El último día de clases para un grupo de estudiantes de una escuela en San Antonio de Padua, Provincia de Buenos Aires, terminó en un escándalo que generó preocupación en la comunidad. Lo que comenzó como una jornada de festejos se tornó en un episodio de violencia y vandalismo que dejó daños materiales, disturbios y la intervención de las fuerzas de seguridad.

En imágenes difundidas en redes sociales, se observa cómo un grupo de jóvenes subió al techo de una parada de colectivos, aparentemente como parte de una celebración improvisada. Los estudiantes comenzaron a saltar sobre la estructura hasta que esta colapsó, desprendiéndose de la vereda y cayendo hacia adelante.

El derrumbe provocó heridas leves en algunos de los involucrados, aunque el incidente pudo haber tenido consecuencias más graves.

En paralelo, en plena calle, se registró una violenta pelea entre estudiantes. Los enfrentamientos, que incluyeron golpes y empujones, atrajeron la atención de transeúntes y motivaron la intervención de efectivos policiales, quienes lograron separar a los involucrados.

No es Irak. No es Mozambique. No es Paquistán, ni es Haití. Es San Antonio de Padua, Provincia de Buenos Aires, donde Kicillof liberó la zona para que los “estudiantes” festejen su último día de clases. Vean que divino todo. 👇👊💣🐒🐒 pic.twitter.com/2mrx7bZVDL

— Diego Álzaga Unzué (@atlanticsurff) December 7, 2024

El hecho generó indignación en redes sociales. El periodista Diego Álzaga Unzué expresó su descontento a través de un contundente mensaje en Twitter:
“No es Irak. No es Mozambique. No es Pakistán, ni es Haití. Es San Antonio de Padua, Provincia de Buenos Aires, donde Kicillof liberó la zona para que los ‘estudiantes’ festejen su último día de clases. Vean qué divino todo.”

La situación dejó en evidencia una falta de control y planificación para evitar desmanes en eventos escolares de esta naturaleza. Además, el vandalismo registrado representa un costo adicional para las arcas municipales, ya que se deberán reparar las instalaciones públicas afectadas, como la parada de colectivos destruida.

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Las autoridades locales no se pronunciaron de inmediato sobre el incidente, aunque vecinos de la zona expresaron su preocupación por la creciente falta de seguridad y el descontrol en las calles.

Este episodio reaviva el debate sobre la responsabilidad en la organización de actividades escolares fuera del ámbito institucional y la necesidad de tomar medidas preventivas para evitar situaciones similares en el futuro.