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Vélez vs. Central Córdoba, por la final de la Copa Argentina, en vivo

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En los primeros minutos se ve a dos equipos tensos que tuvieron demasiada fricción en las pelotas divididas.

Comenzó la gran final de la Copa Argentina

Vélez y Central Córdoba salen al campo de juego en el estadio de Unión, en medio de un clima efervescente con hinchas de ambos clubes. El inicio del partido es inminente.

Comenzó la fiesta previa a la gran final, con un juego de luces sobre el campo de juego y breves estrofas de grandes éxitos de la música nacional.

Los siguientes son los 11 titulares de Vélez para disputar la final de la Copa Argentina con Central Córdoba.

Los siguientes son los 11 titulares de Central Córdoba para disputar la final de la Copa Argentina con Vélez.

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Si Vélez gana la Copa Argentina, automáticamente liberará un cupo de la tabla anual. Esto le permitirá a River meterse directamente a la etapa de grupos de la Copa Libertadores, Boca en la instancia de Repechaje y el que termine 12° en la Tabla Anual (por ahora Defensa y Justicia) se clasificará a Copa Sudamericana. Eso le abrirá la puerta a la chance sumar otro cupo, ya que si además Talleres gana el domingo la Liga Profesional, el Millonario y el Xeneize estarán en los grupos y el que termine justo por debajo del equipo azul y oro se meterá en la Libertadores. Al mismo tiempo, el que termine 13° en la Tabla Anual (hoy Argentinos) logrará el boleto a la Sudamericana.

Si Central Córdoba gana la Copa Argentina no se liberaría cupo en la Tabla Anual. Ante ese escenario, si River no le gana a Racing jugaría el Repechaje de la Libertadores. Al que se le activarán las alarmas con la hipotética coronación del conjunto santiagueño es a Boca, debido a que si el domingo se consagra Huracán, el Xeneize no entrará a la Libertadores y jugará la Sudamericana.

Los equipos realizan sus trabajos precompetitivos sobre el campo de juego.

El camino de Vélez a la final de la Copa Argentina fue de menor a mayor. El equipo comenzó con triunfos ajustados por 2-1 ante Sportivo Las Parejas y Arsenal, mostrando un nivel discreto pero suficiente para avanzar en las primeras instancias. Sin embargo, el Fortín dio el golpe en los momentos decisivos, elevando su rendimiento para superar a gigantes del fútbol argentino.

En cuartos de final, Vélez venció a San Lorenzo por 3-1 con una actuación convincente. Luego, eliminó por la mínima diferencia (1-0) a Independiente, gracias a una sólida defensa y un gol clave en los minutos finales. Por último, el punto más alto: en semifinales protagonizó un vibrante 4-3 ante Boca . En un partido cargado de emociones y suspenso, el Fortín se puso rápido 2 a 0 arriba, el Xeneize se lo dio vuelta y en una gran reacción los de Liniers se quedaron con el triunfo sobre la hora, en un encuentro que quedará grabado en la historia del certamen.

Central Córdobase erigió como la gran revelación de la Copa Argentina. Aprovechando una llave que quedó abierta tras la eliminación temprana de River en 16avos. de final (ante Temperley), el Ferroviario construyó un camino sólido e inesperado hacia la final. Comenzó su campaña con una victoria por 3-1 ante Quilmes, mostrando su potencial desde el inicio. En la segunda etapa dio el golpe al vencer por 2-1 al vigente campeón Estudiantes, confirmando que no estaba dispuesto a ser un simple actor de reparto. En octavos de final, la tensión se hizo presente, pero el Ferroviario mostró su temple al eliminar por penales a Newell’s Old Boys, tras igualar 0-0 en los 90 minutos reglamentarios.

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En los cuartos de final, Central Córdoba superó 2-1 a Temperley, que venía envalentonado tras eliminar a River. por último, en semifinales se enfrentó a Huracán, que también aspiraba a levantar el trofeo, y nuevamente se impuso por 2-1 en un duelo parejo.

Vélez: Tomás Marchiori; Joaquín García, Emanuel Mammana, Valentín Gómez, Elías Gómez; Agustín Bouzat o Jalil Elías, Christian Ordóñez; Francisco Pizzini o Maher Carrizo, Claudio Aquino, Matías Pellegrini y Braian Romero. DT: Gustavo Quinteros.

Central Córdoba: Luis Ingolotti, Rafael Barrios o Iván Pillud, Sebastián Valdéz, Lucas Abascia, Andrés Meli; Rodrigo Atencio, José Florentín, Kevin Vázquez, Matías Godoy; Luis Angulo o Alexis Segovia y Fabio Cabral. DT: Omar De Felippe.

Bienvenidos al minuto a minuto de la gran final de la Copa Argentina entre Vélez y Central Córdoba de Santiago del Estero, que definen al campeón en el estadio de Unión de Santa Fe. El partido comenzará a las 21.10, será arbitrado por Yael Falcón Pérez y lo televisa TyC Sports.

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Adiós a «Bobby» Fernández Taboada, orfebre del periodismo

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Alto, corpulento, con ese andar firme de sus años jóvenes que le confería cierto sentido de autoridad, fue un trotamundos de las redacciones en la época de oro de los diarios y las revistas en papel, cuyos pisos y plantas supo recorrer de punta a punta con el estilo propio de las jefaturas que ejerció desde edad temprana.

Quizá los jóvenes colegas que lo hayan visto por primera vez, cincuenta años atrás, pudieron haberse sentido incomodados por esa silueta que de a poco cedió a las tentaciones de la buena vida, que tanto celebraba, en particular a la hora de poner a prueba su refinado paladar gourmet y su “nariz y boca” de sommelier vocacional. El paso de los años, circunstancia que nunca lo incomodó demasiado, no fue para él una mochila que lo mortificara, incluso solía ignorarla con mordacidad adolescente cuando se acercaba el tiempo del retiro, aquí en charlas dispersas en la redacción de Clarín.

