El respeto al Estado de derecho y a las convenciones internacionales empieza a tener cada vez más agujeros en la Unión Europea en todo lo relacionado con la política migratoria. Si en octubre el debate (que no ha llevado a ningún sitio) se centró en la creación decampos de concentración para migrantes en países terceros, el miércoles la Comisión Europea, encargada según los tratados europeos por velar por su cumplimiento, sí dio un paso que tendrá consecuencias legales para miles de personas.
La Comisión Europea decidió este miércoles permitir que Polonia, Finlandia, Estonia, Lituania y Letonia dejen de aceptar solicitudes de asilo de personas que lleguen desde Rusia y Bielorrusia.
«Amenazas híbridas»
Según la vicepresidenta de la Comisión Europea (hay seis vicepresidentes) Henna Virkkunen, se trata de hacer frente a “amenazas híbridas”, el término que los políticos europeos usan para hablar de cómo regímenes como el bielorruso o el ruso usan la migración como una herramienta para desestabilizar a sus vecinos.
Desde 2021, Bielorrusia ha organizado el traslado de migrantes desde Oriente Medio a las fronteras de Polonia, Lituania y Letonia, mientras que Rusia ha adoptado estrategias similares con Finlandia desde finales de 2023.
Virkkunen dijo: “En situaciones excepcionales los países pueden limitar los derechos de asilo, pero debe ocurrir en condiciones estrictas y con límites legales, ser de verdad excepcional, temporal, proporcionado y para casos claramente definidos y siempre por razones de seguridad”.
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Pero Virkkunen no puso plazos y no supo explicar por qué la llegada a Polonia (más de 36 millones de habitantes) de poco más de 8.000 solicitantes de asilo en un año desde Bielorrusia supone una amenaza a la seguridad nacional polaca.
El cambio normativo que anunció la Comisión Europea permite a estos cinco países no aplicar la Convención de Ginebra ni las normativas de la UE que protegen los derechos de los refugiados. Se usa la seguridad nacional como argumento para imponer ese límite legal, aunque la Comisión Europea dijera que el principio de no devolución seguía en pie.
Pero en la práctica lo deroga por tiempo ilimitado, porque no puso un límite temporal a la derogación. El argumento, que explicó ayer la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula Von der Leyen, es que Europa debe impedir que regímenes autoritarios usen la normativa europea para dañar a la UE. Se supone, en este argumento, que recibir refugiados es un daño.
Bruselas explicó también que esta medida será de aplicación únicamente para esos cinco países, pero fuentes comunitarias reconocieron que no podrán impedir que en el futuro la usen otros. Por ejemplo, España podría alegar que Marruecos usa la migración como un arma política para rechazar las solicitudes de asilo de todas las personas que llegan a España pasando por Marruecos. Lo mismo podría hacer Hungría con Serbia, Grecia con Turquía o Malta e Italia con cualquier país del norte de África.
La Comisión Europea también puso plata. Serán 170 millones para reforzar las medidas de control fronterizo, como equipos de vigilancia electrónica, equipos policiales de detección móviles, material para detectar y derribar drones llegados desde más allá de las fronteras y fondos para dotar de mejores medios a los guardafronteras.
La frontera terrestre entre Finlandia y Rusia, de más de 1.200 kilómetros, está totalmente cerrada desde hace meses porque Finlandia alegó que había detectado un aumento inusual de llegadas de refugiados. Para Helsinki constituía “un ataque híbrido” y por lo tanto estaba en su derecho de tomar decisiones relativas a su seguridad nacional.
Rusia sigue empujando con decenas de ataques diarios en dos frentes en la guerra en Ucrania: en la región de Donetsk al sur, y en Kursk, más al norte, suelo ruso tomado por fuerzas ucranianas.
En el primer caso, los rusos avanzan en dirección a los feudos ucranianos de Pokrovsk y Kurájove, en la región de Donetsk. Y en el segundo, Moscú reivindicó la toma de otra localidad en la región rusa de Kursk en una jornada marcada por el inicio de los preparativos en Bielorrusia para desplegar allí el nuevo misil balístico hipersónico estrenado en noviembre por los rusos en el campo de batalla, el Oréshnik.
Según la plataforma ucraniana de análisis de la guerra DeepState, las fuerzas rusas se acercan cada vez más a Pokrovsk y ya están a sólo 3 kilómetros de esta ciudad de la región de Donetsk que antes de la guerra tenía 60.000 habitantes.
En una entrevista en la televisión ucraniana, el portavoz militar de Kiev, Nazar Voloshin, reconoció que las tropas ucranianas han perdido posiciones en ese eje del frente.
El jefe del Ejército ucraniano, Oleksandr Sirski, ha afirmado tras visitar a sus soldados desplegados en la zona que los rusos tienen superioridad numérica sobre los ucranianos.
