SOCIEDAD
Por qué los alumnos universitarios porteños no tienen boleto estudiantil y de quién depende
Con el boleto barato no se notaba, pero el aumentazo de las tarifas de transporte puso de relieve que entre los alumnos universitarios de instituciones estatales, un grupo se distingue de los demás por no tener subsidiado el boleto. Son todos los estudiantes que residen en la ciudad de Buenos Aires más los que, desde la provincia de Buenos Aires, viajan al radio porteño para cursar en facultades de la UBA o la UTN, entre otras.
Solo los que cursan en la UBA (330.000 personas) representan el 16% del total de alumnos de instituciones estatales de educación superior del país. Para dimensionar el problema, a esa cifra habría que sumarle los alumnos de instituciones más chicas (la UTN-Buenos Aires, por ejemplo, con sus 15.000 alumnos) y un segundo grupo que ninguna fuente (ni del Gobierno ni especialistas) pudo informar, por falta de estadísticas: cuántos universitarios porteños viajan a cursar a instituciones públicas de la Provincia.
Lo importante es que, a diferencia de lo que ocurre en la mitad del país, todos ellos pagan el boleto completo, en un momento en el que poder afrontar la canasta estudiantil se volvió especialmente crítico a nivel nacional.
El ex Ministerio de Transporte, ahora una secretaría que depende de Economía, rastreó, a pedido de Clarín, las provincias en las que existe un boleto estudiantil universitario.
La información provista se basa en las 19 jurisdicciones (una de ellas es el AMBA) que adhirieron al sistema nacional SUBE. La respuesta es que 12 provincias dan algún descuento (total o parcial) a los universitarios de instituciones estatales en esos territorios.
En la mayoría de los casos son 40 o 45 viajes gratuitos mensuales durante el ciclo escolar, siempre que el alumno sea regular y haya aprobado equis cantidad de materias en el último período, entre otros requisitos que varían de institución en institución.
Veamos lo que ocurre solo en la UBA, que es de las instituciones más concurridas del país, en tanto representa al 13% del total de universitarios, entre entidades públicas y privadas.
De los 330.000 alumnos de esa universidad, cerca de 55.000 empezarán en estos días el Ciclo Básico Común (CBC). Son pibes que, en su mayoría, rondan los 17 o 18 años y que -presumiblemente- no trabajan. Afrontar un boleto de más de 300 pesos cuando varios deben tomar más de un transporte para cursar, podría motivar una mayor deserción que lo usual.
La UBA, «tierra de nadie»
La UBA tiene incontables atributos (calidad educativa, reconocimiento internacional…), pero también padece los sinsabores de ser una especie de “tierra de nadie”. Es una institución autónoma y tiene sede en CABA pero, al igual que otras más de 60 universidades, depende financieramente del Estado, lo que implica que cada año el Congreso debe aprobar su presupuesto.
Según el gobierno de turno, lo anterior ha sido más o menos problemático. O la UBA es considerada parte de la privilegiada élite porteña o, desde los ojos de las administraciones porteñas, la UBA es nacional.
Algo de ese tironeo deja también sin lugar de pertenencia a los alumnos de CABA inscriptos en universidades nacionales de la Provincia. Mientras la mayoría de los alumnos universitarios de entidades públicas bonaerenses viaja sin cargo 45 veces en el mes, los que residen en CABA no tienen ese beneficio, ya que no residen del lado de allá de la General Paz.
Los intentos de la UBA para tener un boleto universitario
La UBA intentó traccionar un boleto universitario varias veces. La última fue en 2019. A través de una resolución oficial, el Consejo Superior se pronunció “a favor» de implementar un boleto universitario para los estudiantes de la UBA, tanto de CABA como de la Provincia. El escrito exhortó al Congreso, a la Legislatura porteña y a la Cámara de Diputados y Senadores bonaerenses a avanzar en el tratamiento y aprobación de proyectos para implementar el nuevo boleto. No prosperó.
Para la FUBA, organización que nuclea a los centros de estudiantes de las varias facultades de la UBA, este un reclamo histórico que, informó su presidenta, Lucille Levy, retomarán en estos días, con miras a trasladar pedidos formales a las autoridades involucradas.
En el entorno del rector de la UBA, Ricardo Gelpi, ratificaron que el boleto universitario es un reclamo histórico en pos de la equidad, un «pilar fundamental de la UBA y por lo que la institución cuenta con un sistema de becas para generar condiciones de igualdad en el acceso a la educación y desalentar la deserción por cuestiones económicas”.
“Fuera de esto y dejando en claro que no abandonamos la convicción sobre la necesidad de una herramienta como el boleto estudiantil, hoy estamos en conversaciones con el gobierno nacional por las dificultades que representa para la UBA el congelamiento de los gastos corrientes a valores de 2023 con una inflación de 250% de aumento”, se quejaron.
