”.

Este reportaje se ha realizado en colaboración con The Outlaw Ocean Project, con información de Joe Galvin, Maya Martin, Susan Ryan, Jake Conley, Austin Brush y Daniel Murphy.



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¿Por qué ganó Donald Trump? Algunas claves del contundente giro a la derecha en Estados Unidos

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Donald Trump protagonizó un regreso rutilante a la Casa Blanca, con una victoria arrasadora en todos los estados clave y con una mayoría en el Senado de Estados Unidos -probablemente en la cámara baja también- que le permitirá avanzar con su agenda conservadora en el Congreso.

Las encuestas a boca de urna indican que a la inmensa mayoría de los votantes le importó la economía, sobre todo el aumento de precios, y en el electorado no pesaron los antecedentes penales de Trump ni sus desafíos a la democracia ni a derechos como el aborto, sino el castigo al gobierno de Joe Biden y la esperanza de que Trump pueda restaurar la economía y hacer a Estados Unidos grande otra vez.

Kamala Harris perdió ante Trump de manera abrumadora, al igual que Hillary Clinton, la primera mujer en ser la candidata presidencial de su partido, en 2016. El ex presidente construyó una coalición de votantes más diversa que cualquier candidato republicano en 20 años, a pesar de llevar a cabo una campaña cargada de agresiones y de demonización de los inmigrantes.

Por su mensaje y quizás también por las debilidades de Harris, no solo ganó entre los hombres blancos, su gran bastión electoral, sino que también sumó muchas mujeres, jóvenes, afroamericanos y latinos.

Banderas a favor de Donald Trump, frente a la Torre Trump en Nueva York, este miércoles. Foto: REUTERS

Los hispanos, que alguna vez fueron baluarte de la base demócrata, acentuaron su giro a la derecha. Trump obtuvo el apoyo del 45% de los votantes latinos a nivel nacional, en comparación con el 53% que logró Harris, según encuestas boca de urna de NBC News. Ese apoyo a Trump es mucho mayor que en 2020, cuando obtuvo el 32% frente al 65% de Joe Biden.

Trump también avanzó entre los votantes negros. Según sondeos de CNN, el magnate cosechó el apoyo de alrededor del 13% de ese electorado mientras que en 2020 había conseguido un 8%.

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La estrategia del miedo

Robert Harding, profesor de Ciencias Políticas de Valdosta State University, en Georgia, uno de los estados clave de estas elecciones, dijo a Clarín que cree que una de las razones importantes de la victoria fue “la propagación del miedo”.

“Trump impulsó el miedo a la economía, a la inmigración e incluso el miedo a los demócratas, para motivar a su base. Hemos visto un cambio claro en el electorado en algunos de los estados más disputados”, explicó.

Karen Hult, profesora de Ciencias Políticas de Virginia Tech University, dijo a Clarín que “tres cosas parecen claves para la victoria de Donald Trump: 1) percepciones de la economía (preocupaciones sobre la inflación, los precios de bienes y servicios como alimentos, gasolina, atención médica y vivienda. 2) Una «mentalidad contra el oficialismo” también parece ser parte de la historia, tal vez análoga a lo que ha sucedido en el Reino Unido, Francia, Alemania, Japón, los Países Bajos, Polonia, Sudáfrica y Corea del Sur. 3) En los EE. UU., muchos evidentemente estaban preocupados por la frontera sur, percibían un «cambio cultural» y tal vez se sentían ignorados o no escuchados por el partido demócrata”.

Para Mark Jones, profesor de Ciencias Políticas de Rice University, en Texas, “estuvimos frente a una batalla de movilización. Al final, Trump tuvo más éxito para movilizar a los votantes, incluso en aquellos que no suelen votar o participar mucho de las elecciones”, según dijo a Clarín.

