SOCIEDAD
De Netflix a Hollywood: el actor que conquistó como galán de Bridgerton, se lució en Wicked y llega al cine con un gran blockbuster
Aunque se inició en el mundo de la actuación a temprana edad, el británico Jonathan Bailey (36) se hizo mundialmente conocido en 2020, a sus 32 años, gracias a su papel del vizconde Anthony en el drama romántico de época Bridgerton, la exitosa serie de Netflix producida por Shonda Rhimes, la creadora de Grey’s Anatomy. Talentoso, carismático y, claro, con dotes de galán moderno, Bailey capitalizó la fama que le dio la plataforma de streaming y comenzó a hacerse un nombre en la industria de Hollywood. En 2023 protagonizó junto con Matt Bomer la miniserie Compañeros de viaje, cuya interpretación le valió un Premio de la Crítica Televisiva y un Premio Satellite, y en 2024 se destacó como el príncipe Fiyero en Wicked, la esperada adaptación cinematográfica del exitoso musical de Broadway que recibió diez nominaciones a los premios Oscar. Ahora, el actor se prepara para su desembarco en la pantalla grande de la mano de una de las franquicias más taquilleras: Jurassic Park. Junto con Scarlett Johansson y Mahershala Ali, Jonathan Bailey protagoniza Jurassic World: Renace, que este miércoles lanzó su primer tráiler.
La película cuenta con dirección de Gareth Edwards (Rogue One: una historia de Star Wars) a partir de un guion de David Koepp (Jurassic Park) basado en los personajes creados por Michael Crichton (autor de la novela Jurassic Park). La producción está a cargo de Frank Marshall y Patrick Crowley, ligados a la franquicia desde hace mucho tiempo, en tanto Steven Spielberg, Denis L. Stewart y Jim Spencer son los productores ejecutivos.
Jonathan Stuart Bailey nació el 25 de abril de 1988 en Wallingford, Oxfordshire. Su pasión por el mundo artístico, especialmente por el ballet, se despertó a temprana edad. Era un chico “creativo y expresivo”, y a los cinco años vivió un momento muy revelador cuando su abuela lo llevó al teatro London Palladium a ver el musical Oliver! Fue entonces que se dio cuenta que quería hacer lo mismo que estaban haciendo esos niños actores arriba del escenario.
Su paso por la escuela de ballet local lo llevó a participar, a sus ocho años, de la producción Un cuento de Navidad a cargo de la Royal Shakespeare Company, donde interpretó el personaje de Tiny Tim. Y aunque la danza corría por sus venas, el estigma social por ser varón y bailarín lo llevó a abandonar eso que tanto le gustaba. “Uno de mis mayores arrepentimientos, en términos de lo que la sociedad dice que los niños no deberían hacer en sus roles de género, es que dejé de bailar a los 12 o 13 años”, contó tiempo atrás en una entrevista con Flaunt Magazine. Incluso, reveló que, en el colegio, un maestro de Matemáticas se burló de él frente al resto de la clase cuando levantó la mano y preguntó por un tema que no entendía. “Eso te pasa porque te perdés la clase doble de cada semana siendo un hada”, fue la respuesta del educador en alusión a las clases que Bailey se perdía por ir a la escuela de danza.
A fines de la década del 90, el actor tuvo su debut televisivo en el drama de época victoriano Bramwell, mientras que su primera película fue Cinco niños y Eso (2004), adaptación cinematográfica de la novela de fantasía de Edith Nesbit del mismo nombre. Entre pequeños papeles en televisión y cine, su primer protagónico en televisión fue en la sitcom de la BBC Off the Hook (2009). También tuvo un rol principal en la comedia Campus (2011) e interpretó a un joven Leonardo Da Vinci en la serie infantil Leonardo (2011). Entre 2013 y 2015 fue uno de los protagonistas de la exitosa serie policial británica Broadchurch, en 2014 participó en un episodio de Doctor Who, y en 20016 integró el elenco de Crashing, la primera serie televisiva creada por Phoebe Waller-Bridge (Fleabag).
