Xander Schauffele ganó este domingo el Abierto Británico y conquistó su segundo major del año, con una obra maestra en el Royal Troon. Así los norteamericanos barrieron todos los majors de un mismo año calendario por primera vez desde 1982.

Caminó por el green sabiendo que ya era el campeón. Solamente debía cumplir un último trámite: empujar la pelotita unos veinte centímetros, hasta hundirla en el hoyo. Luego, el mundo entero se enteraría que él era el ganador del Open Championship 2024. Se agachó, tomó la pequeña esfera blanca con la mano derecha y comenzó a agradecer los aplausos. Primero, levantando la mano derecha con la pelotita entre sus dedos, y luego agitando el putter, sostenido con la izquierda. Irradiaba serenidad, equilibrio; las cualidades demostradas a los largo de las cuatro jornadas del siempre duro torneo del Royal Troon, al oeste de Escocia, contra el Mar de Irlanda. Cualidades que le permitieron lidiar con aplomo ante las lluvias persistentes y los vientos cruzados y cambiantes de los días previos. El infierno climático del sábado lo dejó a la expectativa para la ronda final. A un impacto del también norteamericano Billy Horschel, integraba el lote de perseguidores, con tres golpes bajo el par, junto a sus compatriotas Russel Henley, y Sam Burns, los ingleses Justin Rose y Daniel Brown y al sudafricano Thriston Lawrence.

Este domingo, con mejores condiciones del tiempo, su tránsito por la compleja cancha, volvió a ser eficiente, prolijo. Arriesgó cuando debía, aprovechó los traspiés de sus adversarios y, una vez instalado en la primera posición, jugó seguro y que sus escoltas tomaran riesgos. Xander Schauffele, nacido hace treinta años en San Diego, California, firmó 65 golpes, seis bajo par, para sumar 275 (-9) y sacar dos de ventaja sobre un gran Justin Rose, y un frustrado Billy Horschel, y tomar tres de distancia respecto de Thriston Lawrence. Completó una vuelta libre de bogeys y con seis birdies. El momento decisivo, que lo encarriló definitivamente hacia el encuentro con el trofeo Claret Jug, ocurrió en el green del 16, al meter un putt para birdie y conseguir un margen de tres tiros de ventaja con dos hoyos por delante.

Atravesando el pasillo de honor, rumbo a la entrega del premio, el semblante de Xander había cambiado. Sonriente y distendido comenzaba a saborear la victoria. Era feliz como un chico en una juguetería con “la jarra” en su poder. “Quiero agradecerle a mi familia y a mi equipo, ha sido todo un viaje, me siento muy honrado por escuchar que digan mi nombre como ganador después de tantos años intentándolo… Gracias al Royal Troon, la lucha entre Stenson y Mickelson en 2016 ayudó a motivarme. Gracias al R&A por organizar este torneo de elite y a todos los rivales. Y por último quiero agradecerle a los fans, me hicieron sentir como en casa, llevo dos semanas en Escocia y, gracias a ustedes, han sido increíbles”, dijo en su discurso quien fuera medalla dorada en los Juegos de Tokio 2021.

Para el nuevo campeón (tomó la posta de Brian Harman, triunfador hace doce meses), la familia es lo más importante. Su padre ha sido su entrenador durante mucho tiempo -el creador de su swing- y, además, su hermano trabaja para él como cocinero y su tío ejerce de manager.  Con este título, Xander completó una temporada soñada. El Champion Golfer of the Year 2024, era considerado uno de los mejores del mundo pero sin haber atesorado un Grand Slam. Y hace dos meses acabó con ese maleficio al ganar en Valhalla el US PGA, embocando un putt de birdie para superar a Bryson DeChambeau, californiano al igual que él. Hoy, tras una brillante actuación se llevó su segundo “grande” en nada menos que sesenta días y al cumplir su 30ª participación en un major (séptima presencia en el torneo más antiguo del circuito).

Y de este modo se convirtió en el primer golfista en obtener dos majors en un mismo año, desde Brooks Koepka en 2018, ocasión en la que alzó los trofeos del US PGA y del US Open, y el primero que suma PGA y British Open, desde Rory McIlroy en 2014. Por otro lado, pasó a ser en el sexto golfista de la historia que se impone en estos dos Grand Slams en un mismo año. Una hazaña que ostentan: Walter Hagen (1924), Nick Price (1994), Tiger Woods por partida doble (2000 y 2006), Padraig Harrington (2008) y McIlroy (2014).

Justin Rose y Billy Horschel, el de mejor desempeño bajo el agua y el viento del sábado, finalizaron en el segundo lugar, a dos golpes de Schauffele. Rose, el favorito de los aficionados, de 43 años, encarnó la esperanza local de cortar una extensa racha sin campeones ingleses, cosa que no ocurre desde el triunfo de Nick Faldo, en Muirfield, 1992. Justin, nacido en Johannesburgo, dio pelea, pero el campeón no cometió errores en los momentos determinantes. En el green del 17, Rose, comenzó a perder las esperanzas de repetir la historia de Faldo. Una buena salida en el 18 ilusionó al inglés con terminar segundo en solitario. Pero el siguiente golpe dejó la pelota a cuatro metros de la bandera y se le negó la posibilidad de concretar un birdie. Horschel, del estado de Florida, con 37 años, no tuvo un buen domingo, al menos no tan bueno como el furioso sábado. Y pareció estar negado, o que esta edición del Open Chanpionship no era la suya. Padeció una mala salida en el hoyo 12 y luego falló algunos putts para birdie que terminaron marginándolo de la pelea importante.

Scottie Scheffer, el norteamericano número 1 del mundo, cerró a disgusto su participación en el último major de la temporada, con un doble bogey. Completó una tarjeta de 72 golpes y se ubicó en el séptimo lugar. El jugador escocés, Callum Scott, de 20 años, llegó al hoyo 18 entre lágrimas: se proclamó como el mejor jugador amateur del torneo y recibió una medalla de plata.

El argentino Emiliano Grillo (63 en el ranking) finalizó igualando la posición 43 con otros colegas. Tiger Woods no pasó el corte y Daniel Brown terminó décimo y de este modo aseguró su participación para el año que viene, cuando el Open se realice en el Royal Portrush Golf Club en Irlanda del Norte.