SOCIEDAD
Bárbara Rey señala directamente a su hijo Ángel Cristo tras aceptar el delito por alzamiento de bienes
El miércoles conocíamos la noticia. Bárbara Rey ha llega a un acuerdo con la Fiscalía y ha aceptado una condena de 1 año y 8 meses de prisión por un delito de alzamiento de bienes. Un pacto con el que se ha autoinculpado y ha reconocido que llevó a cabo varias operaciones financieras y descapitalizó sus bienes en 2011 -poniéndolos a nombre de sus hijos, de su hermana y de su sobrino- para evitar pagar casi 143.902 euros a Hacienda. Un acuerdo con el que ha evitado que se llegara a celebrar el juicio y su entrada en la cárcel -ya que el Ministerio Público pedía para ella 3 años y medio de condena- y se ha autoinculpando eximiendo así de responsabilidad penal a sus hijos Ángel y Sofía Cristo, que también han llegado a un pacto aceptando un año de prisión como cooperadores del delito. Y tras asegurar que está muy tranquila y muy contenta tras este acuerdo con la Fiscalía en sus diferentes apariciones en los últimos días, reconociendo que «lo he hecho para terminar ya con este tema y para evitar que a mis hijos, mi hermana y mi sobrino les hiciera daño aunque no debo ni un céntimo a Hacienda», Bárbara ha entrado por teléfono en ‘Espejo Público’ para hablar sobre este tema y señalar, directamente, a su hijo. «Hace muchísimos años, no sé si en el 2011, hubo muchísimas inspecciones de Hacienda con carácter retroactivo. Al no estar de acuerdo con las cantidades que me pedían, mi contable me recomendó ir a juicio». Antes, «había puesto una propiedad a nombre de mi hijo, que estaba encantado porque se nota que a él el dinero le gusta». Su contable le recomendó «poner las pocas cosas que tenía a nombre de familiares» para que Hacienda no tomase medidas cautelares sobre esas propiedades. El juicio se celebró en 2018 y la exculparon de lo que se pedía, y tenía que pagar una cantidad a la que hizo frente pagando préstamos al banco, como ha asegurado. «Las propiedades seguían a nombre de mis hijos y más adelante yo vendo una propiedad, recibo una gran cantidad y les doy una gran ayuda a mis hijos en plural. En ese entonces mi hijo estaba casado y se compró un chalet, le pagué la reforma, le di mis muebles de La Moraleja y todo, y al tiempo recibo una notificación de alzamiento de bienes que creíamos que iba a ser sobreseído, pero al final ha seguido hacia adelante» ha apuntado arremetiendo contra Ángel, dejando claro que no se ha olvidado de todo lo que ha dicho sobre ella en los últimos meses. «Yo me he hecho responsable de todo pero a mí mi hijo me está acusando de todo lo peor y tendrá que demostrarlo» ha advertido, revelando que después de que decidiese vender la casa que puso a nombre de su hijo «él ha utilizado todas las zonas comunes como la piscina interior y las piscinas que estaban fuera porque es una comunidad muy importante» Por último, y volviendo a su autoinculpación, Bárbara ha confesado que aunque cree que a Ángel y a Sofía «no le hubiese pasado nada», sí «había una persona que estaba dispuesta a ir a la cárcel antes de que fuera yo». «Si igual yo no pacto, alguien iba a la cárcel» ha concluido, sin aclarar a quién se refiere. «Yo lo único que puedo deciros que ninguno de la familia tiene antecedentes jamás, nos hemos conducido por la vida bastante bien» ha sentenciado.
SOCIEDAD
Chris Columbus, director de Mi pobre angelito, recordó su pésima experiencia con Chevy Chase: “Decidí que no podía trabajar con ese tipo”
En 1983, Chevy Chase y Beberly D’Angelo encabezaron la película Vacaciones, una comedia familiar con tintes picarescos que se convirtió en un éxito rotundo. En 1989, Warner Bros quiso retomar la historia y le propuso a Chris Columbus dirigir la nueva película. El realizador aceptó, pero al poco tiempo huyó despavorido. Según reveló el director de Mi pobre angelito y Harry Potter y la Piedra Filosofal en una entrevista publicada por Vanity Fair, tras una serie de “extrañas reuniones” con Chase, se dio cuenta de que “no podía trabajar con él”.
“Me contrataron para dirigir Vacaciones de Navidad. Y luego conocí a Chevy Chase”, recordó Columbus mientras hablaba sobre la exitosa película navideña de 1989. “Incluso, dada mi situación económica en ese momento, en el que necesitaba desesperadamente trabajo, me di cuenta de que no podía trabajar con ese tipo”.
Después de aquel primer encuentro con el actor, Columbus llamó a John Hughes, el guionista del film, y le dio la noticia de que él y Chase “no eran compatibles”. “Soy una de las tantas personas que no pudieron trabajar con él. Muy a mi pesar, lo llamé a John y le dije: “Esto es muy difícil para mí, pero no puedo hacer esta película con Chevy Chase’”, relató.
¿Qué fue lo que ocurrió en esa primera reunión? El director, guionista y productor lo resumió de esta manera: “Me senté frente a él. Estábamos los dos solos en aquella oficina. Claramente, él tenía que saber con quién se estaba juntando y para qué”, comenzó. Sin embargo, nada de eso ocurrió. “Hablé sobre cómo quería encarar el film, sobre cómo quería hacerlo. Él no dijo nada. Le brindé mi mirada durante media hora y él seguía mudo. A los cuarenta minutos de la reunión, me interrumpió y me dijo: ‘Esperá un segundo. ¿Vos sos el director?’. Yo le respondía que sí, que era quien iba a dirigir la película. Y me dijo la cosa más surrealista y extraña que escuché en mi vida”, continuó.
“Al día de hoy, después de tanto tiempo, sigo sin comprender nada de lo que dijo. Me miró y disparó: ‘¡Ah! Yo pensé que eras un baterista’. Incrédulo, pero con la intención de encaminar aquella charla, le respondí: ‘Bueno… Empecemos a hablar sobre la película otra vez’. Lo hicimos, pero a los 30 segundos me dio que se tenía que ir”.
A pesar de la mala experiencia, Columbus seguía pensando en formar parte del proyecto. Pero en un segundo encuentro, del que también participó Hughes, el director notó que para el actor, su presencia y sus palabras “eran básicamente inexistentes”. “Fue muy extraño… Ellos hablaron un montón de temas, excepto de Vacaciones en Navidad. Pasamos dos horas juntos y salí de la cena pensando: ‘No hay forma de que pueda hacer una película con este tipo’”.
Su reacción fue inequívoca: “En primer lugar, en ningún momento estuvo involucrado en la conversación. Además, me trató como una mierda. ‘No necesito esto. Prefiero no volver a filmar y seguir escribiendo guiones’, pensé”.
Cuando Columbus le comunicó a Hughes que se bajaba del proyecto, lejos de enojarse, le respondió que lo “entendía completamente”. Inmediatamente, le envió el guion de Mi pobre angelito, la película navideña que se estrenaría en 1990, lanzando al estrellato a Macaulay Culkin. Aquel film terminó siendo “más personal”, según el realizador, y se convirtió en uno de los grandes clásicos de todos los tiempos.
Vacaciones de Navidad fue finalmente dirigida por Jeremiah Chechik y, además de a Chevy Chase y Beberly D’Angelo, incluyó en su elenco a Juliette Lewis, Johnny Galecki, Diane Ladd, John Randolph y Doris Roberts. A pesar de que se convirtió en uno de los éxitos del año, recaudó seis veces menos que Mi pobre angelito.
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