Ahora bien, ¿a quién le tocaría dar un boleto como este? ¿A Nación o a CABA? ¿A la cartera de Transporte o a la de Educación?
Boleto universitario: a quién le toca dar subsidios en CABA
Mientras el Estado nacional subsidia los boletos de poblaciones como discapacidad, tercera edad y empleo doméstico, entre otros, los estudiantiles corresponden a las provincias, explicaron en la Secretaría de Transporte nacional.
Pero en el mundo porteño esto se complica: el subte depende de la Ciudad; los trenes, de Nación; y los colectivos son un embrollo astronómico particular.
La regla es que todo colectivo que se mueva en cierta provincia dependerá del Gobierno local. Si traspasa una frontera jurisdiccional, su gestión recaerá (como los trenes) en Nación.
Pero en CABA todo es difícil: hay 103 líneas de colectivos que pasan de acá para allá la General Paz, o sea que son interjurisdiccionales, y solo 31 líneas dependen de Ciudad. Hay más.
Por una disposición de la presidencia de Mauricio Macri (que en realidad habría vencido en diciembre de 2023, admitieron fuentes del sector) la Ciudad solo se hace cargo del 55% de los fondos para mantener esa treintena de colectivos, mientras que el resto (45%) está bajo la responsabilidad del Estado nacional. ¿Quién debería entonces subsidiar el boleto universitario en CABA?
Volvemos a foja cero: la UBA no es porteña realmente y los colectivos, en algún sentido, tampoco, de modo que los alumnos universitarios que utilizan estos servicios están bastante lejos de tener una solución a su movilidad.
Desde Transporte de Nación, secretaría conducida por Franco Mogetta, transmitieron que, en cuanto al boleto universitario, “aún no se avanzó en un acuerdo con las tres partes” (Nación, Provincia y CABA) y esbozaron un deseo que parece distante del plano de lo posible:
“Este es un tema que debería tratarse en la Agencia Metropolitana de Transporte, organismo en el cual el Gobierno Nacional trabaja insistentemente, ya que podría trabajar funcionalmente cuestiones conjuntas entre la Ciudad, la Provincia y Nación en un solo ente tripartito”.
Esa agencia fue creada en 2012. Se oficializó en 2014. Nunca se puso en marcha.
Qué dice CABA sobre el boleto universitario
En el Ministerio de Transporte de la Ciudad derivaron a Clarín a la cartera local de Educación, los encargados del tema “boletos”. La respuesta fue que la Ciudad “tiene su propia ley de Boleto Estudiantil” (la 5656, de 2016), destinada a “alumnos que se encuentren cursando la educación obligatoria en instituciones de la Ciudad”. Esto es, jardín, primaria y secundaria.
Si bien sumaron que, por un acuerdo, en 2017 incluyeron a los alumnos de secundarios dependientes de universidades nacionales (como el Colegio Nacional de Buenos Aires o el Carlos Pellegrini), destacaron que ese acuerdo “sigue la línea” de abarcar “a los estudiantes de educación obligatoria”. La universidad no lo es.
Quizás los alumnos más perjudicados sean los que deben pasar la General Paz. Si van hacia Buenos Aires, ya dijimos, no tienen subsidio. Pero, ¿qué pasa con los que vienen del Conurbano a cursar en la UTN o la UBA?
Las universidades bonaerenses y el boleto universitario
A diferencia del territorio que gobierna Jorge Macri, en el de Axel Kicillof se dan subsidios a estudiantes universitarios, pero hay requisitos ineludibles, explicaron en el Ministerio de Transporte bonaerense: 1) El alumno debe residir en la Provincia; y 2) debe asistir a una universidad con sede en ese territorio. Por supuesto, esto excluye a las sedes que la propia UBA tiene en el Conurbano.
Además, la Provincia tiene que haber establecido un convenio puntual con la institución. Actualmente hay acuerdos firmados con 22 de las 27 universidades públicas de la Provincia, algo que algunos objetan, ya que no sería estrictamente un subsidio a los estudiantes sino distintos acuerdos con las instituciones académicas, que en algunos casos habrían estado demorados.
Desde Transporte de la Provincia atribuyen esos tiempos disímiles a «cuestiones administrativas” (por ejemplo, si el municipio no cuenta con el sistema SUBE), pero una importante fuente del sector que pidió reservar su nombre habló de “discrecionalidades” que condujeron a una mayor celeridad en la firma de acuerdos con instituciones afines a la línea política oficial.
