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Messi en Azerbaiyán: Un viaje benéfico con recuerdos inolvidables para sus fanáticos

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Lionel Messi, el capitán de Inter Miami, llevó a cabo una visita especial a Azerbaiyán junto a sus ex compañeros de Barcelona, Luis Suárez, Jordi Alba y Sergio Busquets. El motivo de esta travesía fue benéfico, y más allá de su agenda profesional, dejó momentos imborrables para sus seguidores locales.

Durante su estancia en Bakú, la capital azerí, Messi y su grupo rindieron homenaje a Heydar Aliyev, el líder nacional del país, al visitar su tumba en el Callejón de Honor, un sitio de gran relevancia en Azerbaiyán. En un acto lleno de respeto, los futbolistas depositaron flores en memoria del «Gran Líder» antes de continuar con su agenda.

«Durante mi visita a Bakú, tuve la oportunidad de conocer la rica cultura de Azerbaiyán», compartió Messi en un encuentro con fanáticos, realizado en el Salón de Cristal de la ciudad. Agradecido por el recibimiento, expresó: «En nombre de mis compañeros, quiero agradecer a todos por organizar este encuentro».

El evento culminó con una emotiva interacción con los jóvenes seguidores, quienes tuvieron la oportunidad de recibir pelotas de fútbol firmadas por Messi y sus compañeros. Rodeado de fanáticos, algunos de ellos visiblemente emocionados, Messi brindó un recuerdo imborrable que quedará grabado en la memoria de muchos, quienes incluso no querían soltar al ídolo argentino.

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Este viaje no solo consolidó la figura de Messi como un embajador de la cultura y el deporte, sino que también estrechó los lazos entre el astro y sus seguidores en Azerbaiyán, quienes tuvieron la suerte de vivir una experiencia única. (www.REALPOLITIK.com.ar)

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La leyenda del Baychimo, el barco fantasma que desapareció tras cuatro décadas de flotar a la deriva

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A lo largo de la historia, ocurrieron varios hechos misteriosos que hasta el día de hoy no tienen una respuesta lógica, a pesar de los avances de la tecnología. Estas insólitas historias suelen convertirse en leyendas que trascienden generaciones, las cuales no dejan de asombrarse con los diferentes relatos. Entre ellas existe una que se destaca por sus inexplicables características: la historia del SS Baychimo.

Este barco fantasma data de 1914, año en el que fue bautizado Ångermanelfven. Su construcción, a cargo de una empresa sueca, fue encargada por una compañía alemana con sede en Hamburgo. Al principio, se utilizó para trasladar mercadería entre ambos países, pero esto cambio radicalmente con el inicio de la Primera Guerra Mundial.

Cuando el conflicto bélico llegó a su fin, el barco quedó en manos del gobierno británico, ya que fue usado como parte de pago por los daños ocasionados durante la guerra de Alemania. En este momento, se vendió a la empresa Bahía de Hudson, la responsable en cambiarle el nombre al que se conoce hasta el día de hoy. Ellos lo volvieron a su función de barco mercante y lo pusieron a cargo de la ruta entre Escocia y Canadá, a través del Atlántico Norte.

En 1923, cuando empezó a navegar por el Ártico Occidental, añadió a su lista de tareas el transporte de pasajeros. Como el Baychimo no estaba autorizado para esta función, hacían pasar a todas las personas como parte de la tripulación. Durante varios años, funcionó con normalidad y solo presentó unos pocos inconvenientes que no fueron para nada grave.

La tragedia que cambió el destino del Baychimo

El 1 de octubre de 1931, ocurrió la tragedia que dio inicio a la leyenda del SS Baychimo. Cuando el barco estaba recorriendo su ruta habitual, fue sorprendido por una repentina y fuerte corriente de viento frío que lo dejó atrapado en el hielo, cerca de Alaska. Para sobrevivir, toda la tripulación bajó del barco y viajó un kilómetro hasta el puerto de Barrow.

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Como en aquella época era muy difícil liberar la embarcación del hielo, lo único que pudieron hacer sus dueños fue enviar a un grupo de marineros a quitárselo los dos días siguientes al accidente. Sin embargo, cuando volvieron al tercer día, el barco había desaparecido y, pese a su gran tamaño, no había rastros de él. Unos días después, el 8 de octubre de ese año, lograron encontrarlo, pero varios kilómetros más lejos de donde estaba originalmente.

Tras flotar a la deriva por cuatro décadas, desapareció

Para no perderlo de vista de nuevo, dejaron a un equipo de mantenimiento en unas cabañas cerca, quienes lo visitaban y lo acondicionaban a diario. Pero el 24 de noviembre, tras una fuerte tormenta, se vieron imposibilitados de ir hasta él. Cuando el temporal pasó y salieron al exterior, el Baychimo había desaparecido otra vez. Días más tarde, lo encontraron inexplicablemente a 70 kilómetros de distancia.

Entonces, el capitán decidió mandar a la tripulación a recuperar los objetos y las cargas más valiosas y lo dejaron abandonado. Por la cantidad de hielo que lo rodeaba, todos asumieron que simplemente se hundiría al descongelarse. A pesar de las predicciones, esto no sucedió: el barco quedó libre al poco tiempo y navegó a la deriva durante cuatro décadas.

La desaparición del Baychimo

En 1932, un hombre llamado Leslie Melvin lo visitó y tomó algunas de las pieles que habían quedado a bordo. En 1933, un grupo de esquimales lo abordó y lo usó como refugio para protegerse del frío. A partir de ahí, el barco apareció en varias ocasiones y fue visto por distintas personas y navíos que pasaban por el lugar.

Si bien el gobierno lo buscó por las profundidades, nunca encontraron rastros de Baychimo

En 1939, fue abordado por el capitán Hugh Polson, quien quiso remolcarlo hasta el puerto más cercano, pero tuvo que abandonarlo porque estaba en riesgo a su propio barco. Ese mismo año fue avistado tres veces más, pero sin que pudieran abordarlo.

Luego, por dos décadas no apareció y lo dieron por hundido. Sin embargo, en 1962, un grupo de personas reportó que lo vieron cerca de la costa en el mar de Beaufort. En 1969, fue visto por última vez desde el rompehielos Manhattan, cuando transitaba el Paso del Noroeste.

Tras cuatro años flotando a la deriva en verano y congelado en invierno, nadie volvió a ver al Baychimo. En el 2006, el gobierno de Alaska empezó a buscar el navío en el fondo del mar, pero tras años de hacerlo sin éxito se dio por finalizado el proyecto.

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