El Gobierno respondió parcialmente a las preguntas formuladas por diputados sobre Santiago Caputo, asesor cercano al presidente Javier Milei, revelando algunos detalles sobre su contratación pero evitando otras respuestas clave. Caputo, conocido como el “arquitecto” de la victoria electoral de Milei, no presenta declaración jurada y su rol exacto sigue siendo impreciso.

Según la información proporcionada, Caputo “desempeña tareas de asesoría bajo un marco de modalidad de empleo de locación de servicios por tareas de naturaleza no permanente”, lo que justifica su exención de presentar declaraciones juradas. Su salario se fija en 3750 unidades retributivas mensuales, lo que equivale a aproximadamente $2.563.312,5.

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Los diputados, entre ellos Juan Manuel López de la Coalición Cívica, solicitaron detalles sobre las funciones de Caputo, su remuneración, posibles conflictos de intereses y su participación en reuniones de Gabinete. Sin embargo, el Gobierno evitó responder a estas preguntas, incluyendo si Caputo tiene injerencia en la reformulación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) o si participa en decisiones clave del Estado.

La Secretaría General de la Presidencia explicó que Caputo está a cargo de liderar “proyectos de consultoría en un campo profesional especializado” y de armar “propuestas estratégicas con contenido teórico y práctico para la obtención de resultados”, sin detallar específicamente en qué consisten estos proyectos o su campo de especialización.

Además, La Nación reveló que Caputo también trabaja en Zefico SA, una compañía del sector agropecuario, desde que asumió su rol en el Gobierno. Ante consultas sobre posibles conflictos de interés, el entorno del asesor se limitó a señalar que, al no ser un funcionario público, prefería no hacer comentarios.