Pero su verdadero refugio siempre estuvo en el teatro. Además de sus trabajos durante su niñez y adolescencia en la Royal Shakespeare Company, en 2008 debutó en el West End con Girl With a Pearl Earring, y en 2012 deslumbró con su performance en South Downs, por la cual fue nominado a un London Evening Standard Theatre Awards como Mejor actor debutante. También interpretó el papel de Tim Price en la premiere mundial del musical American Psycho, en 2013, donde compartió elenco con Matt Smith, y se puso en la piel de Cassio en la producción de Otelo, de William Shakespeare, que se hizo ese mismo año en el National Theatre. Otros de sus trabajos en teatro incluyen The Last Five Years; Certain Young Men; The York Realist, King Lear y Cock (que realizó a la par de la segunda temporada de Bridgerton), mientras que este mes regresará a las tablas con Richard II
En 2019, Jonathan Bailey ganó el premio Laurence Olivier al Mejor actor de reparto en un musical por su desempeño en el revival de Company, y en su discurso de aceptación destacó la importancia de la representación LGBTQ a través del arte. “En un momento en el que se cuestiona el reconocimiento de la existencia misma de las personas LGBTQ en nuestras escuelas, pudimos mostrar una imagen encantadora y celebratoria del amor gay. Las personas LGBTQ en realidad no somos tan diferentes, somos tan ansiosos, defectuosos y estamos tan desesperados por enamorarnos como todos los demás”, remarcó el actor, que se llevó la ovación del público presente.
En una entrevista con Sir Ian McKellen que data de fines de 2020, cuando Netflix estrenó la primera temporada de Bridgerton, Jonathan Bailey aseguró que “las conversaciones más conservadoras” que tuvo respecto a ser abierto sobre su orientación sexual fue “con otros hombres homosexuales de la industria”. “Realmente no deberías salir del armario”, fue una de las frases que lo marcó al inicio de su carrera.
Asimismo, explicó que, a medida que se hacía más conocido, se planteaba cómo podía ser un referente LBGTQ y, al mismo tiempo, mantener su vida privada fuera del foco. “No quiero hablar de mi versatilidad en la cama sino de mi versatilidad en el escenario. Para mí, se trata de dar visibilidad, eso es todo”, destacó en esa misma charla.
Algo similar dijo a GQ Magazine dos años después, cuando recordó el consejo que un amigo actor recibió por parte de otra persona y que caló hondo en su mente: “Le dijeron: ‘Hay dos cosas que no queremos saber: si sos alcohólico o si sos gay’”. “Así que, sí, por supuesto que pensé que para ser feliz necesitaba ser heterosexual”, confesó Bailey cuando el periodista le consultó si alguna vez había sentido la necesidad de reprimir su orientación sexual en pos de su carrera. Incluso, recién se sinceró con su familia y con sus amigos a sus veinte años. “Pero llegué a un punto en el que pensé: a la mierda con esto, prefiero tomar la mano de mi novio en público o poder poner mi propia foto en Tinder y no preocuparme tanto por conseguir un papel”, remató el actor sobre la decisión de hablar abiertamente de este tema.
De hecho, reconoció a Flaunt Magazine que interpretar un papel protagonista en una de las series más exitosas de Netflix le resulta realmente satisfactorio. “Es algo que no siempre pensé que fuera posible porque cuando tenía veintipocos años había mucha gente a la que se le decía directamente que no hablara de su sexualidad, y hay distintas opiniones sobre si salir del closet afecta o no a tu carrera. Diría que eso es de lo que estoy más orgulloso, porque sentí que no me habían elegido por mi sexualidad”, concluyó.
SOCIEDAD
Así se podrá ver el eclipse lunar de marzo desde California: hora y cómo disfrutar del evento en vivo
Durante la noche del 13 de marzo y la madrugada del 14, se podrá ver en el cielo un espectáculo excepcional en algunas regiones como California y otras áreas de los Estados Unidos: un eclipse lunar total. Este fenómeno, popularmente conocido como “Luna Roja” debido al característico tono rojizo que adopta el satélite al pasar por la sombra de la Tierra, será una gran oportunidad para aquellos fanáticos de la astronomía.
Según la información proporcionada por la NASA, detalla que el evento comenzará con la fase penumbral a las 20:57 (hora del Pacífico). Posteriormente, a partir de las 23:26 y hasta las 00:31, la Luna entrará en su fase total, que será el momento más impactante de la noche y en el que esta se teñirá totalmente de rojo. Una vez transcurridas estas etapas, el ciclo va a finalizar alrededor de las 03:00.