«Decisiones excepcionales»
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Sirski ha destacado la dureza de los combates en esa parte del frente y ha reconocido que necesita tomar «decisiones excepcionales» ante la evolución de los acontecimientos allí.
Las tropas rusas siguen ganando terreno en los alrededores de Kurájove, estrechando así el cerco sobre los combatientes ucranianos que defienden la parte del municipio que sigue bajo su control y sus alrededores.
Según el Centro para Estrategias de Defensa de Kiev, los rusos han tomado posiciones cerca de todas las vías de suministro para las tropas ucranianas desplegadas en el eje de Kurájove, lo que incrementa el riesgo de que éstas queden completamente rodeadas.
Unos 1.500 muertos y heridos por día
Tras visitar el frente de Pokrovsk, Sirski destacó el alto número de bajas que están sufriendo los rusos en su ofensiva. Las bajas en todo el frente comunicadas por Kiev superan casi a diario los 1.500 muertos y heridos.
Según dijo esta semana el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, Rusia superó su récord de bajas en la guerra en noviembre y volverá a superarlo en diciembre.
Rusia también dice haber logrado progresos en la región de Kursk, ocupada parcialmente por Ucrania desde el pasado mes de agosto. En un parte militar publicado el jueves, el Ministerio de Defensa ruso anunció la recuperación de la localidad de Novoivánovka. Este pueblo está ubicado en el municipio de Sudzha, epicentro de la operación militar ucraniana en la región rusa.
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Según este parte de Moscú, los ucranianos habrían perdido más de 40.000 hombres en esta operación transfronteriza.
¿Nuevos misiles en Bielorrusia?
En su rueda de prensa diaria, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, insistió en que Rusia responderá al ataque ucraniano del miércoles con seis misiles estadounidenses ATACMS contra un aeródromo militar del puerto ruso de Taganrog, en el mar de Azov.
«Esa respuesta se producirá cuando sea conveniente. Pero definitivamente se producirá», dijo Peskov.
Rusia ha informado hasta ahora de cuatro ataques ucranianos con misiles estadounidenses ATACMS contra su territorio.
El primero de esos ataques se produjo el 19 de noviembre y el presidente ruso, Vladímir Putin, respondió con el lanzamiento dos días después contra una fábrica de armamento ucraniana de un nuevo tipo de armamento desarrollado por Rusia, el misil Oréshnik.
El presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, encargó este jueves a su Estado mayor que haga todo lo necesario para comenzar el despliegue de misiles Oréshnik en ese país vecino de Rusia y Ucrania y aliado del Kremlin.
«Sólo hay una instrucción, garantizar el despliegue en nuestro territorio del Oréshnik y planificar de manera profesional su uso», aseguró Pável Muraveiko, jefe del Estado Mayor bielorruso.
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Lukashenko solicitó formalmente el pasado viernes a Rusia que se transfieran misiles Oréshnik a su territorio.
Como las armas nucleares tácticas rusas ya desplegadas, el botón rojo de estos misiles supuestamente indetectables para los escudos defensivos occidentales seguirá estando en Moscú, que busca intimidar a Ucrania y a los socios de Kiev con la puesta en liza de este arma en respuesta a los ataques con misiles balísticos occidentales contra objetivos situados dentro de su territorio.
Advertencia de la OTAN
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, afirmó este jueves que la amenaza de Rusia avanza rápidamente, y advirtió que la alianza militar transatlántica debe multiplicar su gasto en defensa para prevenir una «gran guerra» en su territorio.
«El peligro se mueve hacia nosotros a toda velocidad», dijo Rutte en un coloquio en Bruselas, y expresó su convicción de que «no estamos preparados para lo que se nos viene en cuatro o cinco años».
Para el exprimer ministro neerlandés, la situación general de seguridad «no es buena. Sin dudas, es la peor de mi vida«.
En su opinión «no hay una amenaza militar inminente» para la OTAN, porque la alianza «se ha transformado para mantenernos seguros».
Pero la garantía de la seguridad requiere que la alianza transatlántica multiplique sus gastos en materia de defensa, fortaleciendo las industrias nacionales para la producción de equipos.
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«Es hora de cambiar a una mentalidad de tiempos de guerra. Y acelerar nuestra producción y gasto en defensa. En cuando se refiere a la producción de defensa, estoy absolutamente convencido de que el aumento es una prioridad máxima», dijo.
En los años de la denominada Guerra Fría, los europeos «gastaron mucho más del 3% de su PBI en defensa. Con esa mentalidad ganamos la Guerra Fría. El gasto cayó después de la caída del Telón de Acero. El mundo era más seguro. Ya no lo es».
Por ello, agregó, hace una década que los países que forman la alianza militar decidieron que «era hora de invertir una vez más en defensa», y adoptó una meta de gastar en defensa el equivalente al 2% de cada PBI nacional.