“El mensaje de Trump tuvo mucha llegada con aquellos que no suelen ir a votar. Y plantó esa idea de que él iba a ser mejor con la economía y fue efectivo transmitiendo que Kamala Harris iba a ser una amenaza al estilo de vida y al estilo de vida de la población anglosajona, pero también a la población trabajadora, cristiana y americana”, añadió.

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Un mensaje dramático

Para Jones, “al final lo que pegó muy fuerte es el mensaje de que un gobierno de Kamala Harris podía ser el fin de un Estados Unidos como estas poblaciones lo conocen. Fue un mensaje dramático que penetró. En cambio, la voz de Harris diciendo que había una amenaza para la democracia era un mensaje para las élites y no pudo movilizar a las masas”.

Ryan Carlin, profesor de Ciencias Políticas de Georgia State University, afirmó a Clarín que “las razones principales se asocian a una inflación que no se había experimentado en 40 años en la historia de Estados Unidos y eso es lo que influía en el día a día de los ciudadanos”.

Y agregó: “Otra cuestión innegable es la crisis de inmigración que se puede palpar en las calles del país. Y, por último, creo que se pudo ver cierto desgaste de la política de identidad que el partido demócrata ha intentado hacer en las últimas tres elecciones. Creo que estas tres cuestiones hicieron una tormenta perfecta para que gane un hombre autoritario para terminar con estos tres temas”.

El voto latino y el bolsillo

Harding también arriesga un elemento: “Para una pequeña minoría, creo que influyó el hecho de que Kamala haya sido una candidata mujer. Sabemos que algunos hombres negros y algunos hispanos tenían dificultades para aceptar una candidata mujer. Y en una carrera que estaba a un par de puntos porcentuales de diferencia en la mayoría de los estados, eso pudo haber marcado una diferencia crucial”.

Carlin coincide: “En Estados Unidos hay un porcentaje de población que cree que una mujer es una candidata débil y esta población cree que un líder débil expone al país a dificultades. Sobre todo, eso se escucha entre hispanos y afroamericanos”.

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Kamala Harris y Joe Biden no lograron convencer a los estadounidenses especialmente por la economía. Foto: AP  Kamala Harris y Joe Biden no lograron convencer a los estadounidenses especialmente por la economía. Foto: AP

Jones resalta el cambio “notable del voto latino”. “El problema de la campaña de Harris es que fue una campaña dirigida por élites y se enfocó en preocupaciones que no son las mismas que tiene la comunidad latina promedio. Las élites latinas son universitarios y tienen preocupaciones que no son las de la mayoría de los latinos en los Estados Unidos. Es decir, para la campaña de Harris los temas de mayor importancia fueron temas como el futuro de la democracia, el derecho al aborto y temas identitarios como la comunidad LGTBQ+”.

“Por el contrario, la campaña de Trump hizo su enfoque en dos temas concretos: uno fue la economía y el otro fue la seguridad en la frontera. Y al final el votante latino votó con el bolsillo. Para la mayoría de los latinos sus condiciones durante el mandato de Trump eran mejores que la de los últimos cuatro años en la gestión de Joe Biden. Harris durante la campaña nunca tuvo mucha llegada a los latinos, pero especialmente a los hombres latinos quienes votaron de una manera abrumadora a Trump”.

La experta Hult también apunta a las debilidades demócratas. “La vicepresidenta Harris no se había preparado para presentarse como la primera candidata; se la asoció fácilmente con un presidente impopular y con frecuencia no demostró que fuera o pudiera ser un agente creíble del cambio. Por ejemplo, la entrevista de View donde no pudo responder de inmediato si haría algo diferente que el presidente Biden o la falta de respuesta a la primera pregunta en el debate presidencial sobre el estado de la economía”.

Jones coincide en que “Harris no fue una buena candidata porque no tuvo la habilidad de llegar a la gente que necesitaba para ganar la elección. Harris ganó a los votantes de siempre del partido demócrata, pero en los estados más competitivos perdió. Solo ganó el voto duro demócrata pero no ganó el voto volátil, ni tampoco el independiente”.

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