En su participación en la cumbre de Montevideo, el presidente Javier Milei respaldó la firma del acuerdo Mercosur-Unión Europea, pero reclamó flexibilidad para que los países puedan negociar con otros acuerdos en forma individual, mientras que Francia todavía se sigue oponiendo al acuerdo por la resistencia de sus agricultores al ingreso de productos agropecuarios del bloque americano.

Consultado por iProfesional, el embajador de Francia en la Argentina, Romain Nadal, dijo que «el acuerdo no ha sido firmado ni ratificado, este no es el final de la historia, no hay entrada en vigor del acuerdo con el Mercosur».

Además, el embajador lo calificó de «inaceptable» en un documento de tres puntos.

Acuerdo Mercosur – Unión Europea: Francia advierte que no está firmado

Sin embargo, admitió que «la Comisión ha finalizado su trabajo de negociación con el Mercosur, era su responsabilidad, pero el acuerdo no ha sido firmado». Señala además que debe ser tenido en cuenta el cambio climático en sus cláusulas para el intercambio comercial.

Según los expertos locales en comercio internacional, en cambio, el nuevo acuerdo es un paso decisivo para que el Mercosur tenga acceso a un mercado europeo de 500 millones de personas, al mismo tiempo que los productos europeos podrán ingresar en esta zona.

Pero también advierten que las empresas locales tendrán que afrontar un proceso de adaptación para competir con las europeas, que ingresarán sus productos, aunque será gradual la quita de aranceles, con plazos fijados de hasta diez años.

«Esto pueden significar también mayores inversiones europeas en el mercado local para abastecer la demanda de la Unión Europea», dijo a iProfesional el economista Marcelo Elizondo, presidente del Comité Argentino de la International Chamber of Commerce (ICC) y consultor en negocios internacionales. «Todo proceso de libre comercio genera mayores inversiones», dijo.

Emmanuel Macron, presionado por agricultores

Por ahora, Francia se sigue oponiendo a firmar individualmente el acuerdo porque los agricultores franceses no quieren el ingreso de los productos agropecuarios de Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay sin aranceles.

En esta etapa, el acuerdo está siendo firmado por la presidente de la Comisión Europea, autoridad comunitaria, pero no por cada país. Para la etapa meramente arancelaria (reducción de aranceles) la participación requerida es la de las autoridades comunitarias. No se requiere de cada país. Hay otra parte del acuerdo que es más institucional que queda para la intervención de cada país. «Lo posible es que se apruebe la parte arancelaria por el parlamento europeo. Aun con la oposición de Francia podría ser aprobado por mayoría. En esa parte arancelaria», dijo Elizondo. «De todos modos, tiene sí o sí que ser aprobado por el parlamento europeo, por un lado, y por los de cada país del Mercosur, por el otro», señaló el experto en comercio internacional.

El acuerdo firmado ayer se negoció durante 25 años y el mercado común sería de 700 millones de personas. «Siempre es bueno abrir lazos comerciales», destacó Milei al firmar el acuerdo, aunque fue muy crítico respecto al bloque comercial. «El Mercosur ha sido un escollo para el progreso de los argentinos», señaló.

La postura argentina es que este acuerdo contemple la posibilidad de negociar acuerdos bilaterales de cada país con otros países de otros bloques comerciales.

De todos modos, Milei se tomó la fotografía con los otros tres presidentes del bloque regional tomados de la mano en el palacio de Mercosur en el Parque Rodó en Montevideo, el brasileño Luiz Inácio Lula Da Silva, el uruguayo Luis Lacalle Pou, y el paraguayo, Santiago Peña.

«Mientras vecinos como Chile y Perú se abrieron al mundo y entablaron acuerdos comerciales con los protagonistas del comercio global, nosotros nos encerramos en nuestra propia pecera, tardando más de 20 años de cerrar un acuerdo con el que hoy festejamos, que aún dista de ser una realidad. No puede llamar la atención entonces que, la economía de nuestros vecinos haya crecido tanto más que las nuestras, mientras que ellos tienen acuerdo de libre comercio con más de 20 países, nosotros tenemos tratados similares únicamente con el resto de Sudamérica, Egipto e Israel», dijo.

Participó la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que viajó especialmente para cerrar las negociaciones y calificó el acuerdo como «un hito histórico». Señaló que el acuerdo es «ambicioso y equilibrado».

La Unión Europea es la segunda economía mundial y el Mercosur la quinta, tienen en conjunto 700 millones de habitantes. El 70% de los aranceles de la Unión Europea serán eliminados de manera inmediata.

En el 2023 el comercio total entre Mercosur y la Unión Europea superó los 88.000 millones de dólares, la Unión Europea fue el segundo socio comercial del bloque, después de China. El 14,4% de las exportaciones del Mercosur van a la Unión Europea y el 20% de lo importado por nuestra región tiene origen europeo.