A pesar de que el evento no será transmitido por plataformas de streaming ni por la NASA, se podrá observar a este fenómeno astronómico a simple vista. Sin embargo, aquellos que se encuentren en regiones sin contaminación lumínica tendrán una mejor visibilidad.
La agencia espacial recomienda buscar ubicaciones alejadas de fuentes de luz de la ciudad para poder tener una experiencia visual perfecta. No es necesario usar equipos especializados para poder ver al eclipse lunar, aunque unos binoculares pueden ser de gran ayuda para poder observar de forma más detallada a la “Luna Roja”.
El característico color rojizo que adquiere la Luna durante el eclipse es producto de la filtración de la luz solar a través de la atmósfera terrestre. La científica Renée Weber, del Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA comentó que esta tonalidad es provocada por la dispersión de la luz: “Los colores con longitudes de onda más cortas, como azules y violetas, se dispersan más fácilmente que aquellos con longitudes de onda más largas, como el rojo y el naranja”.
La particularidad de los eclipses lunares totales radica en su capacidad de ser observados desde cualquier lugar del lado nocturno del planeta. A pesar de que las condiciones para su visualización serán inmejorables en América del Norte, que incluye a Estados Unidos, Canadá y México, otras zonas como América del Sur y regiones del oeste de África también podrán disfrutar de este espectáculo que no ocurre desde hace aproximadamente tres años.
Este evento coincide con el final del invierno en el hemisferio norte, una estación que por lo general presenta probabilidades más altas de nubosidad. La doctora Weber enfatizó que quienes planeen observar este fenómeno deberán estar atentos a los reportes meteorológicos, ya que las nubes podrían dificultar la visibilidad en algunas zonas.
SOCIEDAD
Salió gratis hace 6 meses con un parecido a Counter-Strike, pero ha sido un fracaso tan rotundo que hasta el estudio y el juego cerrarán
Los shooters tácticos son un género de lo más traicionero. Si bien es un tipo de juego en el que se puede innovar con ideas interesantes, la competencia puede arruinar las ambiciones de un estudio si no es capaz de ofrecer resultados extraordinarios con su videojuego en el momento en el que lanza su título. Eso es lo que le ha pasado a Spectre Divide, un shooter táctico 3v3 que buscaba evolucionar en el género impulsado por Duality, es decir, controlar dos cuerpos en tiempo real.
Spectre Divide se lanzó el pasado septiembre, pero parece que su popularidad cayó rápidamente a las pocas semanas. Es más, el año pasado el estudio intentó recuperar jugadores de Spectre Divide bajando precios dentro del juego, pero no lo consiguió y al poco tiempo anunció recortes y despidos en el equipo desarrollador. De esta manera, Mountaintop Studios ha anunciado que tanto el juego como la empresa cerrarán sus puertas en los próximos 30 días.
Spectre Divide cierra
El CEO del estudio, Nate Mitchell, ha señalado que tanto la falta de jugadores activos y la insuficiencia de ingresos para cubrir los costes operativos han llevado al cierre del estudio y del videojuego. A pesar de conseguir 400.000 jugadores y 30.000 usuarios concurrentes en PC (según SteamDB), Spectre Divide no logró mantener su base de jugadores y tampoco supo revertir la opinión de la comunidad ya que actualmente sigue en ‘Variadas’, tal y como se aprecia en su ficha de Steam.
«Desde el lanzamiento en PC, hemos aprovechado al máximo nuestro capital restante, pero en este momento, nos hemos quedado sin fondos para financiar el juego. Esto significa que Mountaintop cerrará sus puertas a finales de semana», señala Mitchell en redes sociales, quien afirma también que valoraron otras opciones, como ser adquiridos, otro editor o una inversión adicional. De este modo, los micropagos se desactivarán y los usuarios verán reembolsos en sus cuentas por los artículos que compraron tras la primera temporada.