Para cerrar, ¿qué otras provincias tienen boleto universitario? Según la secretaría de Transporte el boleto universitario se da en las líneas provinciales de Chaco, en las que circulan por la ciudad de Corrientes, en algunas de Entre Ríos (en Concordia, Gualeguaychú y Paraná) y en algunas de Chubut (en Comodoro Rivadavia, Rawson y Trelew).
Además, en las de la ciudad de Formosa, en las líneas de La Pampa (en General Pico y Santa Rosa), en las de Río Negro (General Roca), en las provinciales de Mendoza, las de Neuquén (en la capital y en San Martín de los Andes), las de Jujuy (en Palpalá y en la capital) y, por fin, en las de Santa Fe, tanto en Rafaela como en Rosario y la capital provincial.
SOCIEDAD
Lo que sabemos sobre los ciberataques rusos a webs españolas: “Pueden ser la punta del iceberg”
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se reunió en Kiev con su homólogo ucranio el pasado 24 de febrero. Allí anunció ayudas por valor de 1.000 millones de euros anuales durante una década para apoyar el esfuerzo bélico del país. Dos días después del encuentro, se desató una campaña de ciberataques contra objetivos institucionales y empresariales españoles que todavía está activa. Las intrusiones han sido reivindicadas por grupos de hackers rusos y se inscriben en lo que Sánchez ha llamado la guerra híbrida que sostiene Moscú contra los países de la UE. “Con estos ataques queremos decirle al gobierno (sic) español que deje de apoyar a Ucrania. Si esto no sucede (sic) pasaremos a las webs gubernamentales. Y también a las grandes empresas”, publicó el grupo de hackers rusos TwoNet en un grupo de Telegram el pasado 3 de marzo.
Entre las víctimas que han confirmado serlo o cuyas intrusiones han sido identificadas por la comunidad hacker se cuentan ayuntamientos, diputaciones, consejerías de comunidades autónomas y ministerios como los de Interior, Defensa, Exteriores o Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. El Centro Criptológico Nacional (CCN-CERT), el Estado Mayor de la Defensa (EMAD) o el Departamento de Seguridad Nacional también han sido atacados, igual que La Moncloa, la Casa Real, fundaciones como el Real Instituto Elcano o Cidob, empresas como El Corte Inglés o Legálitas y medios como Newtral.
La mezcla de objetivos no es casual: se combinan ataques a sistemas presumiblemente poco defendidos, como los de los ayuntamientos o diputaciones, con los de las instituciones más representativas del poder soberano (Moncloa, Defensa, Interior o CCN). “Estos ciberataques buscan notoriedad y crear la sensación de que estamos desprotegidos”, sostiene Marcelino Madrigal, experto en redes y ciberseguridad.
La mayoría de ciberataques registrados en las últimas tres semanas (al menos 70, según fuentes consultadas) son de denegación de servicio distribuido (DDoS), que consisten en saturar los sistemas bombardeando los servidores con un aluvión de solicitudes. “Una vez caídas, los atacantes hacen una captura de pantalla como prueba de su éxito y la exhiben como un trofeo”, apunta Hervé Lambert, director de operaciones globales de Panda Security.
Esta variedad de ciberataques, de muy baja complejidad técnica, logran interrumpir los servicios de los sistemas objetivo, aunque no borran datos. “De manera general, lo que hemos visto son interrupciones puntuales y breves, que no han tenido tampoco consecuencias duraderas en la operatividad”, señalan fuentes del Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe).
¿Grupos autónomos o coordinados?
Se ha identificado a al menos siete grupos de hackers vinculados a Rusia como autores de la campaña de ciberataques. Entre los más activos se cuentan TwoNet o NoName057, pero también han participado otros, como People’s Cyber Army of Russia, Cyber Army of Russia Reborn, KillNet o Z-Pentest. “Aunque no se puede confirmar con certeza, probablemente están ligados de una u otra forma al gobierno ruso y a sus intereses”, asegura José Rosell, consejero delegado de S2Grupo. Es casi imposible atribuir la procedencia de un ciberataque si quien lo perpetra tiene suficientes conocimientos técnicos y quiere pasar desapercibido. De ahí que muchos gobiernos recurran extraoficialmente a la arena cibernética para realizar acciones de sabotaje.
Poco se sabe de los equipos de hackers rusos involucrados en la campaña contra España, más allá de su autorreivindicada entrega a una causa común (la defensa de los intereses de Rusia) y de que se comunican entre sí mediante Telegram, la popular aplicación de mensajería instantánea de origen ruso. Usan ese canal para difundir sus comunicados y apuntar sus objetivos a través de convocatorias a las que se pueden sumar hackers autónomos. Están operativos desde que se inició la guerra, aunque en las últimas semanas han aumentado notablemente su actividad. “No habría que magnificar estos ataques, que son más bien rutinarios. Tienen un alto componente de propaganda”, apuntan a este periódico fuentes del CCN-CERT.