Exportaciones e inversiones: los beneficios del acuerdo con la UE

Según Marcelo Elizondo, el Mercosur «es un bloque de integración muy cerrado y con poca integración hacia terceros mercados, entonces las empresas del Mercosur tienen que pagar aranceles de ingresos y adaptar productos a costos no arancelarios en casi todos los mercados».

De ese modo, señaló, el ratio de exportación del PBI es 15% en el bloque frente un promedio es 33% del resto de los bloques. «Lo que hace el acuerdo con la UE es modificar sustancialmente esa matriz y generar una internacionalidad con la UE con un mercado de 500 millones de consumidores con alto poder adquisitivo». Eso permitirá ingresar productos de rubros sensibles como energía y agroalimentos en mejor condición y el ingreso de productos europeos en el Mercosur.

«Eso va a exigir un proceso de adaptación y desarrollo de atributos competitivos de las empresas del Mercosur que van a tener que competir en condiciones diferentes frente a la oferta europea. Pero el proceso de integración tiene previsto una gradualidad, no es inmediata: la reducción de aranceles. Está previsto que haya un proceso de adaptación en algunos casos diez años para que las empresas del Mercosur se adapten cuando tienen que competir localmente contra productos europeos», señaló Elizondo.

Señaló también que «esto va a alentar inversiones, sobre todo europeas, en el Mercosur, para abastecer la demanda europea, incluso la integración de alianzas y de cadenas de valor, porque siempre que hay libre comercio, además se genera inversión», señaló el especialista internacional.

«Por supuesto, esto es un desafío para empresas del Mercosur que van a tener que competir, pero es algo que iba a ocurrir igualmente máxime si en la Argentina, como dice el presidente Milei, va hacia un proceso de apertura, cosa que va a ir ocurriendo en todos los mercados del bloque», aventuró.

Señaló que la UE «no es un socio facil sobre todo por su exigencia no arancelarias, ambientales y sanitarias, especialmente, pero es un cambio de matriz del bloque y si bien el proceso va a ser gradual incluso puede modificar el statu quo, el letargo, la crisis y el desgaste del Mercosur y ahora va a tener una agenda nueva gracias al pacto».

Para la oposición de Francia, el acuerdo «es inaceptable»

En medio de las celebraciones por el acuerdo Mercosur-Unión Europea, Francia puso sus reparos con un documento al cual tuvo acceso iProfesional, de parte de su embajador Romaín Nada. En ese comunicado señala tres puntos:

• La Comisión ha finalizado su trabajo de negociación con el Mercosur, era su responsabilidad, pero el acuerdo no ha sido firmado ni ratificado. Entonces este no es el final de la historia. No hay entrada en vigor del acuerdo con el Mercosur. Según el mandato recibido, la Comisión deberá presentar el resultado a todos los Estados miembros para que puedan examinarlo en profundidad y detalle. Solo los Estados miembros del Consejo europeo podrán entonces autorizar la firma del acuerdo, que aún debe ser ratificado. Por lo tanto, no tiene ningún efecto jurídico y los Estados no están vinculados por el anuncio del fin de las negociaciones.
• Este acuerdo, cuyo resultado final aún no ha sido presentado a los Estados, sigue siendo inaceptable en su forma actual. Las exigencias de Francia son conocidas y compartidas en Europa, en particular: los sectores agrícolas no pueden estar expuestos a una competencia desleal ni constituir variables de ajuste; el acuerdo climático de París debe ser una cláusula esencial: su incumplimiento conduce a la suspensión del acuerdo; debe garantizarse el desarrollo sostenible y el fin de la deforestación; Las normas y controles sanitarios deben respetarse y reforzarse.
• Francia seguirá, junto con sus socios, defendiendo incansablemente su agricultura y su soberanía alimentaria. Estas demandas agrícolas ya se expresan ampliamente en Europa: en Polonia, Italia, los Países Bajos, Austria, Bélgica y, por supuesto, también en el Parlamento Europeo.

Luis Caputo pidió mayor flexibilidad bilateral

En tanto, el ministro de Economía, Luis Caputo, junto al Presidente del Banco Central, Santiago Bausili, participó este jueves en la Reunión de Ministros de Economía, Hacienda y Presidentes de Bancos Centrales de Estados Partes del Mercosur y Estados Asociados, que se desarrolla en Uruguay.

Caputo se refirió a la necesidad de «flexibilizar el bloque comercial para habilitar acuerdos bilaterales que dinamicen el comercio». Señaló la «importancia de pensar un Mercosur flexible que permita que, mientras se avanza como bloque en algunas instancias como en el acuerdo con la Unión Europea, se habilite a los países miembros a avanzar individualmente en negociaciones que los beneficien y los permitan comerciar y crecer».