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SOCIEDAD
Científicos españoles desarrollan un videojuego para anticiparse a los síntomas de alzhéimer y demencia
Hace 24 horas que Paz Rey Duarte no puede sacarse el mensaje de la cabeza: Posible riesgo detectado. Aunque ningún médico se lo ha diagnosticado formalmente, la mujer —73 años, de Vigo, pelo cano impecable— está convencida de que tiene alzhéimer. “Hace ya un tiempo que estoy notando que me olvido hasta de las cosas más sencillas”, dice mientras se acomoda un pañuelo de algodón que lleva atado al cuello para capear el frío atlántico de la costa del fin del mundo. No puede recordar, por ejemplo, ni el título ni el autor de la novela que está leyendo, tampoco el nombre del medicamento que lleva meses tomando todos los días. “Estoy preocupada”, apostilla.
Paz se sumó a los programas de prevención de la Asociación de Familiares de Enfermos de Alzheimer y otras Demencias de Galicia (AFAGA) luego de jubilarse. En un principio era como participar de un club social para veteranos porque sus problemas de memoria aún no se habían manifestado. Pero justo el día antes de hablar con EL PAÍS, Paz se enteró de que tiene riesgo de sumarse a los 40.000 nuevos casos de alzhéimer que se diagnostican cada año en España y de los cuales el 65% corresponden a mujeres. La advertencia no se la dio un especialista, sino un videojuego.
La mujer ha probado de forma anticipada The Mind Guardian, una aplicación desarrollada por científicos del centro de investigación atlanTTic de la Universidad de Vigo y del grupo de Neurociencia Traslacional del Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur, en colaboración con Samsung, que puso el dinero y el aparato técnico y empresarial para que la idea no quedara encajonada. La multinacional surcoreana tiene un programa, Tecnología con Propósito, que aplica la innovación tecnológica en la resolución de problemas sociales. Llevan invertidos más de 25 millones de euros.
La aplicación —gratuita, recomendada para mayores de 55 años— está disponible a partir de hoy martes para usuarios del sistema operativo Android en España.
The Mind Guardian es lo que se conoce como un instrumento de cribado. Es decir, no ofrece un diagnóstico médico como tal, sino que utiliza tres juegos y técnicas de inteligencia artificial para examinar al usuario y, a partir de la información recogida durante las diferentes pruebas —que miden la memoria episódica, la procedimental y la semántica—, clasificarlo como alguien con posible deterioro cognitivo o sin deterioro cognitivo. El desarrollo tiene el aval científico de la Sociedad Española de Neurología y de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental.
La aplicación identificó a Paz como “persona de riesgo” y ahora maneja dos opciones: consultar a un experto para que le haga un diagnóstico más a fondo y confirmar la advertencia, o esperar seis meses y repetir las pruebas dentro de la app para ver qué resultados arroja. En el medio, cree que su mejor alternativa es estar alerta a los síntomas y pedir asesoramiento para conocer qué tipo de hábitos podrían ralentizar el avance de su, por ahora, probable deterioro cognitivo.
Un invento hecho en Galicia
El germen de The Mind Guardian hay que ir a buscarlo a la ladera de un monte en la parroquia de Zamanes, a las afueras de Vigo. Allí, rodeados de robles, pinos y castaños húmedos, están los laboratorios del centro de investigación atlanTTic, donde se brujulean sistemas telemáticos y otras tecnologías. Luis Anido es catedrático en telecomunicaciones de la universidad y hace años que se dedica a tender puentes entre la neurociencia y la tecnología.
En 2014 —en un contexto en el que las cifras de prevalencia de demencia entre personas mayores aumentaron en Galicia—, Anido y su equipo descubrieron que, al contrario de lo que se podría suponer, los videojuegos eran una manera muy efectiva de vincular a los adultos mayores con los desarrollos tecnológicos. Así fue que se pusieron a estudiar el posible uso combinado de técnicas de gamificación e inteligencia artificial con pruebas médicas, para crear un instrumento que pudiera medir el deterioro cognitivo del usuario y que el resultado tuviera validez clínica.
Con ese espíritu nació Panoramix, una batería de videojuegos para poder identificar posibles trastornos neuronales ya en sus primeras fases, cuando todavía los síntomas no son evidentes. Los diferentes juegos se basaron en los test convencionales usados en hospitales y clínicas para medir la capacidad de memoria y la atención. El proyecto comenzó a probarse en los pacientes nucleados dentro de AFAGA con resultados contundentes: 97,1% de exactitud estadística en la detección de deterioro cognitivo.
