El presidente colombiano, Gustavo Petro, pidió este domingo la renuncia protocolaria a todos sus ministros y otros altos funcionarios del Gobierno, en medio de la crisis que vive su gabinete tras la polémica reunión del martes pasado que fue transmitida por televisión y redes sociales.
«He solicitado renuncia protocolaria a ministras, ministros y directores de departamentos administrativos. Habrá algunos cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo», escribió Petro en la red social X.
El mandatario agregó que a partir de ahora, cuando le faltan 18 meses para terminar su mandato, el Gobierno «se concentrará completamente en el cumplimiento del programa».
He solicitado renuncia protocolaria a ministras, ministros y directores de departamentos administrativos.
Habrá algunos cambios en el gabinete para lograr mayor cumplimiento en el programa ordenado por el pueblo.
El gobierno se concentrará completamente en el cumplimiento del…
Minutos después de que Petro publicara este mensaje, la ministra de Trabajo, Gloria Inés Ramírez, presentó su «renuncia irrevocable» al cargo y agradeció al presidente por haberle permitido trabajar en una «agenda política a favor de millones de trabajadores y trabajadoras, en la necesidad de cumplir con el mandato popular del Gobierno del Cambio».
«Seguiremos trabajando por una Colombia más justa y cada día más democrática, entendiendo que la política debe transitar sin sectarismos, pero sin ambigüedades», añadió Ramírez, que había estado en el Gobierno desde que Petro asumió la Presidencia.
Más temprano, la ministra de Ambiente de Colombia, Susana Muhamad, anfitriona de la COP16 el año pasado, había presentado su renuncia al cargo.
Susana Muhamad es la nueva ministra que deja el gabinete de Gustavo Petro tras una escandalos reunión televisada. Foto Reuters / Murad Sezer
«He presentado la carta de renuncia al señor presidente Gustavo Petro y es una decisión difícil», aseguró Muhamad en una entrevista emitida el domingo por el canal digital Los Danieles.
Con estas renuncias son cinco los altos funcionarios de Petro que dejaron el gobierno luego de la tensa reunión del martes, que duró más de cinco horas que fue televisada en vivo.
La polémica reunión del gabinete ministerial, que duró seis horas durante las cuales el mandatario y diferentes miembros del Gobierno se acusaron y recriminaron por fallas en la gestión, llevó al día siguiente a la renuncia del director del Departamento Administrativo de la Presidencia de la República (Dapre), Jorge Rojas, hombre de confianza del presidente, y del ministro de las Culturas, Juan David Correa.
Luego dejó su cargo la secretaria jurídica de la Presidencia, Paula Robledo, y hoy anunciaron su salida Muhamad y Ramírez.
Advertisement
El ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, ya había propuesto el miércoles la renuncia de todo el gabinete por considerarlo «insostenible» tras el consejo de ministros, pero hasta la fecha se mantiene en el cargo.
Durante el consejo de ministros, Muhamad y otros funcionarios apoyaron a la vicepresidenta colombiana, Francia Márquez, en sus críticas al nombramiento como jefe del despacho presidencial del exembajador Armando Benedetti.
Benedetti, que también fue enador, tiene varios procesos por corrupción y protagonizó un escándalo de violencia machista en julio pasado cuando siendo embajador ante la FAO en Roma su esposa, Adelina Guerrero, lo denunció por agresiones físicas durante un viaje a Madrid.
«Como feminista y como mujer yo no me puedo sentar en esta mesa de gabinete de nuestro proyecto progresista con Armando Benedetti», dijo Muhamad en el consejo de ministros, que fue transmitido en vivo al país por televisión y por redes sociales.
Sin embargo, Petro defendió la permanencia en el cargo de Benedetti, quien fue pieza clave en la financiación de su campaña electoral de 2022 en la costa atlántica, por lo que hoy Muhamad añadió que «al no estar de acuerdo con esa decisión del presidente hay que renunciar».
Entre tanto, el ahora exministro de Culturas dijo, en referencia a Benedetti, que «no podía tener de jefe a un maltratador de mujeres».
