Con sus días en el mando aparentemente contados, el General de más alto rango de Ucrania alegó el jueves que el Gobierno no había logrado movilizar un número suficiente de tropas y pidió una actualización urgente de las capacidades de guerra de alta tecnología de su país para enfrentar a las más grandes y mejor preparadas fuerzas armadas de Rusia “y garantizar la existencia de la condición de Estado”.

El general Valery Zaluzhny fue informado el lunes por el presidente Volodimir Zelensky de su destitución, pero hasta el viernes por la mañana no se había recibido una orden formal para su salida del cargo de comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ucranianas, según un alto funcionario que habló bajo condición de anonimato por carecer de autorización para hacerlo públicamente. La relación de Zaluzhny con Zelensky se ha estado deteriorando durante meses, en medio de una contraofensiva fallida el año pasado, pero las tensiones estallaron en una reunión el lunes, en parte debido a un desacuerdo sobre el número de nuevas tropas que Ucrania necesita movilizar.

Zaluzhny, lejos de retroceder en su enfrentamiento con el presidente, escribió un artículo para la CNN, publicado a última hora de la tarde del jueves, en el que pedía “el rediseño total de las operaciones en el campo de batalla y el abandono del pensamiento anticuado y estereotipado”.

Aunque el artículo no nombraba a Zelensky por su nombre, suponía una notable reprimenda al presidente, que se ha resistido al llamamiento de Zaluzhny para movilizar a casi 500.000 nuevos soldados, diciendo que no estaba convencido de que fuera necesario.

Zelensky también había criticado públicamente los comentarios de Zaluzhny en una entrevista concedida a The Economist en noviembre, en la que afirmaba que la guerra había llegado a un “punto muerto”. La opinión de que las líneas de batalla se han estancado en su mayor parte y que la guerra es una guerra de desgaste, con escasos avances por ambas partes, es ahora ampliamente aceptada como un hecho.

“Debemos reconocer la significativa ventaja de la que disfruta el enemigo en la movilización de recursos humanos y cómo se compara eso con la incapacidad de las instituciones estatales de Ucrania para mejorar los niveles de mano de obra de nuestras fuerzas armadas sin recurrir a medidas impopulares”, escribió Zaluzhny en el artículo para la CNN.

Zaluzhny no ha comentado públicamente sobre su destitución, lo que supone un enorme riesgo para Zelensky, dada la popularidad del general entre los militares así como entre la opinión pública ucraniana. Ya hay indicios de una reacción violenta entre los comandantes en el campo de batalla y no hay indicios de que un nuevo comandante pueda mejorar rápidamente la difícil posición de Ucrania en el campo de batalla.

El lunes, el portavoz de Zelensky, Serhiy Nykyforov, negó que el presidente hubiera despedido a Zaluzhny pero desde entonces no ha respondido a una petición actualizada de comentarios. Con Rusia intensificando sus ataques en muchos puntos del campo de batalla y con informes generalizados sobre el despido de Zaluzhny en la prensa ucraniana e internacional, cada día que pasa con el General todavía en el puesto plantea interrogantes a Zelensky y al jefe de su administración presidencial.

Funcionarios gubernamentales y militares, que hablaron bajo condición de anonimato debido a lo delicado del asunto, dijeron que esperaban que el decreto formal de destitución se emitiera esta semana.

El artículo de la CNN, en el que se describen los retos militares de Ucrania en términos contundentes, es un ejemplo de la franqueza ocasional de Zaluzhny, que ha irritado al presidente y a sus principales asesores, según funcionarios ucranianos y occidentales.

El viernes por la mañana, el servicio de prensa de Zelensky no respondió a las peticiones de comentarios sobre el artículo de Zaluzhny, que parecía ser una especie de despedida y también su visión de cómo Ucrania podría vencer a una fuerza invasora rusa mucho mayor y mejor armada. Las tropas rusas ocupan actualmente alrededor de una quinta parte del territorio soberano de Ucrania, incluida Crimea, que Moscú invadió y anexionó ilegalmente en 2014.

En su ensayo, Zaluzhny dijo que Ucrania “debe lidiar con una reducción en el apoyo militar de aliados clave” que estaban “lidiando con sus propias tensiones políticas”. Un paquete de ayuda de unos 60.000 millones de dólares propuesto por el gobierno de Joe Biden se ha estancado en el Congreso debido a la oposición de algunos republicanos. El jueves, la Unión Europea aprobó un paquete de ayuda de unos 54.000 millones de dólares, tras retrasarse durante semanas por la oposición del primer ministro húngaro, Viktor Orban.

“Las existencias de misiles, interceptores de defensa aérea y munición para artillería de nuestros socios se están agotando, debido a la intensidad de las hostilidades en Ucrania, pero también a la escasez mundial de cargas propulsoras”, escribió Zaluzhny.

Zaluzhny también criticó la “debilidad del régimen internacional de sanciones” de los socios occidentales lo que, según él, significa que “Rusia, en asociación con algunos otros, sigue siendo capaz de desplegar su complejo militar-industrial en pos de una guerra de desgaste contra nosotros”.

Propuso que la clave de la victoria ucraniana era una amplia mejora futurista de las capacidades bélicas, incluidos los drones.

La “prioridad número uno” de Ucrania, escribió, debería ser crear un “arsenal completo de vehículos no tripulados (relativamente) baratos, modernos y muy eficaces, así como otros medios tecnológicos”, como la guerra electrónica y cibernética.

“El reto para nuestras fuerzas armadas no puede subestimarse”, escribió. “Se trata de crear un sistema estatal de rearme tecnológico completamente nuevo”.

Uno de los beneficios de la estrategia de alta tecnología, dijo, sería proporcionar inteligencia en tiempo real para las fuerzas ucranianas, “desgastar” al enemigo y poner “menos soldados en peligro, reduciendo así el nivel de pérdidas humanas.”

Zaluzhny sugirió que Ucrania no tardaría mucho en lograr esta reforma.

“Teniendo todo en cuenta en este momento”, escribió, “creemos que la creación de un sistema de este tipo podría lograrse en cinco meses”.

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