Se trataba, simplemente, de un partido de fútbol amateur. Sin embargo, estuvo lejos de serlo. Desde el pasado sábado 11 de enero, Pedro Gutiérrez, de 67 años, lucha por su vida tras quedar cuadripléjico debido a una brutal golpiza durante el juego, en una cancha ubicada en el acceso sur de la avenida Circunvalación, en la localidad de Villa Gobernador Gálvez, en las afueras de Rosario. Este jueves, casi 20 días después, el agresor fue detenido cuando se presentó a realizar un trámite.

El atacante, identificado como Francisco Alberto A., alias “Pancho” y oriundo de Arroyo Seco, facilitó su arresto, cuando, durante la jornada, se acercó a la sede de Prefectura Naval Argentina (PNA), situada en avenida la Belgrano al 300, en la ciudad santafesina, para llevar a cabo averiguaciones sobre su libreta de embarco.

Allí, los prefectos se percataron de que el hombre de 65 años tenía un pedido de captura vigente y, de inmediato, se procedió a su aprehensión.

Mientras tanto, en la terapia intensiva del Hospital de Emergencias Clemente Álvarez (HECA), el cuadro de salud de Gutiérrez se agrava. El miércoles le practicaron una traqueotomía. No respira por sus propios medios ni tampoco tiene movilidad en los brazos y las piernas.

«Abre los ojos, escucha, pero no sé si entiende, si nos reconoce y entiende todo lo que está pasando», indicó la hija de la víctima, Marisol, en diálogo con El Tres, donde también detalló: «En un momento quisieron sacarle la sedación, pero se puso muy nervioso y tuvieron que volver a medicarlo. La lesión medular es muy grande, irreversible«.

«Sigue en estado crítico y con mucho riesgo, no sé si va a volver a casa«, concluyó la mujer, visiblemente conmovida, respecto del estado de salud de su padre, quien fue salvajemente golpeado en la pelea con su rival, que se inició por la discusión de una jugada.

En esa acción, el hombre, que actualmente está detenido, logró dar vuelta en el piso a Gutiérrez y, por la espalda, le propinó golpes de puño y patadas. A pesar de que los compañeros lograron separarlos, el daño ya estaba hecho.