Con la vida encima, aquel colectivo de compañeros que daba sus primeros pasos en las redacciones híper competitivas de aquellos tiempos, lo recuerdan hoy con cariño personal y reconocimiento profesional.

Roberto Fernández Taboada, Bobby en la jerga de los escribas de la “Galaxia Gutenberg”, fallecido a los 79 años en una clínica de Pilar, donde estaba internado, dio combate hasta donde pudo a un fulminante cáncer de páncreas.

Supo llevarse consigo la mayor gloria a la que cualquier persona aspira al llegar al final del camino: tomado de la mano de su ser amado, en este caso Natalia, su mujer, con quien se eligieron mutuamente hace tiempo, con la certeza de que ya nada ni nadie los separaría. Por eso aguardaron el final juntos y abrazados en una cama de cuidados paliativos.

Bobby se despidió en “estado de gracia”, podría decirse en esa hora amarga, quizá sabiendo que una generación, la suya y de tantos otros, empezó el ritual de la despedida con la frente alta: aún con los errores naturales que la prisa caliente de la profesión impone, esa estirpe que nació con olor a tinta, bobinas de papel y rugido de rotativas a su alrededor, puede atesorar la certeza de haber hecho todo cuanto pudo para honrar el buen periodismo. Y hasta de haber sido el envión primero de la transición a la era digital, proceso del cual Fernández Taboada participó activamente en sucesivos rediseños de Clarín que se solaparon con la llegada de las plataformas digitales.

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Hace tiempo había elegido vivir en la quietud de la sociedad uruguaya, pero con un pie en el glamour de Punta del Este. Casi una definición de su paso por la vida. No desentonaba en ningún escenario. Y si lo hacía, no le importaba. Era un polemista consumado, casi al borde de la provocación: le encantaban los debates, cuanto más encendidos mejor. Sabía pisar el freno a tiempo y ensayaba un gesto amistoso: con un chasquido de dedos, el mismo que ensayaba en sus patrullajes por las redacciones, ponía en marcha la mudanza de los enojos homéricos a la ternura de una broma piadosa que acompañaba con su propia risotada. Era difícil pelearse con él y era fácil amigarse al toque. Lo que se dice un cabrón querible.

«Bobby» Fernández Taboada murió a los 79 años.

Sus orígenes profesionales más notorios se remontan al El Cronista Comercial, a mediados de los 70, donde desarrolló la compleja función de Secretario de Cierre, una tarea sacrificada, con la riesgosa responsabilidad que suele acompañar el registro de la última palabra que un medio gráfico decidía entonces publicar, en el proceso selectivo del final de cada día.

De allí pasaría a la vieja Editorial Atlántida. Se destacó en dos vidrieras de época como Gente y Somos, en tiempos de la dictadura, cuando las palabras debían medirse con centímetro porque estaba en juego la vida, donde fue el segundo de Julio Scaramella, uno de sus amigos hasta el tiempo final. En aquella redacción se formaron profesionales hoy destacados, de gran trayectoria, que conocieron de cerca al Bobby: Silvia Fesquet, hoy en Clarín, Alfredo Leuco, Pablo Sirvén, Ana D’Onofrio, Enrique Vázquez y Alberto Catena (ya fallecidos), Ernesto Jakcson, también en Clarín, al igual que Graciela Bruno.

En El Cronista Comercial había compartido redacción con quienes luego serían sus jefes en Clarín, Roberto Guareschi y Ricardo Kirschbaum, actual editor general. En este diario, dicho por él mismo en esas improvisadas ruedas de café de toda redacción antigua, vivió su etapa de más alto rendimiento profesional. Hizo de todo. Desde escribir sus “Charlas de Verano”, divertidos reportajes a políticos de vacaciones en las playas; a editar secciones a su cargo como Información General, un vastísimo territorio noticioso que incluía Policiales, Sociedad y Ciudad y, en particular, a nutrir los procesos de modernización de las ediciones, acorde a los diarios de vanguardia en el universo europeo.

En Clarín, además de esa gestión en Información General, y sin dejar de aportar a las ediciones cotidianas, recaló luego en un área entonces incipiente, que elevaría los estándares del diario en circulación, innovación y calidad: colecciones de libros, videos, guías de turismo, DVDs. Les dio un valor agregado a las colecciones: que sean útiles para la educación sin desatender nuestra idiosincrasia y los valores latentes en el inconsciente colectivo de varias generaciones de argentinos. Así nacieron colecciones como “La Biblioteca de la Literatura Universal” en las que Clarín publicó autores como Borges, Sábato, García Márquez, Vargas Llosa, junto a incunables de José Hernández y William Shakespeare. Con su sello, hicieron época los coleccionables de informática, cocina, música clásica, diccionarios de inglés, guías de turismo de la Argentina, resonantes éxitos editoriales todos ellos.

Tocó todas las cuerdas: la redacción, la edición, los procesos de transformación editorial de un diario que lo tuvo y lo tendrá entre sus activos humanos más valiosos. No se exagera si se lo define como un orfebre en las sombras del periodismo, un clásico del anonimato de los periodistas de diarios, lejos de los focos de la televisión. Hincha de River, piropeador y galante, de tiempos en que no era un pecado serlo, sino un gesto de caballerosidad, como cuenta Ricardo Roa, editor general adjunto de Clarín, en nota aparte, se lo va a extrañar. Y mucho. Sus restos serán despedidos a las 13 de este jueves en el Crematorio privado de Boulogne, en San Isidro.

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