En el medio de todas esas pruebas y experimentos cayó la noticia: la madre de Anido, de 88 años, fue diagnosticada con alzhéimer. Lo profesional terminó cruzando a la vereda de lo personal.
“Ya no me recuerda”, dice el investigador apoyando los codos sobre una barandilla con vistas al campus universitario, un paisaje escarpado y desnudo que aguarda la llegada de la primavera. Y añade: “Yo tampoco recuerdo cómo era ella antes de la enfermedad. A veces, para hacerlo, miro vídeos familiares de otras épocas”. El alzhéimer de su mamá ya es irrefrenable: solo queda intentar mejorar su calidad de vida. Pero la aplicación que Anido y su colega, Manuel José Fernández —quien afirma con seguridad que el alzhéimer es “la pandemia del futuro”—, han desarrollado, sí podría marcar una diferencia en la vida de otros pacientes.
“Cuando enfermó”, recuerda el científico, “mi madre no fue consciente de su propio deterioro. Todas las decisiones alrededor de su vida y su tratamiento tuvimos que tomarlas nosotros, sus hijos. Perdió su libertad. El videojuego puede permitirle a otras personas adelantarse unos pasos al avance de la enfermedad y planificar cómo van a vivir en los próximos años”. La prevención es, en definitiva, la razón de ser de The Mind Guardian.
Una alerta a tiempo
La oficina de Carlos Spuch en el Instituto de Investigación Sanitaria Galicia Sur (IIS) queda en la planta baja del Hospital Universitario Álvaro Cunqueiro. Es un edificio funcionalista y contemporáneo con una fachada de enormes lamas metálicas con vistas a la ría de Vigo. Spuch trabaja allí monitorizando y divulgando el avance de las enfermedades neurodegenerativas entre la envejecida población de Galicia, donde más del 26% de los habitantes superan los 65 años. La comunidad autónoma es un laboratorio a cielo abierto para el estudio de las alteraciones cerebrales en la tercera edad. “La clave con estas enfermedades es la detección temprana. El diagnóstico suele aparecer cuando los síntomas ya son muy evidentes y es demasiado tarde”, explica el neurólogo con un acento gallego pronunciado.
Spuch ha participado en la evaluación científica de The Mind Guardian, colaborando en los estudios clínicos en pacientes diagnosticados con deterioro cognitivo para determinar la fiabilidad de la aplicación. “Era la primera vez que veía cómo un sistema tecnológico se podía poner al servicio de las enfermedades neurológicas y me pareció interesante”, explica. El valor de este desarrollo, según el experto, es que permite poner al alcance de los dedos de las personas mayores una herramienta de detección temprana con la facilidad de un videojuego. “Si quisieras aplicarle a un paciente los mismos test que se aplican a través de los juegos de The Mind Guardian, necesitarías una consulta de dos horas con un funcionario capacitado. Sin embargo, esto permite hacerlos de manera muy sencilla, desde casa, en 45 minutos y jugando”, señala. Además, como la aplicación recomienda jugar en un entorno tranquilo y cómodo, se puede evitar el “efecto bata blanca”, en el que los resultados de un test pueden tener sesgos, ya que los pacientes suelen inquietarse o alarmarse en entornos hospitalarios y cometer más errores.
Si al final del juego, el resultado arroja la alerta de posible riesgo de deterioro, el usuario puede llevar ese informe a la consulta y someterse a un diagnóstico más estricto. “Es un mensaje de que tienes que cambiar algunos hábitos”, explica Spuch. Para ralentizar el deterioro, las personas pueden practicar ejercicio físico intenso, evitar los ultraprocesados en su alimentación y, más que nada, socializar. “La actividad social es lo que hace la diferencia en cuanto a la cognición. Lo peor que puede hacer una persona con deterioro cognitivo es aislarse”.
La experiencia de Paz, la mujer gallega de 73 años que acaba de probar la aplicación, parece comprobar esa teoría. “Lo que más disfruto de pertenecer a los grupos de AFAGA es la parte social. Yo no sé si servirá, pero que la pasamos bien, la pasamos bien”. También asegura que si está pasando algo dentro de su cerebro, quiere saberlo. “A ver si hay algún tipo de medicina preventiva y yo me la estoy perdiendo por miedo a los resultados de un test. Prefiero ser consciente de a lo que me voy a enfrentar y estar preparada para ello”, afirma sonriente.
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