La petición de renuncia a sus ministros la hace Petro justo cuando está a punto de emprender un viaje de seis días a Emiratos Árabes Unidos, Catar y Arabia Saudí.
WASHINGTON — Poco después de que el presidente Donald Trump reflexionara el viernes sobre la imposición de aranceles a Japón mientras estaba sentado junto al primer ministro del país, Shigeru Ishiba, un periodista le pidió al líder japonés que reflexionara sobre su primera reunión con Trump.
Fue una oportunidad privilegiada para responder a la amenaza económica de Trump.
En lugar de eso, Ishiba adoptó una postura diferente:
se convirtió en el último líder extranjero en adular, en lugar de burlarse, del presidente estadounidense.
“Me emocioné mucho al ver a una celebridad así en la televisión”, dijo Ishiba, lo que provocó que Trump se girara hacia él y sonriera de oreja a oreja.
El presidente Donald Trump habla durante una rueda de prensa conjunta con el primer ministro japonés Shigeru Ishiba en la Casa Blanca el viernes 7 de febrero de 2025. Ishiba es la última figura en ofrecer amplios elogios a un presidente conocido por su enfoque transaccional, cuando no impredecible, de la política exterior. (Cheriss May/The New York Times)
“En televisión da miedo y tiene una personalidad muy fuerte, pero cuando lo conocí, en realidad era muy sincero y muy poderoso, y con una fuerte voluntad por Estados Unidos”.
Advertisement
Ishiba aseguró a los periodistas y funcionarios de la Casa Blanca allí reunidos que sus elogios a Trump no eran un intento de “adularlo”, sino más bien parte de un esfuerzo por garantizar la “paz mundial” y la “estabilidad regional”.
Ishiba es el último emisario extranjero que emplea el arte de la adulación con un presidente conocido por su enfoque transaccional, si no impredecible, en política exterior.
El predecesor de Trump, Joe Biden, dijo a menudo que los líderes extranjeros le expresaban en privado su preocupación por la perspectiva del regreso de Trump a la Casa Blanca.
Ahora que está de regreso, todas las preocupaciones parecen haber quedado a un lado, al menos en público.
Días antes de que Ishiba elogiara la presencia de Trump en televisión, el primer ministro Benjamin Netanyahu llamó a Trump “el mejor amigo que Israel haya tenido en la Casa Blanca”, añadiendo que tiene “un enorme respeto” entre los israelíes.
Elogió la capacidad de Trump de “ir directo al grano”.
El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, hizo un gesto inusual al proponer que Trump encarcele a los inmigrantes que se encuentran ilegalmente en el país —e incluso a los ciudadanos estadounidenses condenados— en el famoso complejo penitenciario de la nación centroamericana.
Advertisement
“La gente parece pensar que los halagos van a funcionar para lo que necesitan, que les harán ganar puntos”, dijo Elizabeth Shackelford, ex diplomática que trabajó en Polonia, Sudán del Sur y Somalia antes de renunciar en protesta por la primera presidencia de Trump.
“Tal vez piensan que al ser amables con él tendrán menos probabilidades de ser ellos quienes se enojen con él cuando arremete contra ellos”.
No es una estrategia nueva.
Durante el primer gobierno de Trump, el presidente francés, Emmanuel Macron, elogió a Trump en la Casa Blanca y le dijo que esperaba que su “amistad” y “parentesco” siguieran creciendo.
Polonia propuso cambiar el nombre de la base militar estadounidense a Fort Trump.
Netanyahu propuso que un asentamiento israelí en los Altos del Golán pase a llamarse Trump Heights.
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, lanzó una ofensiva de encanto al invitar a la hija de Trump, Ivanka, a participar en una reunión de mujeres líderes empresarias.
Advertisement
Los halagos no siempre funcionaron.
En 2018, Trump impuso aranceles a Canadá y llamó a Trudeau “deshonesto y débil” en las redes sociales.
El romance entre Trump y Macron se transformó en una disputa pública sobre la dirección de la OTAN.
Más tarde, Trump estalló en ira contra Netanyahu cuando felicitó a Biden por su victoria en las elecciones de 2020.
