«Estamos identificando al responsable para despedirlo», afirmó la canciller Diana Mondino este miércoles por la tarde, luego de la polémica por un comunicado oficial del Gobierno en el que se nombró Falklands a las Islas Malvinas. La canciller se expidió en su cuenta oficial de X en medio del revuelo que involucró tanto a su cartera como al Ministerio de Defensa.

«Es absolutamente falso que desde Cancillería haya salido un comunicado donde llamamos a nuestras Islas Malvinas por otro nombre. Respecto de la versión maliciosa publicada en la web del Gobierno, estamos identificando al responsable para despedirlo», señaló Mondino en su respuesta.

Pero no quedó ahí, y esgrimió una advertencia, respecto de la motivación detrás del comunicado: «Vamos a ir a fondo contra cualquiera que, guiado por la ideología de izquierda, atente contra los intereses de los argentinos».

Y concluyó: «Las Malvinas son, fueron y serán siempre argentinas, estamos trabajando para recuperarlas».

La polémica estalló por la publicación de un comunicado oficial del Gobierno este martes por la tarde. El texto difundió un encuentro entre Diana Mondino y el vicepresidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Gilles Carbonnier.

El motivo del cónclave, que tuvo lugar el 16 de octubre, fue «dar pasos concretos hacia la reanudación y finalización de las negociaciones por el Tercer Plan de Proyecto Humanitario orientado a la búsqueda e identificación de los soldados argentinos caídos en las Islas Malvinas».

El Plan de Proyecto Humanitario es, además, uno de los puntos del acuerdo que sellaron Mondino y su par del Reino Unido, David Lammy, y que levantó fuertes críticas de la vicepresidenta, Victoria Villarruel.

«La ministra argentina de Relaciones Exteriores Diana Mondino recibió este miércoles 16 de octubre a Gilles Carbonnier, vicepresidente del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), para tratar la reanudación de las negociaciones del Tercer Plan del Proyecto Humanitario, orientado a la identificación de los combatientes argentinos caídos en las Islas Falklands/Malvinas durante el conflicto del Atlántico Sur de 1982″, se leía en el comienzo del comunicado.

A 24 de horas de haber sido publicado, el comunicado fue retirado de la página Argentina.gob. Además, desde Cancillería habían aclarado que la nota salió en esa página bajo el micrositio del Ministerio de Defensa, que lidera Luis Petri. En cambio, sostuvieron, el artículo que apareció en la web oficial de Cancillería hablaba de «Islas Malvinas» a secas.

Sin embargo, los senadores Pablo Blanco (UCR) y Juan Carlos Romero (Cambio Federal) solicitaron que la canciller dé explicaciones sobre el incidente, en el plenario de Relaciones Exteriores y de Infraestructura del Senado que tuvo lugar este mismo miércoles a la tarde en el Congreso. «Es una falta de respeto hablar del conflicto de ‘las islas Falklands’, que un funcionario nacional publique eso me parece una total falta de respeto», expresó Blanco, que señaló tanto a Cancillería como a Defensa.

La mención de Mondino a supuestos intereses de «ideología de izquierda» responde a una de las últimas novedades en la política diplomática del gobierno de Javier Milei. El viernes por la noche, una comunicación presidencial al Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto, firmada por Milei y con copia Mondino, expuso la grave crisis que atraviesa la Cancillería y la tensa relación de los diplomáticos de carrera con la Casa Rosada libertaria.

En ella, el Presidente conminó a los funcionarios del servicio exterior: «Quienes no se encuentren en condiciones de asumir los desafíos que depara el rumbo adoptado en defensa de las ideas de la libertad deberán dar un paso al costado«.

Y puso énfasis una vez más en la llamada Agenda 2030, a la que por primera vez considera “bienintencionada en sus metas” pero vuelve a denunciar como “un programa de gobierno supranacional de corte socialista que pretende resolver los problemas de la modernidad con soluciones que atentan contra la soberanía de los Estados-nación».

Milei asegura que la Argentina transita un “cambio de época”, y que ello es un “cambio de rumbo interno” que “debe reflejarse en el plano internacional a través del trabajo de la totalidad del cuerpo diplomático, la participación en los foros internacionales y los organismos multinacionales”.