Curiosamente, a estos grupos de hackers rusos se han sumado otros de distinta procedencia, como Mr Hamza, de Argelia; un grupo hacktivista islamista de Malasia, Dxploit, o el grupo antiisraelí Dark Storm, que se ha atribuido esta misma semana un ciberataque que afectó a X. “Me llama la atención que Dark Storm haya intensificado su actividad en España durante la última semana, justo cuando lo hacen los grupos rusos. Es muy difícil saber si es por coincidencia, oportunismo o coordinación”, dice David Arroyo Guardeño, investigador principal del grupo Ciberseguridad y Protección de la Privacidad del CSIC.
A este cóctel hay que sumarle grupos pro rusos ubicados en España, que difunden los comunicados de los hackers y apoyan su trabajo. “Hay muchos canales de desinformación pro rusa que son los mismos que se declaran anti agenda 2030, que habían participado en las tractoradas o que difundieron propaganda antivacunas durante la pandemia. Parece claro que son células permanentes que buscan hacer ruido y desestabilizar al Gobierno”, aventura Madrigal.
Guerra híbrida
“Los ataques DDoS son molestos, pero no producen grandes daños”, apunta Madrigal. Y añade: “Estas campañas también se utilizan para sondear el nivel de seguridad que tiene una víctima de cara a futuros ataques”. Esa es precisamente una de las incógnitas que rodean a los ciberataques que sufre España: si su intensidad irá disipándose con el paso del tiempo o si son el prolegómeno de algo mayor todavía por llegar. Volcado en los últimos días en argumentar por qué España debe aumentar el gasto militar, el presidente del Gobierno ha inscrito esta campaña en la llamada guerra híbrida que sostiene Moscú contra buena parte de la UE. “Tuvimos la semana pasada un ciberataque que llegaba de Rusia”, reconoció el presidente el miércoles en Helsinki tras entrevistarse con su homólogo finlandés, Petteri Orpo. “Es importante enfrentarnos a un debate troncal [sobre el aumento del gasto militar]”, dijo.
“Los ataques DDoS a veces se usan como cortina de humo para encubrir operaciones más dañinas”, añade Lambert. “Al distraer la atención de los técnicos para reparar la caída visible, los atacantes podrían aprovechar la distracción para infiltrarse por otra vía, robar datos sensibles o implantar malware [código malicioso] sin ser detectados”.
Esta segunda tarea, más sofisticada, recaería en otra modalidad de hackers: las llamadas amenazas persistentes avanzadas (APT), equipos patrocinados por países compuestos por profesionales con capacidades equivalentes a las de los servicios secretos. “Rusia cuenta con grupos de ciberespionaje militar altamente sofisticados, como APT28 (Fancy Bear) y APT29 (Cozy Bear) –del SVR, inteligencia exterior–, que han estado activos en objetivos españoles”, abunda Lambert. Este experto recuerda que, en 2023, APT28 fue acusado de lanzar campañas de phishing (suplantación de identidad mediante comunicaciones fraudulentas) contra empresas de la industria de defensa española como Navantia para robar credenciales y datos tecnológicos sensibles. El mismo grupo habría atacado ese año redes internas de ministerios españoles, según informes del CNI. Por su parte, APT29 logró acceder también en 2023 a servicios en la nube del sector público español mediante correos comprometidos enviados desde embajadas.
“Los ataques DDoS recientes en España han sido principalmente un acto de ciberguerra de bajo nivel e impacto limitado, a modo de represalia visible por el apoyo a Ucrania. Sin embargo, no deben tomarse a la ligera: además de su efecto propagandístico y disruptivo momentáneo, pueden ser la punta del iceberg de una estrategia más amplia”, opina Lambert.
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Pokémon GO: Datamine parece desvelar nuevas funciones en camino para los Combates Max y más – Nintenderos
Vuelven a llegarnos más contenidos confirmados recientemente para Pokémon GO. Ya tenemos novedades que sin duda os interesarán.
Después de conocer los detalles del GO Fest 2025, ahora tenemos nuevo e interesante datamine que apunta a que los siguientes contenidos están en camino:
- Posibles objetos para subir IV de Pokémon
- Posibles Combates Max remotos
- Ataques exclusivos de Zacian y Zamazenta Supremos
No lo olvidéis, tenéis todos los códigos que funcionan actualmente aquí. ¿Qué os ha parecido esta información que nos ha llegado hoy mismo a la web? Si estáis interesados, podéis echar un vistazo a nuestra cobertura completa sobre GO en este enlace. Para terminar, os dejamos con nuestra guía completa y actualizada de Pokémon GO.
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