Publicó libros de mesa de café con críticas a varios líderes extranjeros, incluidos Trudeau y Angela Merkel, la ex canciller alemana, que no dudó en desafiar a Trump.
Su libro de 2024 incluyó 10 páginas de fotografías con Trump y Kim Jong Un, el dictador norcoreano.
Trump se jactó de sus “cartas de amor” del líder norcoreano, misivas que valoraba tanto que las llevó a Mar-a-Lago después de terminar su mandato.
Advertisement
Posteriormente, los Archivos Nacionales intentaron recuperarlos junto con otros documentos que Trump conservaba, lo que finalmente condujo a una investigación y un procesamiento federal.
Shackelford calificó el intento de utilizar la adulación como medio para ganarse el favor de Trump como una “misión inútil”.
«No creo que nadie vaya a conseguir lo que quiere de Trump», dijo Shackelford.
“Los usará mientras le convenga. Pero no tiene ningún problema en cortar el contacto con la gente. No ganas puntos con Trump porque él no te da crédito por eso después”.
“Cuando le conviene, simplemente finge que nunca ocurrió”, añadió.
Estrategia
Pero eso no ha impedido que los líderes lo intenten.
Advertisement
Los presidentes y primeros ministros acudieron en masa a Mar-a-Lago incluso antes de que Trump asumiera el cargo.
Una delegación de Canadá ha realizado múltiples visitas a Washington desde la elección de Trump, con la esperanza de convencer a Trump de que el país estaba haciendo lo suficiente en seguridad fronteriza en un esfuerzo por evitar aranceles.
Las reuniones incluso impresionaron a algunos de los asesores de Trump.
Trump todavía amenazó con afectar su economía con aranceles la semana pasada, antes de retrasar las sanciones por 30 días.
No todos los líderes han tenido reparos en reprender a Trump.
El presidente de Panamá, José Raúl Mulino, dijo esta semana que la administración Trump estaba difundiendo “mentiras y falsedades” después de que el Departamento de Estado afirmara que los barcos estadounidenses podrían pasar por el Canal de Panamá sin pagar.
El gobierno panameño también ha rechazado las declaraciones de Trump sobre retomar la propiedad del Canal de Panamá.
Advertisement
Pero la mayoría de los líderes han optado por confiar en la adulación, incluidos los diplomáticos, que son expertos en ese arte.
Peter Mandelson, un veterano político británico conocido alguna vez como el “Príncipe de las Tinieblas”, hace años había llamado a Trump “nacionalista blanco” y dijo que era “un peligro para el mundo”.
Su elección como nuevo embajador británico en Estados Unidos desencadenó una ola de intensa oposición entre algunos de los aliados de Trump, incluido Steve Bannon, su antiguo estratega jefe.
El resultado fue un notable ejemplo de adulación política.
Mandelson apareció en Fox News a finales de enero para decir que había cambiado completamente de opinión sobre el presidente.
Mandelson dijo que sus comentarios anteriores habían sido “desatinados y erróneos” y que estaba “impresionado no sólo por el extraordinario segundo mandato que recibió del pueblo estadounidense, sino por el dinamismo y la energía con que abordó no sólo la campaña, sino también el gobierno”.
Continuó diciendo que “se ha ganado un nuevo respeto, ciertamente de mi parte” y predijo que Trump “podría convertirse en uno de los presidentes estadounidenses más importantes que he conocido en mi vida adulta”.
Advertisement
Hablando apenas una semana después de la toma de posesión de Trump, Mandelson señaló que el enfoque del presidente hacia el gobierno había sido «mucho más organizado, es mucho más coherente, parece ser mucho más claro en lo que quiere hacer».
En los días que siguieron a la disculpa, el nombramiento de Mandelson pareció volver a encaminarse.
Retribución
Ishida parece esperar una respuesta similar de Trump.
Cuando se le preguntó el viernes si estaba dispuesto a imponer aranceles de represalia contra Trump, Ishida dijo:
«No puedo responder a una pregunta teórica».
“Esa es una muy buena respuesta”, dijo Trump mientras la multitud en la Casa Blanca se reía.